Se cumple una década del trágico accidente que arrebató la vida a Jules Bianchi. El piloto francés era una de las mayores promesas emergentes en la Formula 1
Qué piloto nos perdimos
A veces, la vida no es justa. Se suele decir eso de que siempre se van los mejores. Y en esta ocasión no se fue el mejor piloto de la historia, pero sí una persona que muchos definen como increíble y que era amada por todos los que le conocían. Se fue Jules Bianchi.
Aquel 5 de octubre de 2014 no era día de correr en Japón. El tifón Phanfone se posaba sobre el circuito de Suzuka en unas condiciones impracticables y por las que muchos pilotos se cuestionaron si merecía la pena salir a pista. Pero lo hicieron, y el resultado fue fatal.
Si bien la carrera, más allá de detenerse por banderas rojas y coches de seguridad, transcurría sin inconvenientes mayores, hasta la vuelta 42. El alemán Adrian Sutil se estrellaba contra las protecciones y obligaba la aparición de una grúa para retirar el coche dañado. Sin embargo, un giro más tarde, se produciría el verdadero incidente.
Bianchi rodaba a una velocidad de 213 km/h, pero sufrió el fenómeno conocido como aquaplaning y terminó debajo de la grúa. Una mala gestión del momento por parte de la FIA y unas condiciones pésimas para correr propiciaron la tragedia.
El futuro de Ferrari
La F1 corría por las venas de Jules. Desde su abuelo y su tío abuelo hasta él, una familia apasionada por el mundo del motor. La carrera de Bianchi apenas daba comienzo en la categoría reina del automovilismo, ya que había debutado el año anterior (2013) con el equipo Marussia.
Previamente a su irrupción en la F1, el francés ya había dado sus primeros giros con un coche de estas características, pues pertenecía a la recién estrenada academia de pilotos de Ferrari. Sin duda, estaba destinado a ser el futuro del ‘cavalino rampante‘, pero aquel maldito accidente cambió su destino.
Su mayor logro, obtener una novena posición en el Gran Premio más prestigioso del campeonato, Mónaco. Precisamente del principado es el actual piloto de la escudería italiana, Charles Leclerc, quien conocía mejor que nadie a Jules.
Su pérdida fue un palo muy duro para el monegasco, y siempre ha dejado claro que era una figura fundamental para él. En palabras del propio Charles, «si estoy en la F1, es gracias a él».
Un precedente que, por suerte, no se repetirá
El accidente de Bianchi fue la prueba de que aquellos coches (los del año 2014) no contaban con la seguridad necesaria para evitar una tragedia de este calibre. «Gracias» a este acontecimiento, se ha implementado con el paso de los años nuevos sistemas de seguridad que permiten que hoy en día no sucedan esta clase de hechos.
El elemento que, hasta la fecha, ha salvado más vidas desde su introducción en el año 2018 ha sido el halo. Un aro que protege toda la zona del cockpit y que ha aumentado la seguridad de los coches increíblemente. Pilotos como Hamilton, Grosjean o Charles Leclerc se han librado de un grave accidente gracias al halo.
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