Nadal, una vez más con la mala fortuna del sorteo de su parte, podrá verse las caras con Nole si supera a Fucsovics en primera ronda
No ser cabeza de serie puede resultar muy costoso a la hora de sortear el cuadro. Rafa ya lo padeció en Roland Garros, cuando Zverev le mandó para casa a las primeras de cambio, quizás no estaba todavía preparado el balear. Ahora, en el mismo escenario, pero en sus terceros Juegos Olímpicos, la mala fortuna se ha cebado de nuevo con el. En el caso de vencer al siempre correoso Marton Fucsovics en primera ronda, Nadal se vería las caras con Novak Djokovic, quién primero tendría que hacer lo propio con Ebden.
Una vez llegado ese partido, el camino de ambos sería exactamente el mismo. Ya en octavos de final esperarían a Arnaldi o Fils, joven tenista francés que llega tras levantar el ATP 500 de Hamburgo frente a Zverev. De cara a los cuartos de final sí que les ha tocado el rival, a priori, más flojo, pues Stefanos Tsitsipás está muy lejos del nivel de pasadas temporadas, aunque la tierra batida sea su superficie favorita.
En el caso de que la heroicidad de Nadal llegase hasta las semifinales, allí se emparejaría, seguramente, con Zverev, quién tiene a Musetti y a Fritz como principales piedras en su camino. El germano es el vigente campeón olímpico y actual finalista de Roland Garros, por lo que todo hace presagiar que le veremos inmerso en las últimas rondas. Tokio 2020 significó su explosión, dejando por el camino a jugadores de la talla del propio Novak o Khachanov, pero repetir oro está a la altura de muy pocos.
Alcaraz, un sorteo benévolo
Lo único positivo que podemos extraer de mal augurio que ha sufrido Nadal es que la final española soñada sigue en pie. Balear y murciano podrían verse las caras en la lucha por el oro, aunque se antoje complicado a menos de 48 horas para que todo se ponga en marcha. Carlitos, segundo cabeza de serie del torneo tras la retirada de Sinner, se verá las caras con Habib, libanés que ha accedido a última hora al cuadro mediante una WC.
Se trata de una primera ronda muy sencilla sobre el papel para Alcaraz, a quién las curvas le llegarán a partir de la segunda. Allí esperaría al vencedor del duelo entre Norrie y Griekspook, dos jugadores que, pese a no desplegar su mejor juego sobre la arcilla, pueden amargarle la tarde a cualquiera. Ya en los octavos se podría dar un enfrentamiento entre hispanohablantes, pues Tabilo y Etcheverry son los que cuentan con más papeletas para llegar hasta dicha ronda. Dos tenistas de gran envergadura, pero que se mueven de maravilla entre arenas movedizas.
Los hipotéticos cuartos serían ante Tommy Paul o De Miñaur, siendo el primero el que en más aprietos ha puesto al murciano históricamente. Las `semis´ podrían ser la repetición de la penúltima ronda de Wimbledon con Medvedev o el quinto capítulo de la saga entre Carlitos y Ruud. El noruego es, teóricamente, uno de los mejores del mundo sobre polvo de ladrillo, pero el hecho de que las cuatro veces que se han enfrentado la balanza se ha decantado para el lado del español da pie a la ilusión.
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