AFICIÓN DEPORTIVA BALONCESTO Obradoiro 87 – 83 Palencia: el primer envite se queda en Sar

Obradoiro 87 – 83 Palencia: el primer envite se queda en Sar

Obradoiro Palencia

El Obradoiro se lleva el primer punto de la eliminatoria frente al Palencia en un partido que se decidió en el último cuarto

El Obra ya sabe lo que es sufrir en unos playoffs de 1ª FEB y, lo que es más importante, conoce lo que es ganar. Lo hizo, no exento de sufrimiento, ante un Palencia inspirado desde la línea de tres que amenazó con romper el choque en el tercer cuarto. Supo manejar la presión el equipo de Félix Alonso para, a través de la pintura, sacarlo adelante en el último cuarto. Y, es que, el transcurso del enfrentamiento fue diametralmente opuesto a lo esperado: el Obra hizo daño en la pintura y Palencia castigó desde el exterior. Un paso más cerca (para nada definitivo) que tendrán la oportunidad de apuntalar en menos de 48 horas.

Palencia, inapelable

El triple de Barcello en Tizona, ese que permitió que el primer encuentro se celebre en Sar, ya era historia. Poco importa el pasado o el cómo has llegado hasta los playoffs cuando estos tocan tu puerta. Y, para el primer round, Félix Alonso dispuso de todos su jugadores, dejando fuera de la convocatoria, como ya es costumbre, a Rati Andronikashvilli. El técnico leonés realizó un pequeño cambio en el quinteto titular respecto a lo que suele ser en él habitual, pues Brodziansky salía en detrimento de Galán. Sar, pese a la decisión por parte del club de que los abonados pagasen un suplemento, lucía una cara inmejorable.

Oroz fue el protagonista tras el salto inicial, pues con una canasta y una falta en ataque, comenzó a redactar el relato de una serie. El Obradoiro, ante un equipo que basa gran parte de su juego por dentro, optó por atacar el corazón de su rival. Balvin forzaba a Krutwig una y otra vez, obligando a Palencia a tener que hacer muchas faltas para pararle: hasta cuatro en los primeros dos minutos. Sin embargo, los santiagueses estaban imprecisos, algo nerviosos con el aterrizaje a la cita que tanto anhelaban. Tres pérdidas inusuales así lo evidenciaban.

Las aprovechaban los palentinos no solo con transiciones, sino con triples abiertos generados en los primeros segundos de posesión. Y, es que, el despliegue desde más allá del 6´75 por parte de los de Luis Gil fue descomunal en el arranque. Sus seis primeros intentos, cinco de ellos entre Kunkel y Wintering, fueron para dentro. ¿La consecuencia? Un parcial inaugural de 11-19 que desembocaba en el primer tiempo muerto de Félix Alonso. Reaccionó el Obra con un Ondrej Balvin indefendible dentro y a través de la energía aportada por Millán y Barcello desde el banquillo. Al término del primer envite ya llovía menos (28-32).

Reacciona el Obradoiro

La efectividad bajó considerablemente en el segundo cuarto. Las defensas comenzaron a imponerse a los ataques en una batalla física sin parangón. Ni gallegos ni castellanos mostraba reparo alguno en ir al límite en cada jugado lo que propiciaría una carga de faltas para ambos bandos. Félix arriesgaba con Balvin en pista pese a las dos personales, mientras que Luis Gil guardaba a Wintering y Kunkel, con dos cada uno, de cara a la segunda mitad. Los otros tres interiores del Obradoiro (Vlado, Galán y Stevic), también estaban con dos.

El toma y daca constante, con algún que otro error fruto del ritmo vertiginoso, favorecía al Obradoiro en contra de lo que pudiese parecer sobre el papel. Paulatinamente y a cuentagotas fueron reduciendo la distancia hasta colocarse por delante a dos minutos para el descanso (45-43). Lo poco que variaría el luminosos hasta entonces (45-44) era la mayor evidencia para explicar en lo que se había convertido el equipo: una batalla física sin cuartel en la que Balvin era el rey. Faggiano, leyendo a la perfección lo que generaba el checo, se iba a vestuarios con diez puntos en su haber. Ambos técnicos, sabedores de la dureza de la serie, dieron minutos a todos sus jugadores antes del asueto. Las pérdidas (7) y los rebotes ofensivos permitidos (8), los grande debes del Obra.

Obradoiro Palencia

Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro

Batalla sin cuartel

La pintura, quizás el arma más notoria con la que llegaba Palencia a la serie, estaba siendo el halo de esperanza obradoirista: 26-12 al asueto en ese aspecto. Una tendencia que incluso amenazó con acrecentarse en el arranque del segundo tiempo con un Balvin que machacaba el aro sin piedad. ¿Los problemas? Atrás y cuando Ondrej tenía que sacar la bola fuera. En defensa Palencia encontró de nuevo los mismos triples liberados que magullaron a los locales en el inicio y que, ahora, volvían a abrir la costra. Kunkel y Wintering, de nuevo, los ejecutores.

La brecha visitante se abrió hasta los siete puntos (55-62) debido, en parte, al colapso del Obradoiro desde el 6´75: 0/7 en el tercer cuarto. Ahí, cuando se pasaba de puntillas sobre el acantilado, aparecieron acciones individuales que desvanecieron la desventaja en apenas dos minutos. Barcello, con un 2+1, levantó a un pabellón que recordaba al de las mejores tardes de ACB. Álvaro Muñoz, prácticamente sobre la bocina, apuntillaba todavía más el resultado para irse por delante al último cuarto (64-63) con un parcial de 9-1.

Quintela, que apenas se había dejado ver previamente, decidió que al último envite había que entrar con todo. Emparejado con Kunkel, con quién tuvo sus más y sus menos, endosó un 7-0 de parcial a Palencia el solito. Penetraciones con y sin contacto e incluso un triple tras bote. Luis Gil lo detuvo, pues seis puntos (73-63) a siete minutos para conclusión son muy peligrosos. Se quedaron los castellanos sin red y, para más inri, la expulsión de Wintering subía las pulsaciones en el banquillo más de la cuenta. Pero ni con los tiros y posesión de la técnica terminaría el Obradoiro de matarlo.

La defensa pone la guinda

Lo ganó desde donde más le gusta a Félix Alonso, desde la defensa. Un aspecto en el que su equipo fue de menos a más durante todo el partido y, a tres minutos para la perfección, rozó la perfección. Dos robos consecutivos acabaron con un mate de Brodziansky que suponía un paso de gigante hacia la victoria (78-69). Kunkel no quería tirar la toalla y sin Wintering en pista se ponía la capa de héroe. Su cuarto triple era una nueva bombona de oxígeno para Palencia.

Le faltó un fiel compañero en la oficina, pues se quedó muy solo. Cosa que no pasaba en el otro costado del parque, donde Obradoiro demostraba tener una plantilla sumamente amplia. Brodziansky, con otro triple, asestaba el mazazo definitivo para que Sar custodiase el primer punto de la serie. Los últimos intentos palentinos, ya a la desesperada, eran en vano. Santiago de Compostela ya está un pasito más cerca de la Final Four, una ronda para la que todavía queda mucho que trabajar. El domingo, en Sar, un nuevo envite.

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