Irene Burillo ha accedido al cuadro principal de Roland Garros tras una excelente fase previa donde ha superado a jugadoras de mejor ránking
Los Grand Slam son los lugares idóneos para que nuevas estrellas se den a conocer, para que tenistas bajo la sombra del ránking explosionen y se asienten en el circuito de una vez por todas. Quizás el ejemplo más extremo es el nivel demostrado por Karatsev desde el Open de Australia 2021, donde alcanzó las semifinales viniendo de la fase previa. Una gesta que, de alguna u otra manera, trata de emular Irene Burillo, quién, haga lo que haga, saldrá reforzada de la capital parisina.
La jugadora maña de veintiséis años está firmando su mejor torneo en las instalaciones de Roland Garros, superando tres partidos ante rivales a priori superiores. Además, lo ha hecho de la mejor manera posible, por la vía rápida, sin ceder ni un solo set, y dejando unas sensaciones increíbles. La experiencia de otras fases previas de Grand Slams, donde no consiguió acceder al cuadro, le ha servido para lidiar con la presión en los momentos importantes, como el tie-break del último enfrentamiento ante Erjavec.
Asaltar la élite
Todavía no sabe su rival, tendrá que esperar a esta tarde, pero si es capaz de desplegar el tenis mostrado esta semana a la hora de la verdad tendrá muchas opciones de poner en aprietos a más de una favorita. Irene Burillo es una habitual del circuito ITF y Challenger, no tanto del WTA, donde una de sus mejores actuaciones la firmó en Madrid 2023, cayendo con todo el honor del mundo ante Coco Gauff en segunda ronda.
Actualmente está la 302 del mundo, teniendo como mejor puesto el 272, lugar que podrá recuperar con tan solo salir airosa de la primera ronda gala. Roland Garros se le presenta como la oportunidad perfecta de, si la fortuna del cuadro se lo permite, escalar muchos puestos en muy pocos días y acercarse al sueño que todo jugadora tiene del top 100. Afronta el reto sin presión y con mucha ilusión, pues, como ella misma refleja en sus perfiles de redes sociales: “que el miedo a fallar no te impida jugar”.
La explosión de Irene Burillo es una evidencia más del momento de resurgimiento que está pasando el tenis femenino español con Badosa en línea ascendente y tanto Jessica Bouzas como Sara Sorribes desplegando un juego muy competitivo. Irene, por el momento, es la duodécima jugadora española, pero tan solo gozaremos de seis representantes en la fase final, datos que hablan muy bien de la zaragozana.
Cruz para Alejandro Moro
Otro de los españoles que está en un momento ascendente que augura un futuro muy prometedor es Alejandro Moro. El madrileño se ha quedado a las puertas de su primer cuadro principal en un Grand Slam, tan solo tres puntos le han separado del sueño, pues cayó en el tie-break del tercero ante Bellucci. Pese a ello, Moro ya ha demostrado tanto en París, como en Roma y Munich que es un tenista de muchas garantías en tierra batida.
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