La Cultural asciende a LEB Plata y acerca el baloncesto leonés a donde se merece, desde donde cayó hace más de una década
León es una ciudad de baloncesto que ha tenido que ver cómo, durante más de diez años, sus equipos se ahogaban en la penumbra y desdichada liga EBA. El Agustinos Eras logró ascender, en los despachos, a LEB Plata, pero ni la masa social ni el presupuesto les permitió mantenerse en lo profesional. Cuando todo estaba muerto apareció la figura de Aspire y la Cultural y Deportiva Leonesa, club de fútbol de la ciudad, que optó por luchar por el baloncesto y unificar los dos clubes existentes por aquel entonces.
Han sido dos años duros, de mucho sufrimiento y pocas alegrías, pero con un final que hace que todo haya merecido la pena. Con jugadores muy jóvenes, muchos leoneses en la plantilla y con el mejor entrenador posible para dicha tarea, han devuelto la ilusión a toda una ciudad. Pagaron la inexperiencia en el primer partido de la fase de ascenso e incluso estuvieron a las puertas de quedarse desamparados en el segundo. Reaccionaron a tiempo y volaron en el resto de los encuentros para apalizar al Jaén en el día d y a la hora h.
Y, es que, desde aquel fatídico año 2012, cuando el ayuntamiento abandonó a sus gente, dejando morir al equipo de su ciudad, León echaba de menos ese sentimiento único por ver a cinco tíos defendiendo los colores de tu tierra sobre el parqué del pabellón de los deportes. La denominación `Cultural´ aporta el cambio, los valores siguen siendo los mismos del mítico Elosua Basket León.
Una ciudad enamorada de la pelota naranja
El equipo nació en 1981 y, tan solo diez años más tarde, ya estaba compitiendo en ACB. Su ascenso fue meteórico, luchando contra los mejores e incluso colándose en varias ediciones de la prestigiosa Copa Korac. A principios de lo 2000 cayeron de nuevo a LEB, a una categoría en la que el nivel era extenuante y el ascenso una quimera, características que vuelven a florecer actualmente en dicha división. Combinaron la segunda categoría con un año de regreso a ACB de por medio hasta su desaparición.
Lo más importante en aquel momento no eran los resultados, que también, sino lo que transmitían. Acudir al Baloncesto León se convirtió en una religión para muchos leoneses y leonesas que abarrotaban el pabellón de los deportes cada fin de semana. Se apostaba por el talento español y, sobre todo, el local. De la plantilla de dieciséis jugadores que conformaron la última temporada del club destacaban hasta seis canteranos.
Unos valores que se han transmitido, pese a la desaparición, a la Cultural. Los Diego Bultó, Rodri Llamas, Miguel Domínguez y compañía forman parte de esa generación de niños que ya eran conscientes cuando el descalabro tuvo lugar, que pudieron disfrutar de las últimas temporadas de LEB Oro y que, ahora, han conseguido retornar a su ciudad a lo profesional. Esencia que ha mantenido Luis Castillo en su planteamiento, pues es esa cercanía con el aficionado, la vinculación con el equipo lo que atrae el aficionado.
Una desaparición indignante
LEB Plata tampoco es la división que merece ni el equipo ni la ciudad, pero está un paso más cerca del verdadero objetivo que se fija el club. Un millón de euros les separó de sobrevivir, una cantidad que toda institución pública se negó a abonar con tal de contentar a las miles de personas que se echaron a las calles en aquellos días de principios de julio, miraron para otro lado mientras su equipo y su afición se desmoronaban.
Nadie pudo hacer nada por ellos, nadie arrimó el hombro por unas personas que habían llegado a movilizar hasta 50 autobuses en el primer ascenso histórico del equipo, haciendo de Lugo su propio campo e invadiendo la pista al final en una imagen para la historia. Instantáneas de otros tiempos. “Toca mirar hacia adelante y sacar una lección para evitar cometer los mismos errores”, decía Pepe Estrada por aquel entonces, estrategias que ahora se tratan de imitar.
El año que viene les espera una categoría más dura, en la que ya se espera que puedan jugar en el Pabellón de los Deportes. A falta de que salgan los precios de los abonos, de que se conozca si Luis Castillo, que ejerce las veces de profesor y de entrenador, continúa a los mandos de los banquillos y de cuál es la inversión catarí en el equipo, la seguridad de que la ciudad de León es absoluta. La Cultural y León, un paso más cerca de lo que se merecen.
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