Rafa Nadal ha tenido que combatir con muchas lesiones a lo largo de su carrera que le han llevado a estar 47 meses alejado de las pistas
¿Qué hubiera conseguido Nadal sin tantas lesiones? El balear, campeón de 22 Grand Slams, ha tenido que ver hasta en 16 ocasiones uno de los `majors´ desde su casa por lesión. Unos números aplastantes si los comparas con los dos otros miembros del Big 3, pues Djokovic apenas ha tenido que renunciar a tres grandes citas. Federer, por su parte, lo tuvo que hacer en ocho ocasiones. Una diferencia abismal que podría haber cambiado el transcurso de los acontecimientos, pero que también habla muy bien de Rafa. Fue capaz de estar en la terna con el serbio pese a ello.
Veinticuatros lesiones, de mayor o menor grado, son a las que se ha tenido que enfrentar Nadal a lo largo de su exitosa carrera deportiva. Y, desgraciadamente, han sido estas las que le han oficializar su retiro este 10 de octubre. Ganó su último Roland Garros cojo, infiltrándose para poder jugar. Paró lo que restaba de temporada para rehacerse y poder volver al circuito, pero su regreso no fue el esperado. Su cuerpo le ha fallado por completo, le ha impedido seguir haciendo lo que más le gusta.
Un debut en Roland Garros tardío
Rafa fue un absoluto prodigio del tenis. Irrumpió en el circuito muy joven, pues en 2004, con tan solo 18 años, levantó su primer título ATP. No fue suerte de un día, sino la optimización de un trabajo previo, del que le había llevado a derrotar a su ídolo Moyá un año antes en Hamburgo. Sin embargo, en aquella ocasión no pudo debutar en Roland Garros por una fisura en su codo derecho que le mantuvo un mes fuera de las pistas. Tampoco pudo ser en 2004, esta vez fue el pie izquierdo.
Esa fractura en el pie izquierdo significó el principio de un quebradero de cabeza muy longevo. En 2005, año en el que levantó su primer Roland Garros, le diagnosticaron el síndrome de Muller-Weiss. Un problema que apunto estuvo de retirarle por completo y con el que ha tenido que combatir durante toda su carrera. A base de peregrinar por consultas médicas y de trabajo en la sombra, consiguió dejarlo a un lado un tiempo. Apenas llevaba dos años asentado en el circuito y ya se había perdido nueve meses por lesiones.
Nadal en Wimbledon 2022. Photo by Clive Brunskill/Getty Images
Cuando no era una cosa era otra. La rodilla izquierda en 2008, la derecha en 2010, tendinitis en ambas entre medias…cada año sufría un inconveniente. Todas estas le obligaban a parar, pero no demasiado. Fue en 2012 cuando sufrió otro duro revés que le apartó durante 8 meses de la competición. Su tendón rotuliano izquierdo dijo basta tras varios meses jugando con molestias. Adiós al US Open, al Open de Australia y, lo más doloroso, a los Juegos Olímpicos de Londres.
Unos últimos año complicados
El parón de larga duración le dio fuerzas de nuevo para regresar al más alto nivel. Sin embargo, a mediados de la segunda década de este siglo la muñeca se empezó a convertir en su mayor preocupación. Una desinserción de la vaina de la muñeca derecha le obligó de nuevo a poner un punto y seguido a su tenis en 2014. Y, dos años más tarde, le tocaría a la izquierda. Esta vez sería más costoso, pues fue en medio de Roland Garros, su torneo fetiche. Llegó a los Juegos muy mermado y aun así consiguió el oro en la modalidad de dobles.
Nadal ha tenido que aprender a convivir con el dolor, a normalizarlo. Desde los 18 años lleva jugando con molestias todos los días, forman parte de él. Ha luchado contra viento y marea para paliarlas, pero estas últimas temporadas han terminado con él. Su cabeza quería seguir, pero su cuerpo se ha rendido. Primero con los cinco meses de 2021 por culpa, de nuevo, del síndrome Muller-Weiss. Posteriormente, en 2022, con una rotura en las costillas y la cruenta rotura abdominal de Wimbledon, justo cuando ya estaba en semifinales.
Nadal en el Open de Australia de 2018. Photo by Michael Dodge/Getty Images
Regresó en 2023 y esta vez fue su cadera la que resintió. Tras mucho tiempo demorando su vuelta a las pistas se tomó un tiempo, necesitaba reamoldar sus días. Anunció que 2024 podía ser su última temporada, pero que iba a darlo todo. No hubo suerte, desde un principio los papeles salieron torcidos. En su tercer encuentro, en Australia, sufrió una lesión muscular que le dejó fuera del primer Grand Slam de la temporada. Le ha lastrado hasta el día de hoy, impidiéndole llegar de manera óptima a la gira de tierra batida. Las lesiones, esas que le han robado muchos títulos, tampoco le han dejado despedirse de muchos lugares emblemáticos para él.
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