Mpetshi Perricard, el vigente campeón del ATP 250 de Lyon, avanza a pasos agigantados sobre la hierba de Wimbledon
Francia se ha convertido en una de las escuelas más prolíficas de los últimos tiempos. Después de muchos años de travesía por al desierto con las despedidas de Tsonga o las últimas temporadas de Gasquet y Monfils, los galos comienzan a ver la luz al final del túnel. La explosión, tardía pero efectiva de Umbert, las promesas de Cazaux y Fils o la ya certeza de Mpetshi Perricard, les convierte en una de las máximas potencias mundiales. De vencer el de Lyon a Ruusuvuori, gozarán de cinco representantes entre los 50 primeros del ránking.
Lo cierto es que Mpetshi Perricard ha vivido a la sombra de Cazaux y Fils el último año, como si el no tuviera el potencial de sus dos compatriotas. Ahora, tras unos meses excelsos, podría llegar a colocarse, incluso, por delante de Arthur a finales de quincena. Eso sí, Giovani es un año mayor. Destaca por un gran saque el cual se sustenta en sus 203 cm y 98 kg. Sin embargo, pese a su altura y envergadura, sorprende gracias a su agilidad y movilidad, la cual le hace diferente, le permite soltar cañonazos en movimiento sin aparente dificultad.
El pasado mes de mayo, en Lyon, su casa, se consagró de forma definitiva. Levantó el título tras dejar por el camino a Bublik, Etcheverry, Sonego, Nishioka y Gaston. Las emociones vividas esa semana le costaron caro en Roland Garros, donde cayó en primera ronda, pero la prematura derrota le permitió concentrarse en la hierba antes que el resto. En 2023 tan solo disputó tres encuentros sobre dicha superficie, por lo que la adaptación previa a Wimbledon era sumamente importante.
Del infierno al cielo
Quizás no estaba en sus planes disputar la fase previa de Wimbledon, quizás preveía que las posibles bajas de Djokovic, entre otros, le abrirían las puertas del cuadro principal. No obstante, se quedó a tan solo un lugar de ese privilegio y tuvo que disputar la fase previa como cabeza de serie número 1. Tres encuentros que, curiosamente, fueron ante franceses y que, en el último, con Maxime Janvier al otro lado de la red, le pudo la presión. Pese a ello, la suerte estuvo de su lado, y la ausencia de última hora de Davidovich le otorgó el billete a primera ronda.
Allí se enfrentó a Korda, quién había dejado muy buenas sensaciones en Queens. Mpetshi Perricard estaba preparado para librar la madre de todas las batallas si era necesario y, tras cinco sets y más de tres horas de lucha, venció por físico al norteamericano. En segunda ronda, frente a Nishioka, no dio opción al nipón, pues apenas cedió siete juegos en todo el encuentro. Ahora le espera Ruusuvuori, quién ha alcanzado la tercera ronda tras dejar a Tsitsipás por el camino. Un resultado inesperado que abre el cuadro del galo por completo.
Una victoria ante el finlandés no solo supone colarse en la segunda semana de un grande por primera vez en su carrera, sino que lo haría con claras opciones de seguir vivo en el torneo. En un hipotético duelo de octavos se emparejaría con el ganador del Musetti-Comesaña, ambos jugadores a los que Giovani puede sorprender si muestra el nivel de la última semana. Lo conseguido ya es historia, pues pocas veces un lucky loser había avanzado tanto en un Grand Slam.
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