Con el mercado atrás, se dan a conocer las posibilidades del club che que pudieron ser y Peter Lim denegó sin razón alguna.
Todos los equipos de LaLiga ya están inmersos en la temporada. El mercado de fichajes acabó, pero en Valencia tienen la sensación de que nunca tuvo lugar. Hasta 14 jugadores han dejado el Valencia este verano, y solo se han incorporado cuatro futbolistas, lo que denota un mercado insuficiente en todos los aspectos, reflejándose en el terreno de juego.
Lo que más llama la atención, son las acciones del dueño del Valencia, ya que por razones que solo él conoce, quiso dejar casi 10 millones de euros de espacio en el FPF, lo que pudo significar la llegada de dos o tres futbolistas más, pero Peter Lim se negó, afirmando el refrán inverso en este Valencia, un puedo y no quiero.
Rubén Baraja pedía a gritos un extremo para su plantel, porque Diego López, Fran Pérez y Sergi Canós eran los únicos disponibles. Desde la directiva trabajaron nombres como Cyle Larin, Riquelme o Jorge De Frutos, pero en todos los casos, el tema económico siempre era un impedimento. Cuando un jugador cuadraba en todos los parámetros, llegaba Lim y reducía el presupuesto, impidiendo la llegada de un jugador que el equipo necesitaba.
Guedes pudo volver al Valencia
Entre los nombres de antes, hay otro no nombrado, con el que todo valencianista sueña con tener de vuelta. Gonçalo Guedes se ofreció al club che en calidad de cedido, priorizando el Valencia a su regreso al Benfica. Su cesión no iba a suponer ningún gasto al Valencia, y el futbolista se iba a rebajar el salario para cuadrar en los parámetros económicos del club.
Desde Singapur, a pesar de saber que el Valencia necesita reforzarse, que el extremo era una posición necesaria, a pesar de la salida de Castillejo y el espacio de sobra en el FPF para acometer fichajes, rechazaron la oferta. Guedes regresó al Benfica, y jugará allí esta temporada. Nadie en Valencia ni en todo el planeta fútbol entiende las decisiones de Lim, el espacio que deja para no traer a nadie y el por qué condena al equipo a pelear por la permanencia.
Las restricciones que marca LaLiga molestan a los equipos que se ven obligados a vender futbolistas de nivel para poder reforzarse, pero ese no era el problema de la entidad che, sino que la directiva se basaba en los parámetros marcador por el dueño, inferiores a los de la competición. Todo porque Peter Lim quiere que sea así, el tener el club al borde del precipicio.