Alcaraz buscará estrenarse en Roland Garros frente al siempre combativo Zverev y levantar su tercer Grand Slam
«Yo salía del colegio e iba corriendo a casa para enchufar la tele y poder ver partidos», decía Carlitos tras sobrevivir al asedio de Sinner. Y, es que, Alcaraz, como tantos otros niños españoles, creció viendo a Nadal ganar en la Phillipe Chatriér. Una pista que ahora corea su nombre cada vez que firma una dejada o punto marca de la casa. Es el reflejo de toda una generación que soñaba con llegar a lo que su ídolo conseguía año tras año, un hito que observa a tan solo un paso.
No será una tarea sencilla, pues enfrente le espera otro león herido que lleva opositando al mismo objetivo más años. La historia de Zverev había sido cruenta hasta el momento, llena de momentos dolorosos y de semifinales imborrables, como aquella que le causó su fatídica lesión de tobillo hace dos años. Sabe lo que es perder un Grand Slam que sentía con sus propias manos, factor que le hará saltar mañana, a su primera final en París, con una dosis extra de motivación.
¿Cómo llega Alcaraz?
La participación de Carlitos hasta el momento se podría definir como brillante y estrambótica a partes iguales. Excelsa por los resultados, por ser capaz de llegar a la final tras los innumerables problemas físicos y sin desplegar su mejor tenis. Rara por cómo lo ha logrado, llevando la efectividad a un nivel superior ante la falta de chispa en determinados momentos o de agilidad. Las semifinales, frente a Sinner, no se trató de un choque bonito y atrapador más allá del quinto set, sino de un test de supervivencia y fortaleza mental.
Alcaraz no es de esos humanos que tropiezan dos veces con la misma piedra, sino de los que aprenden a marchas forzadas de sus errores. La estrategia será, priori, parecida a la ejercida con el transalpino, muchos cambios de alturas, dejadas que corten el ritmo y cortados que obliguen a Zverev a agacharse, llevándolo a golpear a la bola en situaciones incómodas para él. El resto, ateniéndonos al magnífico servicio del germano, también será clave, el ser capaz de devolver la bola con profundidad pese a los bombardeos que puedan llegar desde el otro lado de la red.
¿Cómo llega Zverev?
Posiblemente en el mejor momento de su carrera tanto a nivel físico como mental. Alexander sufrió el sorteo más desafortunado de todos los cabezas de serie teniendo que enfrentarse a Nadal en primera ronda. Una vez lo superó tuvo que hacer frente a esa relajación entendible que se vive tras hacer bien los deberes, hecho que le llevó a verse contra las cuerdas en tercera ronda con Griekspoor. Llegó a estar 4-1 abajo en el quinto, momento en el que sacó su casta de campeón para recuperar la vida cuando el agua más le apretaba.
Significó el punto de inflexión que le aupó hasta lo más alto en los siguientes retos, arrollando a todos sus rivales, beneficiándose de un maltrecho Ruud para acceder a su primera final. Sus posibilidades pasan por arrastrar a Alcaraz a su juego, al de intercambios de revés a revés donde el tiene un guante. Generar que la derecha de Carlitos no pique demasiado y que la suya, sobre todo con un paralelo que le está dando la vida, brille con luz propia.
Antecedentes
Zverev forma parte de un selecto grupo de jugadores que pueden presumir de tener un balance positivo frente al murciano. El germano ha conseguido derrocar en cinco ocasiones a Alcaraz, incluyendo los cuartos de final de 2022, celebrados en el mismo escenario que este sábado. Pese a ello, las victorias del murciano han sido absolutas palizas, mientras que las del germano acostumbran a ser choques más igualados y disputados.
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