Bautista firma una remontada heroica (2-6, 7-5, 6-3) ante Fils, dejando a España a tan solo una victoria de la final a 8 de Málaga
Si algo tiene el deporte, que otros ámbitos de la vida no, es que es impredecible, que se puede ganar siendo peor que tu rival. El talento, el juego y el físico son una parte fundamental de cualquier jugador, pero la cabeza prevalece por encima de todo. Bautista hoy no fue mejor que Fils en lo estrictamente tenístico, pero le dio una lección de experiencia que el galo nunca olvidará. Después de dominar al castellonense en todo momento, de gozar de varias oportunidades para ponerse dos breaks arriba en la segunda manga y de sacar para llevarse el encuentro, se derrumbó ante la fortaleza mental de Roberto.
Cada vez que juega con los colores nacionales, Bautista se disfraza de héroe. Es una hormiga luchadora a la que hay que matar diez veces y medirla la respiración para saber que no se va a levantar. En una de sus temporadas más complicadas como profesional suma dos victorias consecutivas de prestigio y, sobre todo, que le reafirman como leyenda. La capacidad de conectar con el público, de crear una atmósfera única de Copa Davis y de remontar una situación inverosímil es algo propio de héroes.
Ahora le cede la tostada a Alcaraz, quién se enfrentará a Umbert en escasos minutos. Si el murciano vence, la eliminatoria se decantaría definitivamente para España. Supondría la clasificación automática para la fase final de Málaga, pues el duelo ante Australia del domingo tan solo dirimiría si se pasa como primero o segundo de grupo. Un billete que se antojaba prácticamente imposible días atrás. No se contaba con este nivel de Bautista. Al igual que en 2019, `Rober´ quiere regalar una nueva ensaladera a su país.
Defensa numantina insuficiente
Pese a que Bautista llegase de firmar su mejor victoria del año y Fils de caer de forma estrepitosa ante Kokkinakis, el galo partía como gran favorito. Aunque La Fonteta, una pista rápida y cubierta, es tremendamente lenta y, si a Roberto ya le cuesta de normal encontrar winners, las condiciones de esta Copa Davis se lo ponen todavía más difícil. Idiosincrasia que llevó el choque al barro, a la pelea constante desde el fondo de la pista que, desde el principio, favorecía al representante francés.
El español Roberto Bautista Agut devuelve el balón al francés Arthur Fils durante el partido individual masculino de la fase de grupos entre Francia y España del torneo de tenis de la Copa Davis en el Polideportivo Fuente San Luis de Valencia el 13 de septiembre de 2024. (Foto de Jose Jordan / AFP via Getty Images)
Aunque los juegos fuesen eternos (50 minutos para los cinco primeros) y estuviesen muy disputados, era Fils quién llevaba las riendas del juego en todo momento. Bautista aguantaba como buenamente podía, corriendo cada bola como si de la última se tratase. Sin embargo, sus esfuerzos no eran suficientes, pues Fils tenía el día. Cada vez que encontraba una posición cómoda de golpeo, ya fuese con la derecha o con el revés, al español solo le quedaba verlas venir.
Cuatro juegos fueron los que resistió el castellonense. A partir de ahí, a sufrir con el servicio e intentar poner en apuros a su rival al resto. Fue más lo primero que lo segundo, pues, después de salvar varias bolas de break, se acabó derrumbando por completo con el 4-2 en contra. Lo cerró sin despeinarse Fils, dando el primer paso hacia la victoria. No era tan preocupante el resultado como las sensaciones mostradas. Todo lo que hacía el galo fluía de forma natural, se le veía más entero físicamente.
Simplemente Bautista
Insistía David Ferrer a Bautista en ser un pelo más agresivo y, sobre todo, en cambiarle continuamente al galo. Las opciones del español pasaban por mantener su servicio y esperar un pequeño despiste de Fils. El francés, que se ejercitó una temporada bajo las directrices de Sergi Bruguera, es todavía muy joven y la presión podría pasarle factura. Nervios o errores impropios que aparecerían al final del set, pero que en el arranque no se dejaban ni vislumbrar.
A las primeras de cambio ya conseguía el break, caminaba sólido hacia la victoria. Se agarró el castellonense al partido por enésima vez impidiendo en múltiples ocasiones que el galo zanjase la faena con una doble rotura. Resistía más por orgullo que por confianza, pues si quiera la afición parecía creérselo. Obligó a Fils a tener que cerrar el enfrentamiento al saque, sabedor de que la experiencia es un grado y que La Fonteta, independientemente de sus creencias, iba a jugar su rol.
France’s Arthur Fils gestures against Spain’s Roberto Bautista Agut during the group stage men’s singles match between France and Spain of the Davis Cup tennis tournament en el Polideportivo Fuente San Luis de Valencia el 13 de septiembre de 2024. (Foto de Jose Jordan / AFP via Getty Images)
Vaya si lo jugó. Generó una atmósfera única que pudo con Fils. El galo se hizo pequeño y, a base de dobles faltas y errores forzados, le abrió la puerta a Bautista. No iba a dejar que se cerrara ni mucho menos, siguió con su plan, con su inexpugnable estilo y derribó mentalmente a su rival. No volvió a ganar un juego en lo que restó de manga el jugador galo. Su rostro era la fiel imagen de la situación, mirando al banquillo como si quisiese que la tierra se le tragase. Tan solo la Copa Davis puede brindar este tipo de sensaciones.
Desenlace épico
Por si hubieran sido pocas las emociones vividas hasta el momento en Valencia, Bautista se había reservado un final apoteósico. Fils se recuperó del mazazo psicológico que le supuso perder la segunda manga, pero ahora ya no conectaba winners con tanta facilidad. El físico, ese mismo que le había permitido dominar a sus anchas durante las dos horas anteriores, ahora le fallaba. El hecho de que sus golpes ya no fueran tan profundos le permitía a Rober meterse en pista y conectar sus reveses paralelos marca de la casa.
Las tornas se habían cambiado por completo. Ahora era el galo el que resistía los intentos de rotura del español, mientras que el castellonense apenas sufría al servicio. Incluso para ello fue inteligente Roberto que, lejos de desesperarse, percutió sobre el ya endeble muro que Arthur sostenía a duras penas. Con el 4-3 en el luminoso, en el momento en el que se rompen los sets, subió un marcha más el español para la clavarle la puñalada definitiva, la que le brindó el primer punto a la selección capitaneada por David Ferrer.
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