Alcaraz llegó al circuito en 2021, pero es ahora cuando los mejores jugadores de su año están explotando y dejándose ver
Carlos Alcaraz es un fuera de serie, un jugador con un talento y precocidad descomunal. Quizás por ello, al vivir en su país de origen, olvidamos que se trata de un chico de apenas 21 años recién cumplidos. Una edad en la que la mayoría de los jugadores se siguen formando y evolucionando, puliendo los últimos detalles para dar el salto definitivo a la élite. Algunos de ello ya comienzan a destacar, accediendo al cuadro principal de Roland Garros y mostrándose como el futuro del deporte de la cabeza.
Se trata de figuras muy jóvenes, acostumbrados a volar en categorías inferiores a los que les está costando adaptarse al ritmo y nivel del circuito profesional. Alcaraz no notó ese salto, pero lo cierto es que el escalón es enorme y, en la mayoría de los casos, se necesita mucho tiempo hasta convertirse en solvente, sólido y, sobre todo, regular. Otros, más jóvenes incluso, como Jakub Mensik, ya forman parte de la élite y se postulan como los principales opositores a derribar el imperio del murciano y Sinner.
Shintaro Mochizuki
El tenista nipón no estaba cuajando una temporada excesivamente prolífica, pues llegó a París con un balance negativo. La temporada pasada fue su año, el periplo en la que escaló cerca de doscientos puestos en el ránking y se colocó a las puertas del top 100, pero en periodo desde Melbourne su evolución se ha visto completamente estancada. Mochizuki ha ido dando pasos cortos pero efectivos y, tras deshacerse de Bagnis, Napolitano y Hardt en la fase previa, habrá que tener un ojo puesto en él a partir de mañana.
El japonés es un jugador aguerrido, muy fuerte mentalmente, que destaca por una derecha robótica, poco vistosa, pero que, salvando las distancias, recuerda a Medvedev. La mayor evidencia de su carácter luchador es la remontada excepcional que firmó ante Taylor Fritz en Tokio el año pasado tras perder 6-0 la primera manga e ir 5-3 abajo en el quinto set. En su país ya sueñan con el nuevo Nishikori. Su primer rival en el cuadro principal será Hurckacz, un partido que se le presenta de mucho aprendizaje.
Hamad Medjedovic
Jugador serbio, misma edad que Alcaraz, levemente más tardío que el español…las comparaciones terminan siendo odiosas. Medjedovic es un caso curioso, pues parece sufrir más en Challenger que en ATP. Previa que ha jugado sobre polvo de ladrillo en 2024, previa que ha superado, accediendo así al cuadro principal. Llega a París lanzado, en el mejor momento de su corta carrera y habiendo demostrado en Roma, ante Medvedev, que tiene las armas para poner en aprietos a cualquiera.
Sueña con meterse en el top 100, barrera que se ha quedado muy cerca de romper en octubre del pasado año. Tras unos meses muy irregulares, de constantes cambios y de muchas pruebas parece que ahora, de una vez por todas, su momento ha llegado. En Jeddah ya demostró ser, pese a que Fils goce de un mejor ránking y cartel, el mejor jugador `Next Gen´, arrebatándole el título en la final al galo. Su saque y derecha, principales armas. En primera ronda se enfrentará a Cobolli,, pudiendo especular con que el serbio sea incluso favorito si nos atenemos a las dinámicas.
Mpetshi Perricard
Es el único de los aquí analizados que no ha tenido que vencer tres partidos para acceder al cuadro principal. El galo recibió una en parte polémica Wild Card para el cuadro principal, por delante de jugadores de la talla de Dominic Thiem y Diego Schwartzman, ambos derrotados en la fase previa. Sin embargo, en Lyon, su casa, donde se ha colado en la final de todo un ATP 250, ya ha demostrado merecerse la plaza.
Mpetshi estrenará top 100 en París, siendo el cuarto mejor tenista del año 2003 por detrás de los extraterrestres Alcaraz, Rune y Luca Nardi, otro de la generación de Carlitos que sigue asombrando. Sonego, Nishioka, Gaston…todos ellos han quedado rendidos ante la destreza y talento de un chico que se une a Fils y Cazaux como las esperanzas de su país. Destaca por un juego muy a la nueva escuela, apoyándose en su saque gracias a su altura, pero también defendiéndose desde el fondo de la pista si su oponente le incita a ello. Goffin ya le espera en Madrid y, de salir airoso del choque con el belga, se vería las caras con el ganador de Nadal-Zverev.
Dani Rincón y Jaime Faria, con la miel en los labios
Los otros dos grandes jugadores de esa `generación Alcaraz´ que se las prometían muy felices en París eran Dani Rincón y Jaime Faria. El abulense siempre ha tenido el ojo mediático sobre su figura debido, en parte, al estar bajo la tutela de Rafa y su academia. Pese a no estar teniendo esa evolución torrencial y disparada que se le suponía, está poco a poco dando pasos hacia delante y esta semana en uno de los cuatro grandes es la mejor señal de ello. Tiago Monteiro fue una roca demasiado dura que picar, pero es una experiencia muy enriquecedora para Dani.
Jaime Faria, por su parte, vive una situación similar a la del español. Su gran actuación, únicamente empañada por su duelo ante Meligeni Alves en el que no estuvo a la altura de las circunstancias, ha alzado las esperanzas lusas de cara al futuro. Tras la retirada de Joao Sousa parecían haberse huecos de referentes, pero la regularidad de Nuno Borges en los últimos meses y la llegada de Faria les hace ser optimistas. Su mejor termómetro es el estado de su derecha y de sus piernas, pues se trata de un jugador que tiende a invertirse con su mejor golpe.
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