Óscar Mingueza, tras un mercado de fichajes muy pobre en el RC Celta, se posiciona como la mejor incorporación para Claudio Giráldez gracias a su polivalencia
Óscar Mingueza aterrizó en Vigo en el verano de 2022, procedente del FC Barcelona. Sus capacidades defensivas fueron puestas en duda nada más pisó el césped de Balaídos. El joven, al contar con características técnicas de un carrilero, un lateral y un interior, no terminaba de contentar al celtismo, sin embargo, desde la llegada de Claudio Giráldez todo cambió. Su importancia, aunque ya era notoria con Rafa Benítez, fue total, convirtiéndose en un pilar fundamental en la construcción del juego.
Durante los diez partidos que el tomiñés estuvo en el banquillo, Óscar partió de inicio en nueve de ellos, jugando los noventa minutos en cada encuentro. Su posición, a diferencia del lateral con Benítez, fue de carrilero, actuando como lateral en cuestiones defensivas y como interior en las transiciones ofensivas. No existía tanto cambio entre entrenadores, pero Claudio había conseguido aprovechar una de las grandes cualidades del futbolista: la visión del juego.
En esta pretemporada, el catalán, ejemplo de polivalencia, ha ejercido como mediocentro en varias ocasiones, contentando al entrenador y a los aficionados. La cesión de Ilaix Moriba, es posible que le «devuelva» a la defensa o el carril, pero tras lo visto este verano, puede ser un recurso muy interesante en el centro del campo.
Cualidades de interés
Es incuestionable que Mingueza cuenta con una buena salida de balón y es capaz de leer correctamente el juego. Esas cualidades son las que, en el caso de lesiones de compañeros o cierto tipo de partidos ante equipos que presionen muy alto, pueden llevarle a jugar como pivote.