Las pruebas médicas han confirmado las malas noticias con Ruibal y descartado la gravedad de la lesión de Ayoze
El encuentro del pasado sábado frente al Granada dejó un sabor agridulce al Betis. A pesar de la victoria, el conjunto verdiblanco sufrió varias bajas durante el partido. El primero en caer lesionado fue Ayoze Pérez. El tinerfeño recibió una entrada peligrosa de Bruno Méndez en la que dobló su tobillo derecho. El defensa charrúa tan solo vio la tarjeta amarilla, a pesar del riesgo de lesión de la acción. Varios minutos después, Ayoze se echó al suelo y pidió el cambio. Assane Diao entró el minuto 19 para sustituirlo.
Aitor Ruibal, por su parte, se marchó lesionado al inicio de la segunda parte. El lateral bético apoyó mal la pierna tras un duelo con el rival y acabó torciendo su rodilla. Los gestos de dolor de Ruibal eran una mala señal que se ha confirmado tras las pruebas realizadas. El canterano Pablo Busto saltó al césped en el minuto 50 como sustituto.
El parte médico ha revelado el alcance de ambas lesiones: Ayoze sufre un esguince de ligamentos y sindesmosis anterolateral en su tobillo derecho. Mientras que Ruibal presenta un edema en compartimento externo de su rodilla derecha, asociado a una lesión meniscal externa pendiente de decisión terapéutica.
Los servicios médicos del club deberán valorar el estado de ambos jugadores para estimar el tiempo de baja. Ayoze, que salió de la revisión por su propio pie, podría estar unos 15 días de baja, por lo que se perdería al menos las dos jornadas siguientes. El pronóstico con Ruibal es menos esperanzador. El de Sallent ha abandonado la clínica en muletas, y lo normal es que se pierda varios meses de competición. Ahora se deberá decidir que procedimiento seguir con Ruibal: si pasar por quirófano o llevar a cabo un tratamiento más conservador.
