A dos semanas para el arranque de Roland Garros ningún jugador de los mejores del ranking se postula como favorito
El circuito ATP es un cuadro. Alcaraz y Sinner lesionados, Djokovic sin aparente confianza, ni juego como para poder luchar por grandes cosas, Nadal muy justo todavía…y todo ello a dos semanas para que arranque Roland Garros. Quizás es la vez que más abierto estará el cuadro desde el 2009, temporada en la que Rafa sufrió un duro revés frente a Soderling en cuarta ronda, a la que el balear pudo llegar con anginas.
Lo cierto es que, con Djokovic y Nadal en la última etapa de sus carreras, Alcaraz y Sinner son las dos estrellas emergentes que aportan una mayor luminosidad y claridad al circuito ATP. Sin ellos, ausentes en Roma por sendas lesiones y aun en duda para la cita parisina, todos los torneos se convierten en una absoluta quiniela, pues ningún otro tenista da la sensación de seguridad y solidez que aportan ellos.
Oportunidad para las segundas líneas
Son muchos los tenistas, miembros de la denominada Next Gen en su momento, que ya creían haber visto pasar el último tren para alzarse con algún Grand Slam en sus carreras. Más allá de Thiem, quién anunció su retirada para este mismo año, y Medvedev, ninguno ha logrado hacerlo a pesar de haber disputado varias finales. Tsitsipás llegó a ir dos sets arriba ante Djokovic en la Philippe Chatriér, Ruud suma varias finales de los torneos de máxima importancia, Zverev también dispuso de una ventaja de dos sets en el US Open…pero nadie acabó alzando el título.
Podría ser la mejor oportunidad que se le presente al heleno, gran jugador sobre polvo de ladrillo que ya ha demostrado ser muy peligroso cuando mantiene la cabeza y menta frías. Medvedev, pese a su odio a la superficie anaranjada, sería otro de los llamados a tomar el relevo o incluso el propio Zverev, quién estaba desplegando su mejor tenis sobre la central parisina antes de la fatídica lesión.
Todos ellos destacan por su irregularidad, por lo que resulta prácticamente imposible predecir quién o quienes estarán en esas rondas finales. Eso sin olvidarnos nunca de los dos mejores de la historia que, por muy mal que estén, activarán el modo Grand Slam y serán mucho más difíciles de batir de lo que lo han hecho Hurckacz y Tabillo en Roma. El torneo italiano, otro de los que goza con un inmenso abanico que candidatos atípicos. Roland Garros, en el punto de mira.
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