Djokovic supera a las pájaras y a De Miñaur para llegar a las `semis´ de Montecarlo sin enamorar con su juego
Sufrió, lo pasó mal, estuvo a punto de venirse totalmente abajo por el calor, pero lo superó como un verdadero campeón. Al igual que Alcaraz no supo aprovecharse de la pájara de Djokovic en Cincinnati, De Miñaur tampoco supo hacerlo en Montecarlo. Por muy mal que se encuentre el número 1 del mundo, por muchas debilidades que presente o por pobre que sea su estado de forma, si cometes 26 errores no forzados va a ser muy complicado dar la sorpresa. Tiempo de reflexión para un Alex que sigue sin comer en la mesa de los más grandes.
Primer set: Un inicio igualado
Alex de Miñaur viene dando pasos de gigante en los últimos meses, colándose en el top 10 y demostrando un nivel desde el fondo de pista q amedranta al más valiente. Djokovic lo conoce de sobra y sabe de lo que es capaz el jugador australiano, por lo que su fuerte arranque no le pilló de sorpresa, como si pudo hacer Musetti en el día de ayer. El serbio lograba los juegos al servicio prácticamente sin despeinarse y economizando mucha energía, pero era incapaz de poner en apuros a Alex al resto.
El aussie daba una sensación inmensa de comodidad aplastante cuando encadenaba varias derechas seguidas y, a la mínima que se alargaban los puntos, la balanza tendía a desequilibrarse a su favor. Con 4-4, cuando Novak puso toda la carne en el asador, resistió a un peloteo de 34 golpes para mantenerse muy vivo en el choque. Eso sí, Djokovic ya había enseñado la patita y no iba a parar de picar piedra hasta derribar el muro.
Mostraría sus primeras debilidades dos juegos más tarde, cuando servía para poner el 5-5. Tres errores fruto de la presión y los nervios del momento otorgaron al serbio la posibilidad de llevarse el set. Sin embargo, De Miñaur reaccionó a tiempo y, a base de cocinarse los puntos a fuego lento, salvó una situación límite que le dio alas. Djokovic se quedó ligeramente en estado de shock, como si no esperase tanta resistencia, y el oceánico lo aprovechó para ponerle contra las cuerdas en el siguiente juego. Su revés cortado hacía mucho daño a un Novak errático en ocasiones y muy poco punzante que conseguía asegurarse el tie-break.
Remar para morir en la orilla
Luchar durante más de una hora, poner contra las cuerdas al número 1 del mundo…y regalarle el set en un último juego al servicio estrepitoso. Cuando todos los allí presentes daban por sentado que la primera manga se iba a decidir en un tie-break que De Miñaur merecía por el nivel mostrado, el se encargaría de inmolarse y poner en ventaja al serbio. Dos dobles faltas y dos errores no forzados en un juego que tuvo poca historia.
Djokovic celebró sin excesiva efusividad y con el rostro ligeramente desencajado debido a las altas temperaturas del Principado estos días. Los mejores del mundo no necesitan dar su mejor versión cada día para ir pasando rondas como evidenció Djokovic en este primer set, donde supo sufrir, aguardar y minimizar esfuerzos. Hoy no tenía ni fuerzas de más para discutir con la grada.
Segundo set: Un vaivén de emociones
La segunda manga finalizó exactamente de la misma manera que acabó la primera. Djokovic, con la lengua fuera y sufriendo muchísimo con las condiciones, rompía de inicio a un De Miñaur que continuaba cometiendo errores impropios de su calidad en los momentos importantes. Al serbio se le veía muy limitado, teniendo que parar a tomar aire después de cada punto, como si no hubiese llegado en buen estado de forma a la gira de tierra.
La pájara del serbio se prolongó en el tiempo y otorgó la posibilidad a De Miñaur de reengancharse a un encuentro que parecía terminado y esta vez sí la aprovechó el australiano. Se aferraba `Nole´ a la bolsa de hielos en los descansos, resguardándose bajo los parasoles, tratando de que su temperatura corporal descienda de forma milagrosa. Se confundió por completo el aussie en la forma de jugar, precipitándose y fallando se forma incomprensible con cuatro errores no forzados que regalaron el contrabreak a Djokovic que ni siquiera se movió de la línea de fondo.
Alex era la irregularidad en persona, mezclando puntos muy decepcionantes con otros disputados estratégicamente a la perfección. Mientras al resto sí que sacaba sus galones a relucir, al servicio apenas firmaba un 35 % de primeros y eso le impedía someter a un Novak que seguía completamente desorientado, incluso amagando con vomitar en ocasiones. Que el segundo set siguiera peleado daba sensación más de ser demérito del oceánico que mérito del serbio.
La sombra da alas a Djokovic
Conforme fueron pasando los minutos y el sol de Montecarlo comenzó a caer, la sombra empezó a apoderarse de la central. Un factor que ayudó a Djokovic de una forma milagrosa, pues fue como si le chutasen oxígeno y sangre en vena. Si bien es cierto que tampoco pasó de 0 a 100 y que no mostró su mejor nivel, a partir del 4-4 fue como si el poder del hombre lobo se hubiera apoderado de él, ilusionando conforme anochece.
Ese pequeño empujón fue más que suficiente para derrocar al australiano con un doble 6-4. Ahora al serbio le espera Ruud o Humbert en `semis´, quiénes serán una piedra mucho más pesada en el camino en caso de que Djokovic siga padeciendo estos síntomas de pesadez y malestar bajo el calor y la humedad monegasca.
