El futbolista del Rayo Vallecano ha realizado una entrevista para Relevo en la que se ha mostrado tan cercano como directo.
Isi Palazón ha vuelto a mostrar su lado más humano al abordar en una nueva entrevista para Relevo sus problemas de salud mental. Además, repasa su trayectoria y destaca la importancia del vestuario. También menciona que tiene a Trejo como ídolo y se enorgullece de ser el capitán de un club donde anteriormente lo fue el Chocota.
Su dura trayectoria hasta llegar a Primera: «Es muy difícil gestionarlo mentalmente. Yo el año pasado en entrevistas que hice con algunos de tus compañeros les decía que lo estaba gestionando bien. O más bien, creía yo que en ese momento lo estaba gestionando bien. No hablo de humildad porque siempre he tenido. Me he considerado una persona que, para lo bueno y para lo malo, siempre he tenido los pies en el suelo. Sobre todo para lo bueno. Hay que ser consciente de dónde uno viene y dónde uno está».
Autoexigente: «No sólo a nivel profesional, sino como hijo, como hermano, como amigo… Siempre me he exigido muchísimo en intentar vivir la vida haciendo mejor a los demás. Y a veces tienes que entender que también tienes malos días, tienes malas etapas, porque eres persona. Pero bueno, como te he dicho antes, creo que cada día avanzo en ese sentido, voy mejor. Poco a poco».
Mal de cara a puerta en comparación al año pasado: «En esta segunda vuelta me voy encontrando mucho mejor. Creo que el descanso de Navidad me vino muy bien para estar con mi familia. Disfrutar de ellos. De los pequeños detalles. De las pequeñas cosas que te da la vida. Y es verdad que las estadísticas no son las mismas que el año pasado, no estoy marcando tantos goles, pero me siento importante. Me siento útil dentro del grupo. Creo que he hecho partidos muy similares, al nivel del año pasado. A nivel de trabajo. A nivel defensivo. Pero entiendo que al final a la gente lo que le gusta es que su equipo marque goles. Que Isi, en este caso, marque goles. Que cualquier otro compañero marque goles. Por desgracia no están entrando, pero voy a seguir trabajando e intentándolo hasta la última jornada».
Ansiedad: «El profesional con el que estoy trabajando me habló de ansiedad, de depresión, porque una cosa lleva a la otra. Al querer hacerlo tan bien, como te he dicho antes, por ser tan exigente conmigo mismo, al final no puedes abarcarlo todo. Cuando a mí antes me hablaban de ansiedad, como no había pasado por ese trámite o ese bache, pues no le daba la importancia que realmente tiene. Al final lo dejas ahí en un segundo plano y no te das cuenta. Pero claro, yo me encontraba muy cansado, muy mareado. Yo que soy un chico muy alegre y que intento hacer feliz a los demás, estaba muy apático. Tenía sensaciones que no iban conmigo, mucho dolor de cabeza. No dormía por las noches absolutamente nada. Iba a entrenar muy cansado, sin dormir, imagínate…».
La importancia de su mensaje sobre la salud mental como futbolista: «Yo el día que lo comenté no lo hice para dar pena ni para dar lástima ni nada. Me salió espontáneamente porque me hace bien hablar de esto. Me llegaron un montón de mensajes por WhatsApp, gente que conocía por Instagram, por Twitter, por Facebook, por todas las redes sociales en las que estoy. Tengo la suerte de ser una persona pública. Ya sabemos los problemas que también tiene en este caso el barrio de Vallecas. Y para mí, que esa gente se vea también identificada conmigo, es un premio. Porque es una forma de decirles a esas personas que no están solas. Y que con profesionales, con ayuda, creo que se puede salir adelante porque para eso están».
La terapia: «Lo he dicho siempre, que la mejor decisión que he tomado en estos últimos seis meses ha sido volver a terapia y estar hablando con un profesional, sentarme, contarle mis problemas. Como todos, nosotros también tenemos problemas. No hace falta que las cosas vayan mal para ir a un profesional. No hace falta tocar suelo para ir. Mi consejo es que cuando uno está bien también tiene que ir. Esto es muy importante».
La cercanía de los rayistas: «En Vallecas me siento muy bien, la verdad. Es un barrio muy cercano. A veces me gusta pasear por Vallecas porque lo considero también como mi pueblo. Cuando voy por el pueblo, por mi calle, voy saludando a uno, a otro. A mi amigo Sereno, a la Lili, a todo el mundo. Voy gritando por allí porque todo el mundo me conoce. Y aquí en Vallecas lo veo un poco similar, ¿no? Gente muy cercana, gente muy de barrio, en este caso de pueblo. La afición del Rayo no es nada resultadista. Es lógico que se enfaden cuando su equipo no gana, pero no sólo la afición, en Vallecas la gente es diferente. Valora muchas más otras cosas que verdaderamente el resultado. Y eso para mí es fundamental porque en el fútbol actual no existe».
