Lewis Hamilton vuelve a ganar tras tres años de sequía. El inglés consigue su victoria 104, y su 9ª en Silverstone, en la F1 en un GP muy cambiante. Sainz, 5º y Alonso, 8º.
Silverstone es una fiesta. Lewis Hamilton, tras tres años de sequía, ha vuelto a ganar una carrera de Fórmula 1. Arabia Saudí fue la última donde el piloto de Mercedes se subió al primer escalón del podio e hizo escuchar a toda la parrilla el himno de Gran Bretaña. Hoy, en Silverstone, Hamilton se volvió a abrir paso entre las aguas del trazado inglés para convertirse en el piloto con más victorias sobre el mismo trazado (9).
Russell y Hamilton comenzaron dominando
Los dos Mercedes hicieron buena salida y comenzaron dominando el Gran Premio en las primeras vueltas. Verstappen volvía a arrebatarle el puesto a Norris y se colocaba en posición de podio para atacar a las dos flechas plateadas. Sin embargo, pronto se vio que el Red Bull hoy no tenía ritmo. Max, poco a poco, caía y los McLaren estaban listos para atacarle. Pero, todo iba a cambiar, la lluvia ya estaba al acecho del trazado.
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La lluvia vino para cambiarlo todo
Todos los equipos avisaban a sus pilotos de la cercanía de la lluvia sobre el trazado de Silverstone. Las primeras gotas se acercaban a algunas de las curvas del circuito y los dos Mercedes se iban fuera del circuito. Norris y Piastri estaban listos para la pelea y se ponían por delante con un 1-2 que parecía muy difícil de arrebatarles. La primera gran nube cargada de agua se pasaba y Verstappen caía cada vez más en ritmo, mientras que Carlos Sainz lo iba pillando poco a poco para arrebatarle la 5ª plaza. El Red Bull de Max hoy no funcionaba. El holandés no tenía ritmo y sus rivales se relamían con la oportunidad de recortar puntos a su rival.
Con casi todos los pilotos manteniéndose con los neumáticos de seco, Leclerc y Pérez fueron los grandes perdedores. Ambos, viendo lo difícil que se ponían las condiciones sobre la pista, optaban por el neumático intermedio. Pero, fue una muy mala decisión. El trazado comenzó a secarse muy rápido y no había la suficiente agua como para hacer funcionar ese neumático. Los dos pilotos se quedaban sin opciones de puntuar, lo que significaba que había dos rivales menos para Alonso y Sainz por los puntos.
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Una última nube
Con 5-10 minutos de tregua, la lluvia volvía a Silverstone. Esta vez, las nubes descargaban agua con cada vez más fuerza e, incluso, algunas zonas del circuito eran calificadas para neumáticos de lluvia extrema. Pero, la lluvia aminoró antes de lo esperado y, ahora, Piastri y Alonso, los últimos en parar fueron los grandes perjudicados. El primero, al ir por detrás de su compañero, tuvo que dar una vuelta extra y perder más de 15 segundos, quedando fuera de la batalla por la victoria. El segundo volvió a sufrir una nueva decisión incomprensible de Aston Martin, viendo cómo paraban a su compañero, en ese momento por detrás suya, y haciéndole perder más de 10 segundos respecto a Lance Stroll.
El gran beneficiado fue Verstappen, recuperando todo el terreno perdido y volviendo a estar en esa pelea. Aunque, el primer varapalo llegaría para un Mercedes, en este caso, George Russell. El ’63’ tenía que retirar su monoplaza tras un fallo que le impedía seguir. Con esto, nos acercábamos a un nuevo final de carrera apasionante.
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Una mala estrategia de McLaren
La pista volvía a secarse rápido, y todos los equipos empezaban a sacar la calculadora para ver cuándo era mejor parar a poner neumáticos secos. Hamilton fue el más valiente y paró el primero para poner blandos. Norris, más cauteloso, intentó protegerse en la vuelta después con el mismo neumático, a pesar de tener un medio nuevo, la mejor opción. El ‘4’ vio cómo se le escapaba la primera posición y poco a poco se quedaba sin ritmo para pelear por la victoria. Pero, el lobo volvía a aparecer. Verstappen, con neumático duro, pasaba a Norris y acechaba a Hamilton. Sin embargo, se quedó sin vueltas el holandés y Hamilton consiguió su triunfo 104 en la categoría reina del motor.
