AFICIÓN DEPORTIVA EUROCOPA 2024,FÚTBOL INTERNACIONAL,PAÍSES BAJOS,SUPERFÚTBOLINTERNACIONAL Historias de la Eurocopa: Holanda, 1988 y el ‘Fútbol Total’

Historias de la Eurocopa: Holanda, 1988 y el ‘Fútbol Total’

holanda 1988

Holanda alzó la Eurocopa de 1988, el único trofeo de su historia, tras vencer a Alemania en semifinales y a la Unión Soviética en la final

La VIII edición de la Eurocopa, correspondiente al año 1988, no presentó cambios en el formato. 32 selecciones europeas distribuidas en siete grupos de cuatro o cinco países. Al igual que en la EURO 1984, el anfitrión de la fase final accedía directamente a la segunda fase. Por ello, la Alemania de Klinsmann, Rudi Voller y Lothar Matthaus no tuvo que ganarse su participación en la fase previa.

Rinus Michels, el padre del ‘fútbol total’

Después del ridículo del Mundial de 1986, donde por segunda vez consecutiva, Países Bajos no logró clasificarse a la fase de grupos, la KNVB (Real Asociación Neerlandesa de Fútbol) destituyó a su seleccionador, Leo Beenhakker, y nombró a un viejo conocido: Rinus Michels. El técnico, considerado uno de los más grandes de todos los tiempos, fue el seleccionador que sentó las bases del fútbol moderno. Durante su estancia en el AFC Ajax en los años 70, el holandés perfeccionó el juego de los ‘Magníficos Magiares’ del Gustav Sebes en el considerado ‘fútbol total’.

Este concepto hace referencia a ese sistema de juego en que ningún jugador tiene un rol fijo asignado, defendiendo y atacando todos por igual, y que optaba por una línea de presión muy alta para robar el balón en campo rival. Con esa fórmula, y con la mejor generación de la historia de los Países Bajos (Johan Cruyff, Johan Neeskens, Ruud Krol…), el AFC Ajax encadenó tres Champions League consecutivas (1971, 1972 y 1973) y la ‘Naranja Mecánica‘ llegó a la final del Mundial de 1974.

La huella que dejó en su país era imborrable, y desde su marcha, a excepción del mandato de Ernst Happel en Argentina 1978, nada se asemejó a esos años dorados. Solo él sería capaz de remontar el vuelo de una nación que había caído del Olimpo del fútbol. El fútbol tenía una deuda con él, y el técnico pretendía saldarla.

Supremacía en el Grupo 5

Para volver a la élite, Países Bajos contaba con una camada de futbolistas que ya estaban fascinando a los amantes del deporte rey. Los buques insignia de la Oranje eran Frank Rijkaard, Ruud Gullit y Marco Van Basten, genios que conformarían la columna vertebral de un equipo ganador. La capacidad defensiva de Rijkaard, la visión de juego de Gullit y el olfato goleador de Van Basten fueron cruciales para la consecución del título.

holanda 1988

Holanda se vio las caras con Grecia, Hungría, Polonia y Chipre en la lucha por ser una de las ocho mejores selecciones. Los rivales eran aparentemente asequibles, sin embargo, las primeras lesiones de tobillo del ‘Cisne de Utrecht’ obligaron a realizar ciertas reformas. En su ausencia, jugaría John Bosman, ariete también del AFC Ajax. La sustitución salió a las mil maravillas. Holanda logró la clasificación para la fase final de la Eurocopa de 1988 como primera de grupo al ganar seis partidos, empatar dos y no ser derrotados. No solo fueron los triunfos, si no, la forma de lograr estos. Quince goles a favor, nueve de ellos anotados por John Bosman, y solo uno en contra, dejando ver la eficacia del ‘Fútbol Total’.

Junio de 1988 llegó, y con ello, Holanda, la Unión Soviética, Irlanda e Inglaterra se enfrentarían en el Grupo B por estar en las semifinales. El debut neerlandés no fue el soñado, con derrota ante la URSS de Lobanovski. Parecía que quedaría ahí el asunto, sin embargo, es sabido que Rinus Michels se pudo vengar del entrenador ucraniano. Para pasar a la final four, era obligatorio ganar a ingleses e irlandeses, y así fue. Un sólido 1-3 ante Inglaterra, con hat-trick de Marco van Basten, quien volvió a la titularidad después de ser suplente ante la Unión Soviética, y un 0-1 frente a Irlanda tanto en el 82′ de Kieft, centrocampista del PSV Eindhoven, valieron para pasar de fase.

Las vendettas de Rinus Michels

Alemania-Países Bajos y URSS-Italia fueron las semifinales. Uno de los cuatro sería campeón de Europa y todo parecía apuntar que o los germanos o los soviéticos serían los victoriosos. Rinus Michels no se había enfrentado en partido oficial a Alemania desde que le vencieron en la Copa del Mundo de 1974, y contaba con la ocasión perfecta para vengarse.

La eliminatoria no comenzó de la mejor forma para los holandeses, ya que el primero en golpear fue Die Mannschaft desde los once metros. No fue la única pena máxima, ya que, Holanda consiguió el empate de la misma manera, gracias a la frialdad de Ronald Koeman, experto en dichos lanzamientos. ¡Qué caprichoso era el destino! Se repetía la historia de 1974: Dos goles de penalti y una remontada. En su día fue para el lado albinegro, pero aquella tarde la moneda cayó para Holanda. Marco Van Basten, a falta de dos minutos para el final, recibió un balón de Wouters dentro del área, y con un derechazo cruzado de primeras, batió a Immel, culminando una venganza de catorce años de espera.

holanda 1988

Les restaba un encuentro para ser campeones, y su adversario, no sería otro que la Unión Soviética. Estos derrotaron a Italia por dos a cero, con tantos de Litovtchenko y de Protasov. Trece días después, Rinus Michels tendría la oportunidad de coronar a un país endeudado con la historia, y no iba a desaprovecharla.

Ruud Gullit, Van Basten y paso a la eternidad

El 25 de junio de 1988, en el Olímpico de Múnich, la Unión Soviética y Holanda se midieron por la copa. Las armas neerlandesas, ya se ha visto que eran muy potentes, pero Dasaev, Belanov y Protasov, aunque fuesen más desconocidos, eran igual de peligrosos, y tenían las mismas ganas de salir campeones.

A los 33 minutos, Ruud Gullit, solo ante el arquero ruso, asestó un cabezazo a un balón aéreo con tal potencia que el meta no lo logró detener. Se adelantaba Holanda gracias a su capitán, y el sector naranja del estadio sabía que ese gol podía suponer el triunfo. Lobanovski tuvo que correr riesgos para buscar el empate, pero todo ello yació cuando Van Basten, en uno de los mejores goles de la historia de la competición, marcó el 0-2 definitivo. Mühren, liderando una contra desde banda izquierda, puso un centro pasado para el ’12’ holandés. Este, con una volea majestuosa, sorprendió al portero rival y mandó el esférico al fondo de las mallas. Solo el reloj o una sorpresa impedirían el ansiado título holandés.

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A falta de veinte minutos, Van Breukelen derribó a Belanov en el área, acción que Michel Vautrot castigó. Era la hora de hacer historia: Reafirmarse como campeones o complicarse la final. ‘El Gato de Eindhoven’, con una estirada a su palo derecho, adivinó la intención del ucraniano, manteniendo su arco imbatido. El tiempo finalmente se consumió, el choque llegó a su fin, y Holanda, por primera y única vez hasta la actualidad, levantaba un trofeo internacional.

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