Ante el Albacete el Dépor cedió por primera vez en el presente curso la posesión, sin embargo mostró su versión más eficaz en el área rival
«El fútbol es el único juego que no tiene explicación y por eso es tan maravilloso», decía Imanol Idiakez tras la victoria ante el Albacete. La pegada, tan determinante como ansiada por el Dépor en este arranque liguero, mostró su máximo esplendor en el Carlos Belmonte. Los coruñeses realizaron ante el Albacete una exhibición de como sacar el mayor rédito a sus oportunidades. Un contraste absoluto de lo que venía protagonizando el conjunto de Imanol Idiakez hasta la fecha. Y es que, en esta séptima jornada, los blanquiazules cedieron por primera vez la posesión a su rival. 57% para los manchegos por el 43% de los herculinos. La estadística así lo refleja, y lo cierto es que el Deportivo menos ‘dominador’ resultó ser el mejor de cara a puerta de la temporada. Siete remates entre los tres palos de los que cinco acabaron en el fondo de las mallas.
El conjunto coruñés fue menos protagonista con el esférico, pero a su vez logró reinventarse y adaptarse a lo que requería el encuentro, siendo incisivo y más directo en su juego. Con Lucas Pérez como director de orquesta, el Deportivo fluyó y desplegó un fútbol vertical, gracias especialmente a la presencia de dos puñales por banda como Yeremay y David Mella. Dos quebraderos de cabeza para la zaga manchega. Claro ejemplo de la velocidad de los coruñeses en sus transiciones, ejecutadas con gran precisión en el Belmonte, fue el cuarto tanto obra de Cristian Herrera. Una secuencia de cuatro pases que inició Dani Barcia en campo propio, y que terminaría culminando el ’14’ a placer tras una buena asistencia de David Mella.
David Mella y Cristian Herrera celebrando el cuarto tanto del Dépor frente al Albacete (Foto: vía RCDeportivo / redes sociales ‘Facebook’)
La actuación colectiva del equipo fue soberbia, aunque varios nombres propios destacaron por encima del resto. Dani Barcia se mostró imperial atrás, con mucha personalidad y temple para salir con el esférico jugado. Una de las claves de que el Dépor pudiese robar para salir con velocidad fue Nuke Mfulu. El mediocentro congoleño dotó de mayor equilibrio al equipo, en muchas ocasiones funcionando como pivote por delante de la pareja de centrales. Por supuesto, también Iván Barbero, que pese a seguir sin ver puerta en este inicio de curso, fue determinante con dos asistencias.
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