Nadal sufre para deshacerse de Zizou Bergs en tres sets (4-6, 6-3, 6-4) para acceder a segunda ronda del Masters 1000 de Roma
Sin tener las mejores sensaciones también gana Rafa. Más de dos horas le costó a Nadal encontrase en el Foro Itálico, sentir su drive como en los mejores tiempos y firmar su pase a la segunda ronda, donde le espera Hurckacz, un jugador de un nivel infinitamente mayor a Zizou Bergs. Eso será el sábado, un regalo más que nos ofrecerá el balear, el de verle jugar, factor que hace que lo de hoy ya quede en un segundo plano.
La falta de tiempo en pista y de competición favorece que se den situaciones impropia de Nadal, errores poco entendibles que hace muchísimos años que no le veíamos. Hoy recordó que en sus peores días también era capaz de ganar y después de mucho sufrimiento, de perder el primer set y de tener que salvar varias bolas de break en el segundo, voló en el tercero. Acabó de la mejor manera posible, claramente de menos a más y, lo que es más importante, sin aparente problemas físicos.
Primer set: Las desconexiones se pagan caras
No era el ambiente de Madrid, tampoco estaba el Foro Itálico lleno, pero el sentimiento de los allí presentes era el mismo: volcarse con Rafa, agradecerlo todo lo que ha hecho por el tenis, aunque sea de forma simbólica. El nivel del balear también distó mucho de lo mostrado en la capital española, no se sentía tan cómodo, su derecha no fluía, como si no fuera capaz de controlarla. Pese a ello, Nadal rompió en el quinto juego, dando la sensación de querer llevarse el choque por la vía rápida.
En ese momento, donde Rafa acostumbra a volar por la pista y someter a sus rivales a base de estacadas, falló estrepitosamente. Le devolvió el break al instante el belga, más por demérito que el español que otra cosa, pues sufrió una desconexión impropia de él. Unos fallos propios de la falta de confianza que tiene en su tenis, la necesidad de ir sumando horas en pista para creer en si mismo y volver a sentir el cosquilleo de los grandes momentos.
Bergs jugaba muy directo con una derecha matadora, sin querer que los puntos se extendieran en exceso, sabedor de que ahí tenía las que perder. Manteniéndose, no dando su brazo a torcer y presionando a Nadal cuando se lo permitía se llevó la primera manga (6-4), aprovechándose de otra preocupante desconexión del balear. Los números hablaban por si solos, tres winners y dieciséis errores no forzados, mucho trabajo por delante.
Segundo set: Reacciona Nadal
No estaba encontrándose en la pista, su derecha cruzada no hacía daño sobre el revés de Bergs y la paralela ya ni la probaba. No por ello se iba a dejar ir Rafa que, dentro de lo positivo, no padecía, aparentemente, ninguna molestia física y la velocidad de sus saques evidenciaba una gran mejora en el abdominal. Un león herido es mucho más peligroso como demostraría el balear en el reinicio, rompiéndole al belga a las primeras de cambio.
El resto de la manga fue un toma y daca entre ambos, donde Nadal aguantaba, resistía con su saque a los bombardeos de un Bergs que se invertía de derecha al más propio estilo del de Manacor. Tuvo que levantar varias bolas de break para acabar llevándoselo y mandar el choque al tercero, demostrando que, por muy mal que esté, en los momentos de presión sabe llevar el punto por el camino que le interesaba.
Lo cerró Nadal con una derecha cruzada marca de la casa, una de las pocas que consiguió conectar en las más de dos horas de batalla. Eso sirvió para levantar a la grada, para sacar a pasear el puño como a él tanto le gusta. Mandó así un mensaje a su rival: si vas a por el partido vas a tener que matarme siete veces. Aun así, debería subir la intensidad de forma considerable para derrocar al rocoso Zizou.
Tercer set: Explosión definitiva
Dos horas le costó a Nadal sentir la bola, pero lo hizo. El sufrimiento dio paso a la diversión, al buen juego al sometimiento continuo de Rafa sobre el revés del belga. Ahora sí que eran profundos sus golpes, limando las líneas e insistiendo una y otra vez hasta que Bergs la mandaba fuera por extenuación. El cambio definitivo lo dio un punto de esos que suele puede brindar Rafa, cayéndose y levantándose a tiempo para llevárselo.
La rotura llegó en el tercer juego, después de que el balear cuajase dos puntos de los de antaño, de los suyos propios sobre tierra batida, hasta con el revés comenzaba a sentirse preciso. Dio mucho que hablar Bergs hasta que Rafa cerró el partido, teniendo que salvar situaciones críticas con el servicio. Sea como sea, Nadal está en segunda ronda, con buenas sensaciones físicas, no tanto de juego, pero eso es cuestión de tiempo y de confianza.
El sábado espera Hurckacz, un jugador de otro calibre, un top 10 que ya ha demostrado ser uno de los mejores del circuito cuando está inspirado. Sin embargo, si hay algún lugar en el que Nadal le pueda sorprender, es sobre tierra batida, pues es sobre esa superficie donde más sufre el polaco, donde su saque y sus hachazos no hacen tanto daño como en hierba o pista dura.
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