Pustovyi, el ídolo local, es el segundo jugador que más faltas provoca de toda la categoría, apoyado por su portentoso físico y colocación
El cambio de dinámica, no tanto en resultados como en juego del Obradoiro en el último mes, tiene tres principales culpables: Devon Dotson, Marek Blazevic y Artem Pustovyi. El base estadounidense ha irrumpido con gran protagonismo en el conjunto gallego, llevando la batuta y resolviendo eficientemente cerca del aro. Muchas de sus asistencias van a deparar a las manos de Blazevic y Pustovyi, quiénes se han acostumbrado a jugar juntos en parte por la lesión de Timma.
El ucraniano atrae a muchos rivales alrededor suyo que luchan por ayudar a la pareja de baile de Artem que, normalmente, sufre lo indecible para mantenerle lejos del aro. Ahora cuenta con un segundo apoyo, más versátil y con mayor capacidad de movimiento como es el lituano. Eso le permite estar más oxigenado y gozar de un mayor espacio o encontrar a Marek solo cuando la defensa se cierne sobre su figura. Un planteamiento, el encontrado por Moncho Fernández, fundamental para el devenir del Obra.
Las faltas de Pustovyi
El pívot ucraniano es el segundo jugador de toda la Liga Endesa que más faltas recibe por partido. Genera de media unas 5,2 infracciones rivales, siendo muchas ellas de tiro por lo que se traducen en muchos puntos para su equipo gracias a su 77,8 % desde la personal. Eso sí, Artem es también uno de los que más infracciones comete por partido, promediando más de cuatro por encuentro. Tan solo Kurucs y Sleva, del UCAM Murcia, y Goloman del Girona le superan en ese apartado.
Las luchas en la pintura son las que más se sancionan en la primera categoría del baloncesto español. Sin embargo, son apartados que dependen en gran medida del criterio arbitral, pues cada uno fija el listón a una altura. Un factor que también deben aprovechar los jugadores, bordeando el límite cada fin de semana, sabiendo lidiar con la propuesta de los colegiados. Pustovyi ha pecado en ocasiones de agresivo en algunos encuentros, véase el de Manresa, donde se marchó al banquillo antes de lo previsto.
El ucraniano aparece copa también el segundo lugar en lo que a tapones se refiere, únicamente superado por el gigante Eddy Tavares. Pustovyi promedia 1,6 tapones por encuentro, los mismos que Vicent Poirier, jugador con, al igual que Tavares, se verá las caras este fin de semana. La estadística habla muy bien de la precisión, calidad y entendimiento de los tiempos por parte de la muralla del Obradoiro.
Atado hasta 2025
Artem Pustovyi tiene 31 años y su retiro parece todavía lejano, pero a buen seguro se acordará de la ciudad de Santiago de Compostela cuando ese momento llegue. El Obradoiro le abrió las puertas de la ACB cuando todavía era muy joven y se hizo un hueco principal en tan solo tres temporadas en la capital gallega. Su descaro, atrevimiento y buen hacer le hizo volar hacia Barcelona para jugar con uno de los mejores equipos europeos del momento.
Pese a que no se irguió como un titular indiscutible, sí que disputó 42 encuentros con ellos dejando unos números más que decentes. Sin embargo, aquel no era su sitio y tras un corto periplo por Gran Canaria y Murcia volvió a casa. Se le firmó por dos temporadas ya de primeras y, aunque habrá que ver qué sucede si el equipo desciende, Pustovyi seguirá en Santiago si se logra el objetivo de la permanencia.
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