Nadal está desatando la locura en los días previos a que comience el torneo, pero ¿cómo llegan los Djokovic, Sinner y compañía?
Nadal ya está en París, probándose y recibiendo el cariño de todos los aficionados que dan color a las instalaciones galas desde el primer día de previa. Más de 6000 aficionados acudieron a la Philippe Chatrier para ver el primer entrenamiento del balear sobre la que es su segunda casa, donde ha levantado hasta en catorce ocasiones la Copa de los Mosqueteros. Ahora, llegando con muy poco ritmo y tras un varapalo en Roma, tratará de dar la cara y competir, sin ponerse un objetivo concreto.
Se trata del Roland Garros más abierto de los últimos años, pues no hay un claro favorito y los que, en cuanto a nivel se encuentran un escalón por encima del resto, llegan entre algodones o en dinámicas muy irregulares. Alcaraz y Sinner, los dos máximos dominadores más allá de Novak en los últimos tiempos siguen recuperándose de sus lesiones y no veremos su verdadera situación hasta que los veamos saltar al polvo de ladrillo.
Alcaraz, con precaución en su antebrazo
Carlitos está viviendo su peor gira de tierra hasta el momento, no tanto por los resultados (que también), sino por el nivel físico. El murciano tan solo ha podido jugar en Madrid, cayendo en los cuartos de final ante Rublev y agravando la lesión con la que ya había llegado. Su presencia en Roland Garros parece indudable, pues la últimas informaciones son de que evoluciona adecuadamente, midiendo muy bien los esfuerzos y cargas en cada momento.
Cabe recordar que Alcaraz defiende las semifinales del año pasado, ese heroico encuentro con Djokovic del que los calambres nos privaron de ver el desenlace. Quizás sea el año para que se rehaga de las complicadas participaciones que ha tenido hasta la presente edición, aunque hasta qué punto podrá forzar es todavía una incógnita. Una puerta que se la abre a Nadal, con quién podría verse las caras en la segunda ronda si el sorteo decide no ser benévolo.
Sinner, apurando detalles
Las informaciones que han ido llegando sobre la cadera de Jannik Sinner en los últimos días han sido tan alarmantes como inciertas. Desde algunos medios italianos incluso se llegó a aseverar que el transalpino podría estar sufriendo un proceso complicado que no solo pondría en peligro su presencia en la capital gala, sino su futuro en el tenis profesional a medio y largo plazo. Unos rumores que tanto él como su equipo se encargaron de desmentir colgando en sus redes sociales varias fotos que hacen indicar que Jannik será de la partida.
Lo cierto es que los últimos meses de Sinner no han distado mucho de los de Alcaraz o Nadal en cuanto a partidos disputados y tiempo en cancha. En Montecarlo padeció un severo correctivo por parte de Ruud y en Madrid tuvo que abandonar antes de su choque de cuartos de final, donde le esperaba el finalista Felix Auger-Alliassime. Desde entonces lleva recuperándose el número 2 del mundo en su tierra, obligado a bajarse del torneo de casa.
Djokovic, la gran duda
No está siendo el año de Novak, quién parece falto de motivación y de confianza. El serbio está actuando de una forma ciertamente extraña en los últimos tiempos, perdiendo ante jugadores de la talla de Nardi o Tabilo sin reflejar demasiado dolor o resentimiento. Es como si Djokovic hubiese perdido el amor por ganar, por batallar, por luchar hasta la última bola, como si no encontrase algo que le anime a seguir.
Una situación que le ha llevado a estar muy falto de ritmo y tener que aceptar una invitación de Ginebra, ATP 250, para tratar de coger sensaciones en la semana antes de la gran cita. Se trata de una estrategia que los grandes jugadores acostumbran a evitar, prefiriendo viajar con mucho tiempo a las instalaciones de los Grand Slams para irse haciendo al ambiente, condiciones y posibles modificaciones de las pistas. Eso sí, en cuanto se enciendan las luces de la Philippe Chatrier que nadie dude que Novak volverá a ser él mismo.
¿Outsiders?
En un panorama con tantas incógnitas se abren las posibilidades de jugadores que quizás ya habían dado por perdida su oportunidad de alzarse con uno de los grandes. Uno de los que podría sacar rédito de ello sería Tsitsipás, vencedor en Montecarlo y con una gira de tierra bastante regular a excepción de Madrid. El otro que aparece en las quinielas, más allá del terrícola Casper Ruud, es Zverev, quién llega en buena forma tras levantar el título en Roma al lugar en el cual vivió la cara más amarga del deporte hace dos años.
Más allá de los mencionados podrían aparecer Medvedev, Rublev o incluso los sorprendentes Jarry y Tabilo que tan buenas sensaciones han dejado en sus últimos encuentros. Lo cierto es que Roland Garros se postula como una batalla campal de la que, por qué no, podemos soñar con que Nadal sea uno de los que de más pelea. El balear tendrá que pasar por la primera ronda y habrá que estar muy atentos al sorteo del jueves para ver si la suerte le acompaña, aunque sea de inicio.
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