AFICIÓN DEPORTIVA BALONCESTO Obradoiro 76 – 65 Oviedo: victoria balsámica en Sar

Obradoiro 76 – 65 Oviedo: victoria balsámica en Sar

Obradoiro Oviedo

Venció al Obradoiro al Oviedo en un partido en el que, pese a no brillar, rompieron la mala racha liguera que se extendía desde diciembre

Vencer aunque sea sin convencer. Es lo que necesita el Obradoiro y lo que, ante un Oviedo tan caótico como peleón, logró. Fue un choque de vaivenes, de poca anotación y muchos errores. Quizás no tantos y no tan desesperantes como los del pasado martes en Copa de España, pero sí decisorios si de otro rival se hubiera tratado. Tuvieron que tirar de casta y de oficio para sacarlo adelante, pues la efectividad brilló por su ausencia (8/30 T3). Aun con esas, supieron controlar la ansiedad y los nervios que en el pasado se apoderaron de ellos. Cuando los ovetenses les respiraron en el cogote en los últimos minutos, tuvieron la templanza necesaria para asestar el golpe definitivo.

Contó con dos bajas Félix Alonso, las de Rati y Stevic a las que se sumó un Nacho Varela ya tocado tras una acción fea en el segundo cuarto. Dijo el técnico leonés en la previa que confiara en que el resto diera un paso adelante y hasta el canterano Alonso Grela lo hizo. Termina así el Obradoiro con una infame racha de cuatro derrotas consecutivas en competición doméstica. Ahora, con una semana limpia por delante para poder trabajar, ya se les podrá exigir un mejor juego. Hasta el momento, con ganar y romper la dinámica era suficiente.

Chocar con la misma piedra

Falto de efectivos llegaba el Obradoiro a la cita, pues Rati Andronikashvili y Oliver Stevic eran baja, además de un Nacho Varela que llegaba algo tocado. A Félix Alonso le tocaba competir con nueve efectivos más el canterano Alonso Grela, facilitándole la tan complicada distribución de minutos de la que dispone. El chileno, pese a las dolencias, era titular junto a Davison, Jiménez, Micovic y Balvin. Dicen que el humano es el único ser que tropieza dos veces sobre la misma piedra y el conjunto gallego lo evidenció en el arranque del choque. Lejos de aprender de lo acontecido al martes frente a Valladolid, los dos primeros minutos fueron nefastos en los defensivo.

Lucas Langarita, la gran sensación ovetense, creaba estragos en los de Félix Alonso, ya fuese con un tiro tras salida de bloque o metiéndose hasta la cocina. Anotó seis de los nueve primeros puntos (3-9), obligando a Félix Alonso a pararlo, pues los reajustes atrás requerían de inmediatez. El maño, junto a Sanz, espoleaban de forma momentánea a los suyos, carecían de mayores apoyos por el momento. Y, es que, era el desacierto rival sobre el que se sostenía el Obradoiro, pues a ellos les volvía a costar un mundo encontrar el camino al aro.

Álvaro Muñoz, con un triple, parecía desvelar la senda, pero sus dos errores posteriores indicaban lo contrario. Tratando de canalizar su juego en el poste bajo, donde Stephens y Balvin se postulaban superiores a sus rivales, consiguieron rebajar la renta a los dos puntos al final del primer cuarto (17-19). Además, al Oviedo se le aglutinaban los problemas en el interior al cometer Cosialls su segunda personal demasiado pronto. La preocupación local quizás estaba más en el exterior, donde Quintela, con dos personales, estaba difuso y a Nacho Varela se le notaban las limitaciones.

De menos a más

En el Oviedo, por momentos, parecía que cada uno hacía la guerra por su cuenta. Jugadas que carecían de movilidad y se basaban en 1×1 puro y duro. Algo demasiado simple como para triunfar en una categoría que se rige por el estudio y el análisis. El Obradoiro no modificó la tónica, cada missmatch o posibilidad de jugar en el poste la aprovechaban. Factor que también les dotó de mejores armas exteriores, pues muchas veces los asturianos acudían a la ayuda sobre el grande. Millán Jiménez, con un triple, puso a los suyos por delante (22-20) por segunda vez en lo que iba de encuentro, obligando a que Javi Rodríguez parara el crono.

