El técnico del Sevilla parece haber logrado la permanencia con un mes de antelación, pero hay debate en la cúpula acerca de su continuidad
Que el Sevilla ha remontado el vuelo desde la llegada del tercer técnico de la temporada está claro, pero el estilo que ha impuesto el entrenador no parece gustar en el Sánchez Pizjuán. Lo que es evidente es que todos quieren ganar, como sea, y Quique lo está consiguiendo. Quién le iba a decir a los sevillistas que se veían en el pozo más profundo con Diego Alonso, que el objetivo de la permanencia iba a estar conseguido a falta de un mes con Quique Sánchez Flores.
Pues aunque parezca mentira, hay dudas. Su estilo es resultadista, aprovechando al máximo las oportunidades que tiene, sin mirar mucho a portería y con jugadores que pocas veces se dan la vuelta y encaran. Sí es verdad que la plantilla no da para mucho más, y que cuando el equipo ha sido más agresivo y valiente, los resultados no han sido buenos, pero en la capital andaluza están acostumbrados a otra cosa.
Tras El Gran Derbi, todo parece indicar que la plantilla no tendrá ninguna motivación más allá que alcanzar la mitad de la tabla, por lo que Quique tendrá que dar incentivos a un equipo que puede venirse abajo si se relaja. En el descanso del partido ante el Mallorca, el público en las gradas no parecía estar conforme, pues ven a unos jugadores reservados y sin ganas de atacar.
Los pros de Quique
Quique ha encontrado la mejor versión de los jóvenes, no se ha casado con ningún jugador y ha cortado de raíz las posibles polémicas como la de En-Nesyri. A pesar de los fallos, Isaac Romero sigue gozando de oportunidades por un técnico que apostó por él, mientras el club se frota las manos porque ve que en los próximos años puede sacar una plusvalía enorme con el delantero. Por otro lado, el marroquí parece que es el elegido para sanear las maltrechas cuentas de una entidad mal gestionada desde hace varias temporadas. También ha encontrado la mejor forma de Sergio Ramos y ha apostado por un portero que le está dando resultados.
Entonces, ¿por qué se duda de Quique? No sabemos si por las circunstancias y la urgencia del equipo, pero en el club hispalense no gusta ese juego agarrado y aparentemente cobarde, que puede caerse en cualquier momento. Hay muchas cosas a favor del míster, pero ahora le toca a la cúpula de Nervión decidir si es el proyecto de futuro que quieren en el Sevilla, con una plantilla que poco a poco se está rejuveneciendo y que empieza a ver la luz al final del túnel.
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