El CD Castellón jugará en Segunda División la temporada que viene. Fruto del ascenso, la afición albinegra ha salido a las calles para celebrar la hazaña
Estabais cuando el Castellón perdía ascensos en lugares como Gavá o Tudela. Estabais cuando, noche tras noche, os corrompía la duda de si vuestro equipo se iría a dormir para siempre. Ha llovido mucho desde entonces. Volvisteis a Segunda B, incluso a Segunda pese a no poder acudir a Castalia por la pandemia, y ahora os levantáis de nuevo.
Tras tres años en ese infierno llamado fútbol semi-profesional, aquel infierno del que tanto os costó salir, habéis vuelto. Y esta vez parece que para quedaros. Ha sido un año que, quieras o no, se ha hecho largo. Especialmente en este tramo final. Mientras que unos hacían cálculos de cuando se ascendería, otros temían una nueva caída que hundiera el barco construido en los casi nueve meses de competición.
Pero este era vuestro año, y este es vuestro ascenso. Suena lejano aquellos años en los que erais tan solo 800 en Castalia, aquellas temporadas en Tercera División donde, curso tras curso, se esfumaba la ilusión de salir de aquel pozo. Y regresasteis a Segunda B. Poco a poco volvisteis a poner el nombre de Castellón en el mapa.
Ya en el tercer escalón del fútbol español lograsteis la permanencia, con esa falta de César Díaz que impidió la tragedia de volver a caer. Al año siguiente, 2020, obrasteis el milagro. Sin nadie en las gradas, sí; en Málaga, sí; en pleno mes de julio, sí. Pero ascendisteis a Segunda División. Si bien sería de forma efímera, lograsteis colocaros entre los 42 equipos profesionales de España.
A la temporada siguiente descendisteis y pasaríais un año complicado en la recién estrenada Primera Federación. Y es entonces cuando llegó vuestro salvador. El canadiense Haralabos Voulgaris aterrizaba en La Plana para realizar un proyecto que, en dos años, os ha devuelto a la élite. Las lágrimas de tristeza derramadas en Alcorcón pasaron a ser de alegría en Murcia. Lo hicisteis.
Y no solo lo hicisteis por vosotros, sino también por aquellos que tantas veces lo intentaron en vano. Por Cubillas, por Pablo Hernández, por todos esos albinegros que no pudieron ver a su Castellón entre los mejores del país.
Por esto, y muchas otras razones más, este ascenso es vuestro. Es de los jugadores, de Dick Schreuder, de Bob, de Marc Guidotti y el departamento de redes sociales, y sobre todo, de Castellón y sus castellonenses.
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