Alcaraz vence a Sinner en 3 horas y veinte de espectáculo y suma su decimosexto título ATP, el cuarto de esta temporada
Quizás se trate del Alcaraz-Sinner más anticlimático de la temporada. Final en miércoles, por la mañana en España, ATP 500 y un estadio que, en cuanto a afluencia, no estaba a la altura de los contendientes. Situaciones que poco parecieron importarles a ambos tenistas, pues salieron a matarse desde el minuto 1. Era la gran prueba para el italiano que, después de que se diese a conocer el recurso de la AMA, no se había enfrentado a un rival de su entidad. Y, aunque hoy fuese el murciano quién se llevó al gato al agua, Jannick demostró tener una mentalidad privilegiada.
Dieciséis títulos ATP aglutina Alcaraz en sus vitrinas, números inexplicables para un chaval de 21 años. La Copa Davis resultó determinante en la recuperación de la confianza y, ahora, ve con otros ojos el final de la temporada. Ha roto su Tourmalet particular, el de brillar una vez pasado el US Open. Khachanov, Medvedev y Sinner, tres jugadores con los que fácilmente se podría haber enfrentado en las últimas rondas de un Grand Slam y que esta semana cayeron ante él. Robarle el trono mundial al italiano se antoja prácticamente imposible, pero no por ello va Carlitos a renunciar a ello. En un par de días debuta en Shanghái y, viendo cómo llega, se trata de una nueva oportunidad para sumar otro Masters 1000.
Todo se decide por detalles
El partido, más allá de una batalla física, ha sido un auténtico carrusel de emociones. Cuando uno parecía tener la sartén por el mango, aparecía el otro para arrebatársela. Las bolas de break convertidas, porcentaje muy bajo en el caso de Alcaraz, definieron por completo la primera manga. Dispuso el español de tres bolas de set, pero supo mantener el tesón el italiano para sobrevivir con el agua al cuello. Y, a la primera que tuvo él, resolvió. Eran 18 de los últimos 19 sets ganados para él y, lo que sorprende más, un 80% de efectividad en los tie-breaks.
Photo by Lintao Zhang/Getty Images
Se cambiaron las tornas por completo en la segunda, pues fue el transalpino quién gozó de dos oportunidades de romper el servicio al murciano. Dicho juego duró quince minutos y supuso un punto de inflexión en el devenir del choque. Otorgó una dosis extra de motivación a Alcaraz que, aprovechando un ligero bajón de Jannik, se lanzó a por el set. El esfuerzo sin recompensa le pasó factura al italiano que, en su único momento de debilidad en casi dos horas, veía como se le alargaba la final más de la cuenta.
Final de infarto
Si lo vivido hasta entonces ya había dejado un vaivén de emociones, lo del tercero fue digno de Hollywood. Alcaraz comenzó muy fuerte, obligando a Sinner a tener que jugársela en los primeros golpes sino quería ser dominado. Ese paso adelante en cuanto a agresividad le brindó la oportunidad de romperle el servicio a su oponente en el tercer juego. Esta vez no lo desaprovechó, las sensaciones eran inmejorables. Sin embargo, cuando si falló fue a la hora de sentenciar la final y ponerse 4-1 arriba. Supo sobrevivir Jannik, ponerse el mono de trabajo y levantar dos bolas premonitorias de partido.
Las consecuencias fueron las opuestas a las de la segunda manga, pues ahora fue el italiano quién aprovechó la debilidad de Carlitos. De verse con el título en las manos a tener que sacar para seguir vivo quince minutos más tarde. Pero, si por algo destacan estos dos jugadores, es por su cabeza. Parece que juegan sin mirar el marcador en ningún momento y, aunque volvió a desaprovechar oportunidades de ponerse 6-5 arriba, se rehízo para mandar el desenlace a la muerte súbita.
El tie-break supuso la guinda del pastel, una absoluta oda al tenis. Después de tres horas de partido, siguieron martirizándose el uno al otro, dejando puntos que, de tratarse de otro escenario, pasarían a la historia. Era uno de esos partidos donde ambos se merecían ganar, pero el deporte es cruel en ese sentido. Caía Alcaraz 3-0 y, cómo no, volvió a darle la vuelta a la tortilla. La red le dio esa dosis de suerte necesaria en el momento clave y voló hacia el título. Partidazo de ambos.
Photo by Lintao Zhang/Getty Images
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