Thiem se despedirá del tenis y los grand slams en el US Open, el torneo que le otorgó el mayor logro de su carrera
Tocó el cielo, pero también conoció el infierno. Thiem se retirará a finales de temporada, mucho antes de lo que se hubiera imaginado cuando hacía hipótesis sobre su carrera deportiva. Irrumpió en el circuito muy joven, brillando sobre la tierra batida y llegando, incluso, a dos finales de Roland Garros. Podría haber marcado una época en polvo de ladrillo, pero un tal Rafa Nadal le borró del mapa cada vez que se enfrentaron. Tuvo que ser en Nueva York y en el US Open donde se alzase con su único grand slam, el que le hará aparecer en los libros de historia. Uno de los pocos que asomaron la cabeza en pleno monopolio del Big 3.
Fue 3 del mundo, el claro referente de llamada Next Generation, hasta que sus muñecas dijeron basta. Se encontraba preparando Wimbledon en el ATP de Mallorca hace tres años, momento en el que su futuro dio un giro de 180 grados. Un dolor punzante en su muñeca fue el motivo, las múltiples operaciones posteriores la consecuencia. No volvió a ser el mismo, si quiera consiguió luchar por grandes títulos o, al menos, regresar a posiciones de honor. Eso sí, lo dejó todo y demostró ser, independientemente del nivel de juego, un absoluto guerrero. Actitud inmejorable, similar a la de Murray. Curioso que ambos se despidan de lo que más alegrías les brindó en la misma temporada.
Está siendo un año de fuertes emociones para él, de ir diciendo adiós a todos los sitios que le vieron crecer. Ahora le toca hacerlo del US Open, del mágico lugar en el que remontó dos mangas a Zverev para hacerse con uno de los entorchados más prestigiosos del deporte. Los caprichos del sorteo le han emparejado con Shelton, ídolo local del que se tienen muchas expectativas. Pese a ello, pese a ser muy inferior sobre el papel, Thiem disfrutará de un último baile esta tarde no antes de las 18:00 (hora española).
Un título que cambió su mentalidad
Muchas veces se habla de lo que cuesta llegar a la cima, pero no de lo difícil que es mantenerse. El peaje que ha tenido que pagar Thiem por sus años de un inmenso desgaste tanto físico como mental es muy costoso. «Pasé todos los años de mi carrera compitiendo ante los mejores de la historia y la presión que me metí para llegar a ese nivel y mantenerlo, contribuyó a la lesión, no tengo duda. Los médicos me han dicho que me rompí la muñeca por mi esfuerzo para llegar al nivel del Big 3″, llegó a reconocer en la previa del torneo.
Sin embargo, su confesión acerca de cómo se quedó vacío tras su título en la Arthur Ashe es, cuanto menos, significativa. «Inmediatamente después de ganar el US Open, me di cuenta de que me iba a ser muy complicado seguir adelante al mismo nivel ya que no me iba a presionar de la misma manera. Yo necesitaba el estrés, la autoexigencia máxima, para desplegar mi mejor tenis. Perdí completo esa sensación de urgencia por ganar y mejorar cada día, sentía un vacío absoluto cada vez que entraba a una pista«
Especula sobre la posibilidad de ser comentarista o entrenador en el futuro, pues la relevancia de la que goza en el panorama internacional le abrirá las puertas de cualquier casa. Por el momento, se centra en disfrutar los últimos pasos que le quedan en el profesionalismo, de conectar los últimos reveses que tanta elegancia desprenden. «Me considero muy afortunado por haber compartido mi carrera con el Big 3 y el resto de grandes tenistas ante los que competí«. Así cerró su rueda de prensa Thiem, sabedor de la dificultad de llegar a lo más alto, sin reproches ni quejas.
Para informarte minuto a minuto del deporte desde otra perspectiva, SIGUENOS en nuestras redes sociales:
