Carlos Alcaraz y Novak Djokovic se ven las cara esta tarde, a partir de las 14:30 horas, en la final de Wimbledon
362 días después, en el mismo escenario, los caminos de Alcaraz y Djokovic se entremezclan de nuevo. En la anterior ocasión se vivió uno de los mejores partidos del siglo, una oda al tenis de casi cinco horas en la que Carlitos le robó la corona al rey. Tiró de orgullo, pundonor y calidad, que de eso tiene mucha, para derrocar al serbio en una extenuante quinta manga. Ahora, casi un año después, las sensaciones son distintas, quizás el murciano pueda partir como favorito, pero nunca se puede dar por muerto a un posible ganador de 25 Grand Slams.
Novak está firmando su peor año, físicamente inestable y sin la holgura técnica y mental de la que gozaba antes. Es como si al serbio se le hubiesen acabado las pilas de motivación y hambre ante la inminente retirada de Rafa Nadal. Pese a ello, en Wimbledon se le ha visto diferente, como si el hecho de llegar entre algodones le haya dado más fuerza. Sería el 25, pero también uno de los más importantes por el cómo, por ser una auténtica heroicidad, algo épico e inexplicable. Alcaraz, en la final, sería la guinda a un pastel inigualable.
Los caminos de ambos hasta llegar a la final han sido diferentes. El de Carlitos más tedioso, con muchos altibajos en las primeras rondas, pero elevando su nivel conforme se iba enfrentando a rivales de mayor peso. Sus semifinales con Medvedev, evidencia de que está preparado para la batalla. Djokovic no se ha desgastado tanto, pues entre lesiones y bajas se le quedó un cuadro muy apacible que sorteó sin complicaciones.
Mucho respeto
La admiración y respeto entre ambos jugadores es palpable cada vez que se le pregunta a uno sobre el otro. «Nos sorprendió a todos el año pasado por la forma en la que jugó en Queen’s y Wimbledon, para alguien que creció en España no se podía esperar algo así. Es un jugador muy completo, es impresionante lo que ha hecho a una edad tan temprana, estoy seguro de que ganará mucho en su carrera», comentaba el serbio tras saber que disputaría la final con el español.
Y, es que, Alcaraz ha roto con cualquier molde o prejuicio que dictaba que los españoles no podían ser dominadores en Wimbledon. Rafa, con dos títulos en su mejor época, le abrió el camino, y el murciano ha abierto las puertas de par en par. Dos títulos en Londres con tan solo 21 años sería un dato prácticamente sin precedentes, estratosférico. Al otro lado de la red estará el hombre que busca igualar a Federer con ocho entorchados, empatar a la mayor leyenda que ha pasado por el All England Club.
Djokovic y Alcaraz se han visto las caras, en partido oficial, en cinco ocasiones, saliendo victorioso el serbio en tres de ellas. Además, en las dos últimas, referentes a la final de Cincinnati y las `semis´ de las ATP Finals, cayeron del lado de Novak. Pese a ello, es el murciano quién ostenta la más importante, la que cumplirá un año el martes. La historia se invierte, ahora es el rey el que trata de quitarle la corona al príncipe.
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