Jonas Vingegaard no fue capaz de retener su corona en el Tour de Francia, pero ganó algo más importante: el respeto de miles de aficionados
El pasado 4 de abril la Vuelta al País Vasco fue testigo de una grave caída que envolvía a ciclistas de renombre. Remco Evenepoel y Primoz Roglic fueron dos de los accidentados, pero quien salió peor parado fue Jonas Vingegaard. El ciclista danés y ganador de dos Tour de Francia sufrió un neumotórax, una contusión pulmonar y se fracturó la clavícula y varias costillas. La situación era preocupante y el corredor del Visma-Lease a Bike estuvo 12 días en el hospital y llegó a afirmar: «Pensé que iba a morir«.
Dadas las circunstancias, su presencia en el Tour de Francia era una incógnita. Por supuesto, se dudaba de su estado de forma en el caso de que comenzase La Grande Boucle. El 7 de mayo, tanto Vingegaard como su equipo publicaron unas imágenes en las que se apreciaba al ciclista volviendo a rodar al aire libre y afirmando que su objetivo era el Tour. Sin embargo, las dudas sobre su recuperación inundaban el mundo del ciclismo. Esta situación más el excelso nivel de Pogacar en el Giro arrojaban más incertidumbre sobre el papel del danés en la mejor carrera del mundo.
Finalmente, el Visma-Lease a Bike hizo oficial su alineación para el Tour, con Vingegaard a la cabeza. Jonas había logrado su objetivo y solo faltaba por ver en qué forma se encontraba. En las primeras semanas, el danés se mostró con fuerza pero con una actitud más bien defensiva, algo más que lógico. Sin embargo, tras la 9ª etapa, tanto Tadej como Remco criticaron la estretegia de Jonas y su equipo por «faltarle pelotas». El danés y el Visma respondieron diciendo que habían actuado de manera inteligente.
En la etapa 11 llegó la redención de Vingegaard. El danés consiguió contrarrestar el ataque que protagonizó Pogacar a 31 kilómetros de meta. El danés logró recortarle una distancia de 30 segundos y consiguió ganar la etapa al esprint con un final de foto finish. Fue la primera vez que Vingegaard le ganó un esprint a Pogacar en su carrera.
Esta victoria de etapa supuso un golpe de efecto. Vingegaard confirmaba sus buenas sensaciones y sembraba las dudas en el autobús del UAE. No obstante, a partir de ahí Pogacar no cedió ni un segundo y mostró su superioridad. Finalmente, el esloveno ganó su tercer Tour de Francia con 6′ 17″ sobre Jonas Vingegaard.
Pese a la sobrada victoria de Pogacar, la muestra de fuerza y coraje de Jonas Vingegaard es digna de aplauso. Tras tres meses de un accidente que pudo acabar con su vida, el escandinavo ha sido el primero de los mortales. Ha dado muestras de su mentalidad de campeón y se ha ganado los corazones de los aficionados al ciclismo. Ser 2º en el Tour de Francia, que ha contado con los mejores ciclistas del mundo, tras todo lo que ha pasado es algo que debe valorarse como merece. Jonas Vingegaard es un guerrero y uno de los grandes nombres del ciclismo moderno.
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