AFICIÓN DEPORTIVA Juegos Olímpicos,TENIS El tándem `Nadalcaraz´ se tambalea, pero resiste en París

El tándem `Nadalcaraz´ se tambalea, pero resiste en París


Nadal y Alcaraz vencen en la muerte súbita a los neerlandeses Griekspoor y Koolhof para colarse en los cuartos de final

Disfrutan y hacen disfrutar. El fenómeno `Nadalcaraz´ camina con paso firme sobre la arcilla parisina y ya ha puesto rumbo a los cuartos de final. No lo tuvieron fácil ante una pareja neerlandesa, rocosa e inspirada que proponía otro estilo de juego diferente al de los argentinos el primer día. Tuvieron que mejorar ligeramente, aunque todavía tienen mucho margen de mejora, más carne tendrán que poner en el asador si quieren volver con una medalla a casa. Pese a ello, verles jugar es un regalo, un espectáculo en el que ellos también se divierten.

Sufrieron, y de qué manera, a finales de la segunda manga, pero tiraron de galones y experiencia para someter a sus rivales en el desempate definitivo. Ahora les esperan Ram y Krajicek, dos norteamericanos especialistas de dobles y cuartos cabezas de serie del torneo. Eso será, seguramente, el jueves, así que tendrán dos días para entender qué les ha sucedido en ese tie-break del segundo y preparase para una nueva batalla, la que les coloque en la lucha por los metales.

Los españoles, muy cómodos

Esta vez no fue en la Philippe Chatriér, sino que les desplazaron a la Suzanne Lenglen. Se trata de una pista ligeramente más pequeña, peor para los intereses de los españoles, pues son propensos a restar varios metros por detrás de la línea de fondo. Alcaraz, al contrario que en la primera ronda frente a los argentinos, tuvo un arranque fulgurante, concentrado desde la primera bola. Y, es que, en esta ocasión era a Nadal a quién le costaba carburar, calibrar los restos y adaptarse a las condiciones que unos dobles requieren.

La actitud era inmejorable y ambos, más allá de la efectividad y la precisión, se mostraban muy activos de piernas, dinámicos desde el fondo. Sus servicios no corrían peligro, apenas tenían que afrontar bolas de rotura en contra, pero los neerlandeses se mostraban muy sólidos. Griekspoor aportaba solvencia en los intercambios, mientras que Koolhof se aferraba a la red como un gato panza arriba. Al ya veterano especialista de la modalidad se le notaba su superioridad táctica fruto de la experiencia en el circuito.

Picaban y picaban piedra tanto Alcaraz como Nadal, aunque la rotura no llegaba, se resistía. A la cuarta fue la vencida, Rafa terminó de ajustar los detalles que se le resistían y como un tándem perfecto volaron hacia la consecución de la primera manga (6-4). No se podían reprochar absolutamente nada los neerlandeses, pues, pese a haber rozado la perfección, pasaban por vestuarios con medio pie fuera de los Juegos Olímpicos.

Nadal

Reacción de los `orange´

La tónica no cambiaba en la segunda manga, la estrategia de ambos eran claras y concisas. La pareja española era más espontánea, más divertida en su juego, basándose en destellos y passings inverosímiles por parte de los dos miembros. Los neerlandeses, por su parte, eran más metódicos, más serenos en su juego, pero no por ello menos efectivos. Griekspoor crecía con el paso de los juegos y, sumado a una mejoría notable en el servicio de Koolhof, colocaban el 4-4 en el segundo.

La categoría de dobles, al contrario de los individuales, no da pie a los errores. Un desliz te puede hacer perder un set y mandarte al super tie-break (que no tercera manga). A diez puntos todo se iguala, dotando de mayor posibilidades a los que, a priori, no son favoritos. Precisamente por ello trataban Nadal y Alcaraz de acortar el encuentro, de que no se alargara más de lo necesario, aunque el físico no fuese un problema para ellos.

Gozaron de una opción para romper el servicio y colocarse 6-5 arriba, pero resistieron los centroeuropeos una vez más, obligándoles a disputar su segundo tie-break. Esta vez no supieron jugarlo como se requería, sino que, sobre todo en el caso de Alcaraz, se notaron la presión y los nervios. Koolhof se hizo gigante y tiró del carro totalmente de la pareja neerlandesa para llevar el choque al desempate final. (7-6(2))

Nadal, Nadal y mil veces Nadal

Nadal no estaba dispuesto a perder dos partidos en dos días, a que sus aspiraciones en París se fueran a ir al traste en apenas 24 horas. Cogió las riendas del choque y, con una serie de derechas definitivas y un trabajo en equipo exquisito, fue el principal culpable de que lo españoles cogiesen un buen colchón en el super tie-break. La experiencia es un grado y la paliza a la que sometieron Nadal y Alcaraz en el desempate es la mejor evidencia de ello. Lo cerraron 10-2, provocando una explosión de alegría y éxtasis en la grada. Los franceses celebran tenerlos un día más en sus pistas y nosotros poder disfrutar de ellos una tarde más desde donde sea.

Nadal

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