El Obradoiro derroca al Estudiantes en Sar en su mejor partido de la temporada gracias a una actuación coral
Un puñetazo encima de la mesa en toda regla. El paso definitivo para ser considerado un firme candidato a la segunda plaza de ascenso a la ACB. Eso es lo que significa la victoria del Obradoiro frente a todo un `coco´ de la categoría. Los santiagueses, ese equipo al que se le ha achacado en ocasiones la falta de brillantez, destaparon el tarro de las esencias. La actitud e intensidad defensiva, innegociable en un conjunto dirigido por Félix Alonso, se acompañó de una efectividad y acierto ofensivo superlativo, sustentado en la capacidad de encontrar el pase extra.
Balvin, Brodziansky, Davison, Barcello…fueron muchos los que destacaron en una tarde de ensueño para los 5.500 aficionados que plagaron Sar. Sin embargo, más allá de nombres propios, el trabajo destacó por la coralidad. Un oficio que, en cuanto a la clasificación se refiere, no supone cambios significativos, pues Betis y Palencia sacaron adelante sus respectivos encuentros. En lo moral y en la confianza sí que afecta, ya que es la primera gran victoria liguera que consiguen los gallegos desde la llegada del técnico leonés a sus banquillos. Los madrileños, por su parte, dejan de depender de si mismos en la lucha con San Pablo Burgos por el liderato.
Inicio esperanzador
Micovic y Millán Jiménez, dudas hasta última hora, fueron finalmente de la partida por lo que Félix Alonso, una vez más, dejó fuera de la convocatoria a Alonso Grela y Rati Andronikashvili. El serbio, incluso, formó parte de un quinteto inicial diferente, por nombres, al de las últimas semanas. Faggiano tomó la habitual batuta de Varela para saltar al parqué junto a Quintela, Davison, Micovic y Balvin. Estudiantes, por su parte, también contaba con todos sus efectivos tras recuperar a Garino. ¿La novedad? El rostro de Lezkano en el banquillo.
El ambiente en Sar era de cita grande y el Obradoiro, al menos de inicio, respondió. La intensidad defensiva marco los primeros minutos, con Quintela borrando por completo a Quintela del mapa. Y, es que, Estudiantes no encontraba la circulación sencilla Granger-Kravic. A partir de ahí, se debía a individualidades como las de Granger y Alonso que, con dos triples, les mantenían en partido. El planteamiento defensivo tampoco parecía el adecuado, pues los gallegos sacaban petróleo en las salidas del dos contra uno que los colegiales planteaban.
Los exteriores, fuese quién fuese, eran capaces de encontrar a un Balvin que, debajo del aro, se colgaba con gusto. Tal era la situación que, después de un robo de Faggiano y posterior canasta de Quintela, Lezkano solicitó el primer tiempo muerto (18-9). Ante la debilidad de Kravic, además, Félix Alonso puso en pista a Brodzianky junto a Balvin para no solo tener superioridad, sino tener amenaza exterior. Reaccionó ligeramente Estudiantes para, al final del primer cuarto, reducir la desventaja (26-21).
Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro
Incluso mejor
El primer cuarto había sido, a excepción de los tiros libres errados, perfecto por parte del Obradoiro. La duda se situaba en si serían capaces de aguantar dicho ritmo ante uno de los `cocos´ de la categoría. Y vaya si lo hicieron hasta el descanso. Jason Granger, mediante sus tiros tras bote a la salida de bloqueo, trataba de enganchar a los suyos a la desesperada, pero estaba muy solo. Kravic estaba completamente superado, tanto en ataque como en defensa, como si el hambre local se lo hubiese llevado a él también por delante.
Brillaba el Obradoiro y se divertía Sar. Esos flamantes fichajes a los que se les pedía dar un pasito adelante sentaban cátedra. Balvin en el poste, Faggiano en la dirección y Brodzianky acampaba a sus anchas como en los mejores tiempos de ACB. Un mate suyo, precisamente, puso la máxima ventaja local a dos minutos para el descanso (47-32). Antes, Lezkano ya había vuelto a parar el choque ante la imposibilidad de parar el pick and roll y triangulación obradoirista en ataque. Estudiantes estaba nervioso, cometiendo errores impropios en transiciones, pero no muerto, pues un triple de Francis Alonso sobre la bocina, dejaba la ventaja en los diez puntos (47-37).
Reacciona Estudiantes
La primera jugada tras el asueto fue más que significativa, pues ocurrieron dos cosas que no habían acontecido hasta el momento: Estudiantes cogió un rebote ofensivo y Joaquín Rodríguez anotó un triple. El uruguayo, que llegaba de anotar 33 puntos frente a Palencia la semana pasada, estuvo irreconocible durante toda la primera mitad. Más vale tarde que nunca debió pensar Lezkano, pues entre el alero y Granger dieron la vuelta a la tortilla en apenas tres minutos. Dos triples del norteamericano y varias acciones positivas consecutivas del `15´, obligaron a Félix Alonso a tener que resetear el marcador (53-50).
Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro
Varela y Brodzinasky, en la reanudación, trataban de devolver la calma a Sar (59-50), pero Granger seguía a lo suyo: 5/5 desde la línea de tres. Emergió, entonces, un gran Barcello, tanto en la anotación como en la dirección, para que fuesen ahora los colegiales los que solicitaban un tiempo muerto (65-56). Una ventaja que Estudiantes reduciría hasta los siete puntos de cara a un envite final que se postulaba precioso para el espectador. Y lo cierto es que no defraudó.
Era un toma y daca constante en el que unos resistían y otros echaban el resto para alcanzarles. Granger, con su sexto triple, colocaba a Estudiantes a dos puntos (65-63), pero Varela le daba de su propia medicina en la siguiente jugada. El estadounidense repetía con el séptimo y esta vez era Faggiano el que le replicaba. Ahí residía la fortaleza del Obradoiro, en la capacidad de respuesta. También en la resolución coral, pues Jason estaba muy solo. La lógica, entonces, se impuso y el Obradoiro, incluso, no sufrió en los compases finales.
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