Martín Landaluce, la nueva promesa del tenis español, ha alcanzado los cuartos de final de Bratislava por primera vez en su corta carrera
Primero triunfó Nadal, ahora lo está haciendo Alcaraz y, por qué no, en un futuro lo podría hacer Martín Landaluce. El madrileño no batirá los récords de precocidad de sus dos referentes, sino que se está forjando su propio camino a base de pequeños pasos hacia adelante. Todavía es un tenista que no ha alcanzado el punto de madurez necesario para luchar contra los mejores, pero va camino de ello. Ladrillo a ladrillo se construye un gran muro y, partido a partido, se cimentan las leyendas.
Landaluce apenas cumplió la mayoría de edad en enero, pero ya cuenta con numerosas experiencias que le hacen ser un jugador más completo. Varios títulos de ITF, una victoria ATP frente a Jaume Munar en Miami, dos dolorosas derrotas en Madrid…todo es útil cuando hablamos de adolescentes. Pese a ello, el circuito Challenger, al que todavía acaba de llegar, se le está atragantando, como si no acabara de encontrar su hueco entre los mejores.
Bratislava, el examen definitivo
El madrileño, quién ya ha entrenado en varias ocasiones con Nadal, deparó en Bratislava con la motivación de seguir progresando y con la ilusión de dar alguna que otra sorpresa. La capital eslovaca alberga un torneo de categoría Challenger sobre tierra batida al que acuden varios jugadores de renombre que sufren `alergia´ a la hierba. Landaluce es uno de ellos, pues no parece que vaya a disputar partidos sobre hierba este año.
En primera ronda se deshizo en dos mangas de Oriol Roca, el sexto cabeza de serie de la competición, otro de esos españoles que luchan por dar el salto definitivo a la ATP. Martín firmó uno de sus mejores encuentros frente al catalán y prolongó sus buenas sensaciones en el siguiente partido, contra Krumich. Sin embargo, la prueba definitiva era hoy, emparejándose con Kovalic, tenista local afincado completamente en ATP y cuarto cabeza de serie en Bratislava.
Landaluce ha demostrado tener talento de sobra para luchar y llevar al límite a todo un top 100, pero todavía estar verde en los momentos importantes, donde se define para que lado se desequilibra la balanza. La derrota, dolorosa, no empaña una muy buena semana por parte del madrileño, la mejor hasta el momento en circuito Challenger. Una actuación que, a buen seguro, le dotará de una mayor confianza para afrontar nuevos retos.
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