Las recientes ventanas de traspasos han mantenido la misma dinámica. Y es la aparición constante del Chelsea FC en realizar múltiples altas y bajas, bajo una estrategia de contratar jugadores prometedores y que no hayan «explotado» previamente.
Tras la inversión del consorcio de inversores americano en mayo de 2022 (BlueCo), dirigido por Clearlake Capital, la dirección deportiva del conjunto blue ha dado un giro descomunal. De las apuestas recientes por jugadores contrastados, cercanos a la treintena de edad, a la búsqueda de jóvenes promesas o wonderkids. Antes de la llegada de Todd Boehly y Behdad Ebay cómo cabezas visibles, en las últimas cinco temporadas ficharon a jugadores impensables en la actualidad: Romelu Lukaku (28), Ziyech (27), Edouard Mendy (28), Kovacic (25) o Jorginho (26). Tras la forzada salida de Román Abramovich, el capital norteamericano ha emprendido 877 millones de euros de gasto neto (juntando las altas y bajas) en 35 fichajes y dos cesiones.
En busca del diamante perdido
Las continuas negociaciones en jugadores jóvenes que despiertan un gran potencial, afecta en los extensos contratos que ofrece el Orgullo de Londres. Esto afecta al gran volumen de jugadores que mantienen. Quitando la posible venta de Conor Gallagher al Atlético de Madrid y las recientes llegadas de Samu Omorodion y Aarón Anselmino, el Chelsea FC tiene una plantilla de 44 jugadores. Con una edad media de 23 años. La pasada temporada 23/24, el equipo dirigido por Mauricio Pochettino era el conjunto más joven en la Premier League (23,7 años).
Este gran volumen de inversiones, en el mismo perfil de jugador, ofrece un aspecto muy negativo a corto plazo. Bajo la presión y las altas expectativas en el conjunto de Stamford Bridge, muestran oportunidades a futbolistas que no han llegado a esos niveles de exigencia. Ejemplos de jugadores, cómo Levi Colwill o Moises Caicedo, que no han empezando “con buen pie” su andadura blue. Sin embargo, ante la necesidad de contratar a un delantero que te ofrezca cifras goleadores, en un Ivan Toney o Victor Osimhen. La directiva de los pensionistas sigue empeñada en un foco de contratación “discutible” por su volumen. Ofreciendo muchos de sus activos, cómo mercancía de usar y tirar. Facilitado en un contexto, donde UEFA no regula la multipropiedad, para hacer movimientos con el Racing Estrasburgo.
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