La atleta gallega, Ana Peleteiro, tras ser madre por primera vez de la pequeña Lúa, vuelve «más fuerte» que nunca a la pista consiguiendo la medalla de bronce en el Mundial «Indoor» de Glasgow
La triplista española antes de afrontar su último intento dijo: «Aquí estoy otra vez». Y así fue, una vez más Ana Peleteiro demostró que es capaz de dominar el pasillo de arena. El nacimiento de su hija quizás haya sido el motor para impulsarse y volar hasta los 14,75 metros.
Fue en su quinto salto donde exhibió a una Ana Peletiro competente, después de un cuarto salto nulo. No obstante, no quiso derrumbarse y, ofreciendo un espectáculo digno de admiración, lo siguió intentando. El quinto salto fue la clave, el que superó por dos centímetros el salto con el que se anunció como campeona de Europa «indoor» en 2013. Asimismo, logrando la mejor marca española bajo techo.
Ana demuestra ser una verdadera deportista de élite y es que, no era desde los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020 que no saltaba tanto. Si alguien tenía la mínima duda de que Peleteiro no se alzaría con algún cajón del podio, estaba totalmente equivocado. La reacción de Ana tras su salto fue inesperada, de una completa profesional. En lugar de celebrar su salto, se mantuvo seria con una mirada cómplice a su entrenador Iván Pedroso. Una especie de reivindicación de que «ha vuelto más fuerte», como ella misma afirmó.
Una cita internacional en la que estuvo a la altura de poder conquistar lo que se propusiera. «Por fin llegó el momento, mi momento», declaró de manera rotunda y con una sonrisa en la cara. Todo un reflejo del esfuerzo que le ha supuesto para llegar hasta ahí. «Hay quienes piensan que por haber sido madre, mi éxito es cosa del pasado. Me inspira que me digan que no puede hacerse», afirmaba la gallega. Completamente segura de que cuando intentan atemorizarla abre sus alas y vuela más lejos que nunca.
Ana Peleteiro lleva a su espalda en esta profesión seis medallas internacionales: Bronce continental al Aire libre, oro y plata en Europea Indoor, bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio… Y ahora, gracias a ese salto de «saltamontes», un bronce radiante en pista cubierta en el Emirates Arena de Glasgow.
El primer puesto no fue posible para la atleta española, con el oro se alzó la dominiquesa Thea LaFond y con la plata la cubana Leyanis Pérez Hernandez. Sin embargo, su gran reto se centra en la cita estival de París 2024: «Mi objetivo en verano es establecerme por encima de los 14,50, hay que trabajarlo. Es lo que queda, trabajar, trabajar y trabajar».
