El Obradoiro cae en Sar de una forma muy cruel tras volver a tomar malas decisiones en los últimos segundos del partido
La liga Endesa está plagada de jugadores únicos, particulares y decisivos. Es el caso de Howard, para el Obradoiro, y Badio, para el Manresa. El segundo se llevó hoy el gato al agua en un choque vibrante que lo tuvo todo, donde los gallegos volvieron a morir en la orilla. La situación es límite y ahora solo les toca rezar para que el Breogán pierda en Vitoria y sigan a tan solo un partido de la salvación.
Primera mitad: Un inicio vertiginoso
Sar desprendía un olor diferente. Sí, de final, pero no se parecía en nada al de otros días, era un ambiente de optimismo, de ilusión. El arranque del Obradoiro fue fulgurante gracias a la excelente planificación de Moncho Fernández. El santiagués optó por Blazevic de cuatro junto a Pustovyi que, sumado a una sorprendente defensa 2-3, permitieron a los suyos abrir un parcial de 9-3, puramente coral, en los cuatro primeros minutos.
Reaccionó el Manresa cambiando a Geben, muy errático en ataque y sobrepasado en defensa y con Oriola en pista los catalanes revirtieron la situación. Ahí, cuando el Manresa se puso a dos, apareció el mejor Howard para anotar su segundo triple y, con otra acción individual, mantener a los suyos por delante. Los visitantes dependían en exceso de Williams y Robinson, pues Taylor estaba nefasto desde la línea de tres en este arranque.
Se vio obligado Pedro Martínez, ovacionado en la previa, a parar el choque tras dos buenas acciones de Pustovyi sobre Oriola que abrieron una brecha de ocho puntos. Salieron los suyos mejor en la reanudación, aprovechando el descanso del pívot ucraniano y el despertar de Badio para acortar la distancia a los cinco puntos en la finalización del primer cuarto (20-15). Unos diez primeros minutos en los que el Obradoiro bordó el juego y que, de haber estado ligeramente más acertados, la ventaja hubiese sido mayor.
Dotson explotó en el inicio de este segundo cuarto, asombrando con su explosividad y manejo de balón, pero no era suficiente para romper el choque. Los visitantes, que tiraban el doble de tres que de dos, hacían la goma y sobrevivían gracias a Robinson y a las segundas oportunidades ganadas en el rebote.
Cambio de tornas
Badio pasaba de villano a héroe para los suyos y encadenaba varias acciones prolíficas que permitían a los suyos ponerse por delante por primera vez desde el minuto uno. El Obradoiro ahora no veía la canasta tan grande como al inicio y Moncho apostaba de nuevo por el tándem Pustovyi-Blazevic que tanto rédito le dio de inicio. Hasta cinco arriba llegaron a colocarse los visitantes tras el colapso absoluto de los gallegos que recordaba al último cuarto de Zaragoza.
Sería Dotson, con un 2+1, el encargado de romper la racha. El estadounidense aportaba mucho en ataque, pero en defensa Badio le volvía completamente loco por lo que no resultaban del todo efectivos sus minutos en pista. En su lugar entró Fernando Zurbriggen, quién aportó mucha más intensidad defensiva y dio otra cara al conjunto en los minutos previos al descanso. Pese a ello, los catalanes se fueron tres arriba a vestuarios (35-38) gracias a los diez puntos del base senegalés en este periodo. Al Obradoiro solo se le podía poner un pero: la cantidad de tiros cómodos permitidos a un conjunto cuya arma principal es el lanzamiento de tres.
Segunda mitad: El Obradoiro saca la casta de campeón
Las pulsaciones no bajaron tras el descanso, con una grada disconforme con varias decisiones arbitrales. Una de ellas de suma importancia, pues los colegiados señalaron la cuarta infracción de Blazevic tras un contacto cuanto menos dudoso. El lituano no disputaría de más minutos en este cuarto por los peligros de irse a vestuarios antes de tiempo, circunstancia que padecería el Obradoiro en la pintura. Los gallegos eran ahora los que hacían la goma ante un Manresa que había subido claramente una marcha más, sobre todo en lo referente a la efectividad desde más allá del 6´75.
En defensa también mejoraban los de Pedro Martínez, siendo muy duros ante la pasividad arbitral que optó por poner el listón muy alto. Un factor que desesperó a los santiagueses por instantes, pero que no les hizo irse del partido, sino responder como mejor saben: bajando al barro. Al que más pasional se le notaba era a Pustovyi, siendo muy agresivo en la zona, buscando las cosquillas a Mawugbe y a Oriola cada vez que tenía la oportunidad.
El encuentro se convirtió en un toma y daca entre ambos conjuntos, sabedores de la importancia de salir airosos de Sar. Fue el Manresa quién, tras una nueva canasta de Badio, abrió una ligera ventaja de ocho puntos que, viendo el transcurso del choque, parecía indiferente. En esos momentos de dificultad respondió la incondicional afición santiaguesa y Mendoza, que no había comparecido en escena hasta el momento, se puso la capa de héroe para acercar a los suyos a cuatro.
Todo abierto para el último cuarto
Resistió el Manresa a la reacción santiaguesa y se fue cuatro arriba a los últimos diez minutos (61-65). Badio ya sumaba 22 puntos por aquel entonces con porcentajes por encima del 70%, desatado el senegalés. Un último envite que empezó con un tiro libre para los visitantes debido a una falta técnica señalada sobre Moncho Fernández que mostraba de forma efusiva su enfado con la actuación arbitral en el día de hoy.
Llegó a gozar con hasta diez puntos de ventaja el Manresa tras un arranque nefasto del Obradoiro, amenazando con sucumbir de nuevo en los minutos finales. Una diferencia que Howard, con dos triples desde su casa, se encargaría de reducir hasta los cuatro en apenas un minuto. El choque entró en su fase más emocionante, donde cada acción se peleaba como fuera la última, pero siempre con los catalanes ligeramente por delante. Más cuesta arriba se le pondría el asunto al Obradoiro cuando, a cuatro para el final, Pustovyi y Blazevic cometían una quinta más que dudosa en ambos casos.
No le perdió la cara al partido el Obra pese a los innumerables obstáculos y, a falta de dos para el final, con un Howard desatado, se puso a una canasta de distancia. Una ventaja que mantendría el Manresa a 1:09 para la conclusión, momento en el que Moncho pediría tiempo muerto para organizar las jugadas definitivas. No pudo ser, pues una jornada más se falló en los últimos segundos y Pérez enmudeció Sar con un triple definitivo.
MVP: Badio (25 puntos, 4 rebotes, 5 asistencias)
