El ruso se hace con el título en Doha tras derrotar a Mensik en una gran final que se decidió por pequeños detalles
Doha ha presenciado esta semana el nacimiento de una estrella, de un jovencísimo tenista checo que ha dejado por el camino a jugadores de la talla de Rublev, Davidovich, Murray o Monfils. Jakub Mensik se ha sacado la carrera, el máster y el doctorado en tiempo récord, pero para obtener un cum laude tendrá que esperar. Karen Khachanov se ha encargado de cortarle las alas a base de paciencia y experiencia, dos ingredientes que su rival en el día de hoy añadirá a su repertorio con el tiempo.
La victoria permite al ruso regresar al top 15, pero aún se encuentra lejos de su nivel de 2019, temporada en la que levantó tres títulos y llegó a ser 8º del mundo. El choque estuvo marcado por la igualdad, con ambos jugadores luchando de tú a tú y sin tapujos. Fueron pequeños detalles, como la efectividad o el saber estar, los que decantaron la balanza a favor del ruso, que compite con bandera neutral.
El infinito tie-break del primer set e inmediato break en el segundo levantaron una losa insalvable para Mensik. El checo ha demostrado una actitud impropia para su edad y, pese a la derrota, se confirma como el mayor talento de la nueva generación. Los 165 puntos sumados le permiten escalar treinta posiciones en el ránking y convertirse en el tenista más joven del top 100. Una recompensa que le facilitará la entrada en torneos ATP de forma más habitual y asentarse en el circuito profesional.
Primer set: Tanto fue el cántaro a la fuente que se acabó rompiendo
Khachanov arrancó con las ideas muy claras, regularidad y tratar de buscar las cosquillas al revés del checo, sabedor de la enorme potencia de su derecha. Al servicio no tenía problemas, pues apenas le llegaban bolas desde el otro lado de la pista, pero al resto no conseguía el break que tanto ansiaba. Mensik se comportaba como si llevara jugando finales diez años, sacando a las mil maravillas cuando el marcador le ahogaba.
Los diez aces, muchos de ellos con bolas de break en contra, y 75% de primeros saques por parte del checo llevaron el choque al tie-break. El desempate evidenció los motivos por los cuales Khachanov había querido evitarlo a toda costa, puede pasar de todo. Hasta cuatro bolas de set tuvo que levantar el ruso para poder llevárselo por un marcador atónito (14-12). Mensik se soltó e incluso empezó a invertirse de derecha, poniendo al que fuese top 10 contra las cuerdas, pero la experiencia acabaría por desequilibrar la balanza. Por poner un pero al set de Khachanov, perdonó mucho desde la red.
Segundo set: Una montaña muy alta que escalar
Se fue a los vestuarios el checo, a refrescar ideas y pensar qué podía cambiar de cara a poner en apuros a Karen. Optó por no guardarse nada, tratar de romper cada bola como si fuera la última, sabedor también de la paliza que han acumulado sus piernas a lo largo de la semana. Pese a ello, un segundo mazazo en un periodo de tiempo muy corto le golpeó más fuerte que el anterior. Khachanov aprovechó varios errores no forzados del checo para romperle el saque de forma prematura y lanzarse a por el título.
Lejos de dejarse llevar, Mensik siguió luchando hasta el final, sacando sus servicios adelante y tratando de incomodar los de su rival. No fue suficiente ante un Khachanov que puso la directa y al que no le tembló la mano ni siquiera en el último juego. Perder una final es muy doloroso, pero esta será de las pocas veces en el que dos personas salen victoriosas de una. El ruso regresa al top 15 y levanta su primer trofeo del 2024 y la joven promesa checa accede al top 100 por primera vez en su efímera carrera.