Akram Afif, jugador de la selección de Qatar, le dio la victoria a su país en la final de la Copa Asia luego de anotar un hat trick desde el punto de penalti. Su celebración, cuanto menos mágica
S de sorpresa, A de Afif
Cuando un jugador anota un gol en una final lo común es volverse loco, correr a la grada, al banquillo, o incluso quitarse la camiseta. Pero si algo dejó claro Akram Afif en la final de la Copa Asia es que en el fútbol también existe lo paranormal.
El jugador qatarí puso por delante a su selección con un gol de penalti a los 22 minutos. Lo curioso vino luego, y no precisamente el hecho de que en el partido marcara otros dos goles desde los once metros. En este caso, el futbolista, que actualmente juega en el Al-Saad, hizo algo que nadie esperaba, ya que se sacó una carta de su media derecha y realizó un truco de magia para sorpresa de los asistentes.
Cambio de carta y cambiador del juego
El truco realmente era muy sencillo, pero no por ello deja de ser una curiosa anécdota que ha dejado esta edición de la Copa Asia. Según explicó más tarde el propio jugador al acabar el partido, la carta contaba con un reverso escondido. Entonces, al moverla, cambiaba la imagen. Increíble.
En cuanto a su actuación en el encuentro, más allá de la celebración fue claramente el protagonista del choque. El delantero marcó tres penas máximas para darle el título a Qatar, que de esta manera conquistó su segunda Copa Asia, además de forma consecutiva.
A destacar también que en la Qatar campeona de Asia no solo ha pasado él por el territorio nacional, pues ha coincidido con jugadores que también han jugado en suelo español véase Ali Almoez.
La magia pasa por España
Pese al poco conocimiento que hay en España sobre este futbolista de 27 años, Akram Afif puede presumir de haber jugado en LaLiga EA Sports. Lo haría en la temporada 2016-2017, cuando todavía era conocida como LaLiga Santander.
El ariete nacido en Doha llegó a disputar 11 encuentros con la camiseta rojiblanca en los que, sin embargo, no logró ver portería. Antes de ello pasaría por la cantera del Sevilla y del Villarreal, clubes con los que ni siquiera debutó. Sin duda una historia de superación ahora llena de oro y, sobre todo, magia.
