Alcaraz vence a Humbert en dos mangas (6-3, 6-3) y certifica la clasificación española para la final a 8 de Málaga
España luchará por su séptima Copa Davis del 19 al 24 de noviembre en el Carpena. Alcaraz le puso la guinda a una tarde excelsa de tenis tras la épica remontada de Bautista a Fils. Quizás en una de las peores épocas de nuestro tenis, los elegidos por David Ferrer están demostrando que, independientemente de cómo les vaya de forma individual, se transforman en cuanto se ponen la elástica nacional. Quedan dos meses para una cita a la que solo le faltaría que Nadal estuviese presente, que se despidiese de su gente con una nueva ensaladera bajo el brazo.
Más allá de lo puramente emocional, Carlitos hoy jugó su mejor tenis desde los Juegos Olímpicos. Ejerció de veterano en La Fonteta, conectando al público desde el primer momento a base de golpes inverosímiles marca de la casa. El murciano necesita jugar, ganar y, sobre todo, disfrutar. Y qué mejor manera que hacerlo ante su gente. La lógica dicta que no jugará el dobles al no haber nada en juego, pero habrá que esperar a la decisión final. El domingo, ante Australia, se disputarán la primera plaza del grupo.
Alcaraz roza la perfección
Valencia respiraba un ambiente festivo, casi de celebración prematura. Una sensación que, en caso de contagiarse a los jugadores, puede llegar a ser incluso peligroso. Alcaraz no estaba por la labor de que eso sucediese y, desde que saltó a la pista, se mostró muy sólido. Humbert no es un rival nada sencillo. Tiene un gran saque, es muy tenaz desde el fondo, sube mucho a la red con grandes porcentajes y suele colocarse muy bien al resto. Herramientas suficientes para ponerle en apuros al español, pero hoy no iba a ser la ocasión.
El español Carlos Alcaraz devuelve la pelota al francés Ugo Humbert durante el partido individual masculino de la fase de grupos entre Francia y España del torneo de tenis de la Copa Davis en el Polideportivo Fuente de San Luis de Valencia el 13 de septiembre de 2024. (Foto de Jose Jordan / AFP via Getty Images
Tras unos juegos cortos de tanteo donde los saques dominaban de forma holgada a los restos, Carlitos hincó el diente. Se lanzó a por el break sin previo aviso y, esa repentina agresividad, pilló por sorpresa al galo. El tenis del español fluía solo, había dejado todos los fantasmas atrás y recogido toda esa energía positiva que le ha brindado el equipo conformado por David Ferrer. Era un Alcaraz diferente al del miércoles, se invertía de derecha, se jugaba los paralelos y, sobre todo, sonreía con la raqueta en la mano.
Humbert trató por todas las vías remontar, pero cada vez que lo intentaba se chocaba con un muro. Si optaba por subir de forma regular a la red se encontraba con una de las mejores manos del circuito y, si optaba por intercambios largos, tan solo pudo recibir seis errores no forzados de su oponente. Gozó de dos oportunidades de break con 4-3 en contra, pero la reacción del murciano fue tal que no le dejó sumar ni un juego más en lo que restaba de manga. No le salió rentable despertar a la bestia.
Se desata la locura
La dinámica no cambió en el inicio de la segunda manga. Humbert subía sus porcentajes de primer saque y evitaba así sufrir más de la cuenta al servicio. Alcaraz, calmado y paciente, esperaba su oportunidad. Llegó en el sexto juego y no la desaprovechó pese a los múltiples esfuerzos del galo por amarrarse al encuentro. Al fin y al cabo, era el clavo ardiendo al que se tenía que agarrar todo su país si querían seguir vivos en la presente Copa Davis. Set y break arriba, todo parecía visto para sentencia, pero nada era definitivo visto lo visto hacía apenas una hora.
El francés Ugo Humbert devuelve la pelota al español Carlos Alcaraz durante el partido individual masculino de la fase de grupos entre Francia y España del torneo de tenis de la Copa Davis en el Polideportivo Fuente San Luis de Valencia el 13 de septiembre de 2024. (Foto de Jose Jordan / AFP via Getty Images)
Trató Humbert de apropiarse del espectro de Bautista que todavía prevalecía por la pista, pero de nuevo sacó el murciano esa absurda veteranía a sus 20 años. Hasta cuatro bolas de break tuvo el francés para chafar la fiesta de las gradas. Ahí, cuando el miedo invadía La Fonteta, se sacó Carlitos un passing de la chistera que devolvió el 40 iguales al marcador y terminó por desesperar a Ugo. España regresa a una fase final de la Copa Davis con Alcaraz, quién recupera toda la confianza perdida en el US Open, como referente.
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