AFICIÓN DEPORTIVA BALONCESTO Fuenlabrada 84 – 68 Obradoiro: humanización en el Fernando Martín

Fuenlabrada 84 – 68 Obradoiro: humanización en el Fernando Martín

Fuenlabrada Obradoiro

El Obradoiro demuestra ser humano frente a un gran Fuenlabrada que asentó su victoria en la segunda mitad

Cayó el Obradoiro en el Fernando Martín tras varios meses sin conocer el sabor de la derrota. Lo hizo por una diferencia, de dieciséis, que no refleja la paridad e igualdad de la contienda hasta que restaban cuatro minutos para la conclusión. El acierto exterior de Durán, Munnings y Jorgesen sepultó a un equipo que tan solo anotó 28 puntos en la segunda mitad. Desconcertado en ataque y muy castigado en defensa por el talento rival, hincó la rodilla de forma definitiva. Se queda, así, sin margen de error de cara a los dos últimas jornadas en la lucha por el factor cancha.

Viajó el Obradoiro a Madrid con la única baja de Rati Andronikashvili, quién en los últimos tiempos se ha convertido en el jugador que menos cuenta para Félix Alonso. Balvin, ausente ya en el choque intersemanal, viajó de forma testimonial evidenciada en sus 28 segundos en pista. Stevic, en todo momento, hizo que no se echara en falta al checo a través de un trabajo inconmensurable en el pick and roll. En ocasiones, incluso, parecía ejercer de basa colocándose en la bombilla y repartiendo en juego. Más echaron de menos sus compañeros a Brodzianky y Davison que, pese a pisar el parqué, pasaron muy desapercibidos.

Máxima igualdad

El inicio de los madrileños fue toda una declaración de intenciones, querían llevárselo y dar un golpe de moral de cara al futuro. La entrega y energía impuesta sorprendió a un Obradoiro que, de buenas a primeras, se veía seis abajo (6-0). Respondió Lucas Faggiano, uno de esos jugadores que sacan petróleo de la nada y que, últimamente, parece haber incorporado los puntos a su repertorio. Su acierto en tiro tras bote obliga a las defensas rivales a tener que pasar por delante los bloqueos y genera muchas ventajas a los suyos.

Pese a ello, no era el día de los de Félix Alonso desde el exterior, sin acierto y con poca movilidad. Sí que encontraron el camino al aro a través de Galán, inteligente posicionalmente, pero desacertado en la finalización. Les sirvió, al menos, para bajarse al barro, pelear ante el conjunto más físico de la categoría e igualar la contienda al final del primer cuarto (23-22). Pese a haber subido el nivel defensivo, Jorgesen era un puñal desde el exterior y el rebote era un desangramiento constante, hasta siete ofensivos capturaron los madrileños en los primeros compases.

Fuenlabrada Obradoiro

Gozó de sus mejores minutos el Obradoiro en el segundo cuarto, donde llegó a disfrutar de su máxima ventaja (29-38). Sin embargo, dejó con mucha vida a los de Toni Ten, que rápidamente se recuperarían. Westermann chocaba una y otra vez contra la misma piedra, sus fallos en tiros de media distancia. Es por ello por lo que el Fuenlabrada buscaba alternativas, con Munnings llevando al poste a Davison o Barcello. Brad acabaría desquiciado de dicha táctica, cometiendo la cuarta falta de forma prematura tras el asueto. Antes de ello, el Fernando Martín apretó para que los suyos redujesen a tres la distancia en el intermedio (37-40).

Fuenlabrada lo rompe

Curioso era ver las estadísticas en el asueto, pues dos de los conjuntos con mayor efectividad en el triple mostraban números paupérrimos. Las defensas, apartado en el que también destacan, algo tendría que ver. El paso por vestuarios provocó que Fuenlabrada fuera, paulatinamente, virando dicha estadística, mientras que Obradoiro profundizó en ella. Ni la tercera falta de Zubriggen ni el recital táctico y de experiencia de Oliver Stevic era suficiente. Durán, a través de triples muy lejanos, minaba la moral obradoirista.

El tercer cuarto fue el del aviso, en el que, pese a ver cómo los locales le daban la vuelta a la tortilla, el Obradoiro seguía muy vivo. No sería hasta poco menos de cinco para el final cuando la derrota comenzó a materializarse. Barcello, desaparecido hasta el momento, tiraba del carro como buenamente podía, pero el apagón ofensivo era evidente. Nadie ganaba ventajas tras la salida de bloqueos y muchas posesiones eran finalizadas de manera forzada. Eso, sumado a dos despistes consecutivos que aprovecharía Nwogbo, dejarían entrever el agrio desenlace.

Fuenlabrada, con el viento a favor, pedaleó con intensidad hasta la meta. Westermann les acercaba a la victoria y Munnings asestaba el puñetazo final (78-66). Se quedó sin tiempo, fuerzas y claridad el Obradoiro para poder responderlo y, en los tres minutos restantes, el marcador se cebó en su contra. Consumó, así, su primera derrota tras once jornadas consecutivas, pudiendo únicamente optar a la quinta plaza y con la presión de mantener el factor cancha en las dos jornadas restantes.

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