El Obradoiro cae ante el Barca en un ajustado final donde los blaugranas mostraron por qué son uno de los mejores conjuntos de Europa
Lucharon, no se achantaron ante una batalla muy física, pero acabaron muriendo en la orilla. El Obradoiro emuló al partido de ida frente al Barcelona, siendo capaz de ponerse por delante antes del último cuarto, pero donde la mala toma de decisiones en los últimos instantes les costó muy caro. La victoria del Granada les envía al abismo, tan solo por delante del Breogán y el Palencia, los dos conjuntos que copan las plazas de descenso.
Primera parte: dos cuartos muy diferenciados
El verde y negro, camiseta retro conmemorativa, no le dio suerte de inicio a los locales que arrancaron ansiosos, quizás demasiado excitados por la magnitud de la cita. Moncho Fernández se vio obligado a pedir tiempo muerto cuando apenas habían transcurrido dos minutos de encuentro tras un 0-6 de parcial propiciado por dos pérdidas y varios desajustes defensivos. Hasta los diez se fue el Barca antes de que el Pustovyi puso los primeros puntos en el contador gallego.
Pese a los destellos ofensivos de Scrubb y Howard, el dominio de los culés era palpable, sustentado en las numerosas pérdidas del Obra. Alcanzaron una máxima de trece (11-24) los de Grimau con un excelso Laprovittola (4/5 TC) que sumaba el solo diez tantos en el mismo periodo que los gallegos hacían once. El alero canadiense era el único capaz de aguantar el vertiginoso ritmo impuesto por los visitantes y lograba reducir la distancia a diez (15-25) al término del primer envite. El uno de nueve de los santiagueses más allá del 6´75 era una losa muy pesada que soportar.
Llovía menos tras la reanudación en Sar, con un Obradoiro más asentado, rocoso en defensa y poco a poco mejorando sus porcentajes en ataque. Moncho Fernández apuntaba en la previa la clave de conseguir hacer del choque una batallas individuales y los gallegos lograron poner en marcha ese plan a mediados del segundo cuarto. Blazevic desesperaba a Hernangómez, obligando a Grimau a sentar al internacional español. Su disputa significó el primer `minipunto´ para un conjunto gallego que soñaba con la remontada.
Detson pone la guinda
Bajándose al barro y luchando cada balón, el Obradoiro fue recortando la distancia a pasos cortos. Tan solo algunos desajustes defensivos, donde Oscar da Silva se quedaban emparejado con Mendoza o Howard, quiénes poco podían hacer ante el gigante brasileño, privaban a los gallegos de alcanzar a un Barcelona muy irregular que se iba al descanso con un paupérrimo 3/12 desde el perímetro.
Unos porcentajes parecidos a los de los locales, pero estos ya nos tienen acostumbrados a un bajo acierto desde el tiro de tres. Pese a que el enfrentamiento estaba cogiendo un color parecido al día del Gran Canaria, donde un mal arranque fue definitivo, Sar no estaba dispuesto que eso sucediera. Aupó a los suyos hasta el punto de que, un triple de Detson sobre la bocina, les mandó tan solo dos abajo al intermedio (44-46). Gran parte de culpa de la remontada recayó en un Thomas Scrubb excelso que firmó diecisiete tantos
Segunda parte: El Obradoiro toma el mando
Si el final de la primera parte auguraba un prolífico devenir al Obradoiro, el principio de la segunda fue todavía mejor. Timma y Detson se sumaban al carro de Scrubb, que seguía infalible, y no solo colocaban a los suyos por delante por primera vez en el encuentro, sino que abrían una brecha de seis puntos (57–51). El alero letón se encargaba de adecentar la efectividad de su equipo con dos triples, logrando una máxima ventaja de siete.
Todo humano siempre se ha querido colar en una fiesta, y Howard no iba a ser para menos. El estadounidense sumó dos triples consecutivos antes del final del tercer cuarto que podrían haber sido definitivos de no ser por todas las segundas oportunidades concedidas en defensa. Los culés cogían un rebote ofensivo tras otro y eso es lo que les permitió mantenerse en un choque puramente físico. De una de ellas brotó un triple de Abrines que acercó al Barca a seis puntos, tras haber estado a punto de irse más allá de los diez.
Las prisas y ansiedad de ambos conjuntos, uno buscando la permanencia y el otro el factor cancha a favor en los playoffs, provocó que el choque se embarrase todavía más, con muchos errores, faltas y acciones inexplicables para jugadores de su nivel. Un terreno en el que se movía mejor el Barcelona por instantes, más acostumbrado a este tipo de escenarios y de finales apretados.
Un desenlace de infarto
Laprovittola, con una entrada y un triple, colocó a los blaugranas uno arriba (72-73) a falta de seis para el final, avisando al Obradoiro que tendrían que sudar sangre en caso de querer hacerse con la victoria. Varias faltas infantiles protagonizadas por los gallegos dieron la oportunidad a los de Grimau de abrir una brecha importante, pero la baja efectividad en el tiro libre, coordinados con un martillo pilón llamado Thomas Scrubb, alargaban el suspense.
A falta de dos para la conclusión, cuando más bonito estaba el enfrentamiento (78-78), Vesely cometía una falta dura que, con la técnica posterior por sus protestas, le mandaban al banquillo antes de lo previsto. Una situación que otorgó una oportunidad de oro al Obradoiro: tres tiros libres para ponerse por delante. El resultado fue nefasto, pues fallarían los tres y el Barca anotaba en la jugada inminentemente posterior para ponerse dos arriba.
Los gallegos no estuvieron a la altura en el momento de la verdad y dos jugadas consecutivas de tres puntos del Barcelona, una de Da Silva y otra de Laprovittola, les pusieron siete por detrás. De tener la oportunidad de ponerse tres arriba a estar siete abajo en apenas un minuto. Pese a ello, reaccionaron y, con dos jugadas rápidas, lograron ponerse a dos a 30 segundos para el pitido final.
Pidió tiempo muerto Grimau para construir una jugada en la que Abrines enmudeció Sar con un triple. Significó la puñalada final para el Obradoiro, que murió ahogado en la orilla tras cuajar uno de los mejores partidos del año durante gran parte de los minutos.
MVP: Laprovittola (21 puntos y 19 de valoración)