Descontento con el trato de la afición con algunos jugadores nuevos: «A la gente nueva que viene al equipo y se incorpora, a los nuevos fichajes, intentamos inculcarles que aquí la afición nunca te va a reprochar nada. Aunque últimamente no me está gustando muchas veces algo que pasa. Lo digo aquí abiertamente porque yo hablo sin tapujos. No me gusta cómo se trata a algunos de los compañeros nuevos que han venido al equipo, la verdad. Y lo tengo que decir. No conozco a ningún jugador que quiera salir a hacerlo mal en el campo. Ninguno. Y he tenido miles de compañeros. Y hay cosas que no ayudan dentro de un campo. Ese runrún, esos silbidos, esos mensajes destructivos… Dentro del campo es como decía la pancarta que mencionabas, ¿no? Anima, anímanos porque al final eso perjudica no solo a él individualmente sino al grupo, al colectivo».
El motivo por su renovación con el Rayo Vallecano: «Tengo a mis amigos cerca, tengo a mi familia cerca. Descuelgo el teléfono y en dos horas o tres horas tengo amigos aquí. Me quedo también por el vestuario, por la gente del club. Por cómo me trata la gente. Eso también hay que valorarlo, no todo es lo económico. Al fin y al cabo en Ponferrada, como te he dicho antes, fui muy feliz, pero mis padres iban cuando había algún puente y no podían disfrutar de mi fútbol, me veían por la tele. Sin embargo, aquí en Vallecas miro a la grada y sé dónde están, sé dónde están sentados y eso para mí es muy importante».
El vestuario de Vallecas: «La gente que trabaja con nosotros, el staff técnico, el cuerpo médico, utilleros, nuestras compañeras de prensa y marketing… Yo creo que hay un núcleo muy fuerte. Cuando organizamos comidas, invitamos a todo el mundo, a los de cafetería también (risas). Creo que es como hay que hacer. Ni somos diferentes, ni somos mejores, somos como hay que ser».
Su admiración a Trejo: «Como persona Trejo para mí tiene muchos calificativos buenos. Creo que antes que futbolista es persona. Y muy buena persona. La verdad es que es una de mis debilidades dentro del vestuario porque me ayudó mucho cuando vine aquí. Jugar con él es un auténtico privilegio. Y estar con él, las enseñanzas que te da día a día… Cuando voy a su casa y veo cómo trata a su mujer, a sus hijos, es algo que no puedo describir. A veces me dice mi pareja que si es que estoy enamorado de él (risas). Pero es verdad. Yo veo cosas en él que me gustaría hacerlas yo mismo. El trato que tiene con su familia, con sus amigos, con su mujer… Sobre ser su sucesor en la capitanía, es muy difícil estar al nivel que ha demostrado».
El cambio del estadio: «En todos estos temas siempre me mojo. Yo creo que el club tiene que crecer. Vallecas es Vallecas, pero si no podemos, como estadio, crecer en Vallecas, habrá que buscar otra zona donde el club en infraestructuras crezca. ¿Un nuevo estadio? Pienso que podría haber mejoras en nuestro estadio y no moverse de esa zona donde está. Si se hace una reforma, como se hace en cualquier edificio, en cualquier estructura, podríamos seguir ahí. El problema es que quieran, en este caso, todas las competencias».
El episodio de Ocampos: «Yo no vi el gesto porque me pillaba justo en la línea. Vi que pasaba algo y los chicos se empezaron a reír. Entonces Ocampos se dirigió al árbitro y yo fui el primero en preguntarle qué pasó. Me dijo que le habían metido el dedo en el culo. Y en ese momento, me acerqué y les dije a los chicos «Respetad, sea de un equipo o de otro, tenéis que respetar». Les toqué cariñosamente la cabeza porque eran unos chavales y les dije que se estuvieran quietos».
La racha negativa que está pasando el Rayo: «Hemos entrado en una dinámica negativa, lógicamente, hay que decirlo, hay que ser realistas, pero que recuerden también que este grupo también ha sabido salir de situaciones muy, muy complejas, tanto en Primera como en Segunda, y lo seguimos haciendo. Yo creo que el ADN del equipo no se ha perdido porque seguimos intentándolo hasta el final, el equipo tiene ese espíritu ganador. Quizás ese espíritu ganador a veces nos ha pasado malas jugadas, porque te lleva a querer ganar, ganar, ganar… Y a veces no puedes ganar. Un empate en Primera también es positivo. Hemos podido ganar, perder, lógicamente, en el fútbol todo el mundo quiere ganar, pero hay que saber también perder y empatar. La afición debe estar tranquila. Que confíen en nosotros. Creo que les hemos dado bastantes motivos para que confíen en nosotros. Sabemos que este año es el Centenario y no lo hacemos nunca, pero ahora menos vamos a bajar los brazos».