El italiano, que puede quedarse a las puertas de los 12.000 puntos si gana en Shanghái, afianza el número 1 hasta final de temporada
“Es algo alucinante con lo que sueñas cuando eres niño«, decía Sinner al finalizar su encuentro de semifinales con Machac. El italiano, al que no parece afectarle el proceso judicial abierto en su contra, ya se ha asegurado, a 12 de octubre, el número 1 a final de temporada. Y, es que, su año está rozando la perfección, recordando a los ciclos más aplastantes de los miembros del Big 3. A expensas de la final de mañana en Shanghái ante Djokovic, ostenta un balance de 64-6. Tan solo ha caído en seis ocasiones, siendo Alcaraz su verdugo en tres de ellas. Los otros que pueden presumir del privilegio de haber derrocado a Jannik son Medvedev, Rublev y Tsitsipás.
Su temporada es para enmarcar. Seis títulos que abarcan dos Grand Slams y dos Masters 1000 con la única espinita de no haber levantado los brazos en tierra batida. Números que hablan por si solos, pero a los que hay que añadirles el supuesto caso de dopping que, presumiblemente, le apartó de Roma y los Juegos Olímpicos. Ha batido todos sus récords personales e irrumpe como el gran líder de la generación posterior al Big 3. Su rivalidad con Alcaraz, cada torneo más en auge promete hacer vibrar al público como los mejores Nadal-Djokovic.
A sus 23 años, Sinner se convierte en el decimoséptimo jugador de la historia en acabar el año en lo más alto del ránking. El primer italiano en hacerlo. Desde que copase el trono por primera vez en junio aglutina 17 semanas en lo más alto. El año que viene, con tantos puntos por defender, será tremendamente complicado. Sin embargo, la paliza que le ha endosado a sus principales rivales esta temporada se queda sin calificativos posibles. Más de 4500 puntos sobre Carlitos y prácticamente doblando a Novak.
Las ATP Finals y la Copa Davis
Más allá de la expectante final de mañana en Shanghái, son tres los grandes escenarios que le quedan a Sinner. Paris-Bercy, la final de la Copa Davis y las ATP Finals. En el primero, el último Masters 1000 del año, el transalpino defiende los octavos de final de la pasada campaña, donde se tuvo que retirar ante De Miñaur. Ganar con Italia es lo único que le falta, por lo que las finales de Málaga estarán, a buen seguro, marcadas con una chincheta en su calendario. Italia, junto a Estados Unidos y España, son los principales favoritos para llevarse la Ensaladera.
Sinner celebra su victoria frente a Machac. Photo by Lintao Zhang/Getty Images
Luego ya solo le quedará la Copa de Maestros para despedir un año histórico en lo personal. El año en el que levantó su primer grande. Las ATP Finals de 2023 fueron su verdadera explosión, pero se marchó con un sabor agridulce. Djokovic, a quién había derrocado en la fase de grupos, le dio toda una lección de experiencia en la final. 2024 se presenta como su rendición, la confirmación de que es el número 1 en todas las circunstancias. Además, se juegan en Turín. Qué mejor manera de cerrar una temporada redonda que ganando en casa.
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