Obradoiro Oviedo

Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro

Poco tardaría en volver a tener que hacer el gesto de tiempo puerto el técnico ovetense, pues el Obradoiro parecía haber entendido lo que se necesitaba y Oviedo se agarraba a los destellos de Langarita como si de un clavo ardiendo se tratase. Aunque, cuando no eran capaces de encontrar al grande, sufrían lo indecible para generar ventajas. Davison era el que, en la mayoría de ocasiones, acababa jugándosela y, más allá de un triple descomunal, solía a salir cruz. La peor noticia llegó cuando Nacho Varela cayó tras un golpe con Amarante y se tuvo que retirar llevándose la mano a la espalda, a la zona que tantos dolores de cabeza la está dando en los últimos meses.

La situación llevó a que Félix Alonso apostase por Alonso Grela que, en los dos minutos disputados del segundo cuarto, dio el nivel y anotó dos tiros libres. Sar, al tratarse de un canterano, se volcó con él. Se fue ocho arriba Obradoiro al descanso (42-34) con, tras muchas semanas, sensación de dominio y comodidad. No se estaba brillando ni mucho menos, pero la endeblez del Oviedo hacia que, a la mínima que ajustaban dos teclas en defensa, los asturianos se desenvolvían como azucarillos en agua. Y, en el otro lado de la pista, el éxito pasaba por Stephens. Eso sí, faltaba acierto desde más allá del 6´75 (4/15).

Reacciona Oviedo

Todo lo aprendido y labrado en los primeros minutos se desvaneció en tres. Fue lo que tardó el Oviedo en endosarles un parcial de 0-9 par darle la vuelta a la tortilla (42-43). Aparecieron, de nuevo, los problemas en los dos lados de la cancha. Nweke metía los tiros de media distancia liberados que erraba en la primera parte y Langarita seguía a los suyo. Un triple suyo, precisamente, desembocó en un tiempo muerto solicitado por Félix Alonso. Aunque el parón consiguiese parar la hemorragia, las sensaciones eran distintas. Ahora era Oviedo el que, con sus carencias, se supeditaba a una anotación más coral, mientras que Obradoiro, totalmente estancado, comenzaba a depender de triples muy lejanos y decisiones desesperadas.

Obradoiro Oviedo

Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro

Apareció Quintela a ejercer de capitán con un triple y un canastón de dos que volvía a abrir brecha (52-46). Supo mantenerse el Oviedo en los minutos finales del tercer cuarto para, con el tercer triple de Lobato, llegar tan solo cinco abajo al último cuarto (56-51). El `55´, con 3/3 desde el 6´75, se convertía en el desatascador perfecto de un conjunto asturiano que, aunque fuese a remolque, sobrevivían con el agua al cuello. Algo por encima del mentón ya les ondeaba tras los primeros minutos del último cuarto. Un triple de Davison y una gran acción de Alonso Grela abrían la brecha a los diez puntos por primera vez (61-51).

Nervios y ansiedad

Pudo matarlo el Obradoiro a través de un triple liberado de Álvaro Muñoz, pero hoy no estaba acertado. Ni desde el exterior, ni desde los tiros libres, lo que le llevó al banquillo con siete minutos por jugarse y el Oviedo a siete (61-54). Todo ello con un Alonso Grela más que correcto en pista, dando el descanso necesario a Sergi Quintela. Fue ahí, cuando la victoria ya parecía encarrillada, cuando la ansiedad y el nerviosismo hizo acto de presencia en Sar. Una serie de acciones erróneas en forma de pérdidas y una falta en ataque de Balvin, permitieron que Oviedo se colocara a tres (61-58).

Sin embargo, reaccionaron rápido los de Félix Alonso para, con un parcial de 5-0, abrir una pequeña a brecha a 4:20 para la conclusión. Y de ahí ya no bajó la renta. Dispuso de infinidad de triples Oviedo para, al menos, recortar distancias, pero su esfuerzo fue aciago. Se les apagó por completo la bombilla y, con Langarita en el banquillo después de haber sido el mejor de los suyos, Stephens asestó el puñetazo definitivo. El norteamericano, tras un nuevo pick and roll con Quintela, anotó un 2+1 mortífero que puso el 71-60. Coser y cantar los dos minutos restantes, ya que un Oviedo que había bajado los hombros.

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