Herrera y Gavira finalizan quintos del Europeo de Países Bajos, despidiéndose con un oro y dos bronces bajo el brazo
Pablo Herrera, nacido en Castellón hace 42 primaveras, dirá adiós al vóley playa, a su amor platónico, ante su gente el próximo 28 de septiembre. Será ahí, durante la celebración del Wevza Tour, cuando disfrute de su último baile junto a su pareja de hecho desde 2009, Adrián Gavira. 2024 está siendo un año de despedidas para él, primero lo hizo de los Juegos Olímpicos en París y, ayer, de los Campeonatos de Europa en los Países Bajos. En ambas ocasiones cayeron en los cuartos de final, a un paso de la lucha por las medallas. Un resultado que no manchará ni una gota la palabra leyendas que llevan imbricadas a su piel.
La pareja española, la más laureada de la historia de nuestro país, llegó a tierras neerlandesas motivada tras el impulso olímpico. El diploma que viajó con ellos bajo el brazo les otorgó una dosis extra de energía que les permitió firmar un fase de grupos y unos octavos de final impolutos, prácticamente sin rasguños. Los caprichos del destino quisieron que se emparejarán en cuartos con la pareja italiana formada por Nicolai/Cottafava. El primero, Paolo Nicolai, es también un veterano de guerra, rival tanto de Herrera como de Gavira a lo largo de toda su carrera.
El inicio fue prometedor, pues el combinado nacional se llevó una ajustadísima primera manga por 23-21. A partir de ese momento todo se empezó a escapar por detalles. La reacción italiana, más que esperada en la segunda manga, dio paso a un desempate apretadísimo (13-15) que pudo haberse decantado para cualquiera de los lados. Un mes y, a priori, tres competiciones son las que le quedan a Herrera en el profesionalismo: Élite Hamburgo, Campeonato de España y el ya mencionado Wevza Castellón.
Sin medallas para España
Pablo Herrera y Adrián Gavira eran los únicos españoles en el cuadro masculino, mientras que en el femenino la delegación española gozaba de doble representación. La mala fortuna del sorteo provocó que ambas parejas cayesen en el mismo grupo y que, las debutantes Belén Carro y Sofía González, se viesen apeadas a las primeras de cambio. Pese a ello, resultó ser un campeonato muy enriquecedor para dos jugadoras con un futuro prometedor.
Tania Moreno y Daniela Álvarez, diploma olímpico en París, llegaron muy mermadas a la cita. Accedieron a los cruces a trompicones, sin excesiva brillantez, y eso se vio plasmado en los octavos de final, ronda en la cayeron ante la pareja finlandesa. Devenir agridulce para ellas tras haberse colado entre las ocho mejores del mundo la semana pasada. Sin embargo, su mirada ya está puesta en los Ángeles 2028 y en el ciclo olímpico que las espera, por lo que este pequeño traspiés deja su moral intacta.
Para informarte minuto a minuto del deporte desde otra perspectiva, SIGUENOS en nuestras redes sociales:
