El Obradoiro estará en la Final Four de la primera edición de la Copa de España tras remontar en Sar la eliminatoria frente al Valladolid
Las sensaciones no cambiaron, pero el resultado sí. Un último cuarto medianamente decente del Obradoiro fue suficiente para remontar un partido y una eliminatoria en la que se vieron por debajo hasta cinco minutos para la conclusión. El Valladolid, que le salvó la vida en muchos momentos a un conjunto moribundo, acabó pagándolo. Los números de los de Félix Alonso fueron dantescos, con 17 pérdidas y 7/21 en el triple, pero la suerte, por una vez tras mucho tiempo, acabó sonriéndoles. La última entrada de Torres, que podía haber decantado la victoria para los visitantes, rebotó dos veces en el aro antes de salirse.
A veces, en una situación tan crítica como la que viven los capitalinos, es una simple victoria la que determina un cambio. Y, quizás sea la Copa de España, la que les permita recuperar la sonrisa. La Final Four se celebrará del 24 al 26 de enero en una sede todavía por definir y, junto al Obradoiro, estará San Pablo Burgos, Real Betis y Castelló. Por lo pronto, los de Félix Alonso regresan a Sar este sábado con el objetivo de retomar la senda de la victoria también en la competición doméstica.
Mal inicio
Necesidad de dar una alegría a los suyos es lo que se respiraba en la previa del encuentro a ambos lados de la pista. El Obradoiro, desahuciado de cualquier opción de ascenso directo tras las cinco derrotas consecutivas, buscaba encontrar en la Copa de España un refugio. El Valladolid, por su parte, se encontraba en la misma situación que los gallegos hace un par de semanas. Alejandro Paniagua, ayudante del ya exentrenador Lolo Encinas, hizo las veces de primer técnico mientras el club decide el reemplazo. Eso sí, el debutante contaba con una ligerísima ventaja respecto a su rival: los dos puntos de la ida en tierras castellanas.
Félix Alonso sorprendía con Stephens en el quinteto inicial, pues el estadounidense apenas disfrutó de dos minutos en Alicante. Junto al pívot partían de inicio Varela, Davison, Jiménez y Galán. Y, al menos en los primeros compases, el Obradoiro parecía seguir en esa segunda parte pestosa y densa del pasado viernes. No ajustaron los desequilibrios ni en defensa ni en ataque, pues atrás se diluían ante el mínimo bloqueo o ventaja en el 1×1 y adelante no generaban ventajas. Sumar puntos se convirtió en una quimera para ellos en el primer cuarto, tan solo llegando a través de la lucha farragosa en la pintura o un destello individual. Y, es que, tras ocho minutos de juego, tan solo contaban con tres canastas en su haber: un triple de Davison y dos de Stevic y Stepehens debajo del aro.
A la falta de claridad se le sumaba un nerviosismo que recorría todo Sar. Varias pérdidas consecutivas llevaron a Félix Alonso a solicitar su primer tiempo muerto con 7-15 en el marcador y la afición mostrando su inconformismo vía pitos. Galán y Quintela, fallando bandejas aparentemente sencillas, eran la viva imagen del estado anímico del Obradoiro. El parón, más allá de un mate anecdótico de Álvaro Muñoz al contrataque, no tenía el efecto deseado y solo un Valladolid errático mantenía a los locales con vida tras los diez primeros minutos (9-15). Todo ello sin contar el problema en las faltas, pues los tres interiores iban a dos por cabeza.
Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro
Errores y más errores
Un triple de Rati auguraba un cambio de dinámica de cara al segundo cuarto, pero lejos de mejorar, el encuentro fue a peor. Locales y visitantes entraron en una fase de errores, pérdidas y decisiones inentendibles, poco coherentes con el nivel de los jugadores. El juego, embarullado y sin ideas, ya era representativo, pero los números aun más. 7/27 en tiros de campo para el Obradoiro y 10/29 para el Valladolid, es decir, ninguno se acerca si quiera al 50%. Y, aun con los pucelanos en porcentajes paupérrimos, la ventaja no hacía más que aumentar de forma paulatina.
La crispación de Sar se dirigió hacia el trío arbitral después de que estos tomaran una serie de decisiones algo discutibles que abocaban en la señalización de una técnica a Félix Alonso. Pero, ni en ese clima arisco, parecía tener las armas para reaccionar un Obradoiro que, tras un triple de Kovacevic (18-31), veían como se les alejaba la potencial Final Four. El escolta era, junto a Manchón, el único que veía el aro con cierta regularidad. Un 3+1 de Davison prácticamente sobre la bocina avistaba un pequeño halo de esperanza de cara a la segunda mitad (23-31). El norteamericano, al menos en lo referente a los porcentajes, sí que estaba acertado. Aunque, con 23 puntos y once pérdidas en 20 minutos, pensar en remontar se antojaba ciertamente complicado.
Todo se iguala
Optó Félix Alonso por jugar con Stevic de cuatro tras el descanso, aprovechando también que ninguno de sus interiores cometió más faltas después de la sobrecarga inicial. Se buscaban soluciones de forma constante, pero nada parecía suficiente. Nada daba la sensación de que pudiese hacer salir al Obradoiro del profundo pozo en el que se encontraba inmerso. El gran error de Valladolid estaba siendo dejarles con vida, fallar una serie de triples liberados que hubiesen supuesto un mazazo definitivo a la serie. Pues, por mucho que los santiagueses estuvieran estancados colectivamente, su plantilla derrocha calidad individual. Y apareció.
Resurgió Nacho Varela con dos triples, Davison siguió siendo el mejor y, aprovechando las pérdidas y falta de acierto vallisoletano, consiguieron igualar la contienda (46-46). Esta vez era a Paniagua al que le tocaba parar el crono, pues por primera vez los suyos se veían agobiados en el luminoso. Torres, con un triple totalmente solo tras un rebote ofensivo, les puso de nuevo por delante antes del último cuarto (46-49). La diferencia era de tres puntos en el partido, pero de cinco en la eliminatoria, aspecto con el que también habría que jugar en unos hipotéticos minutos finales parejos.
Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro
La puesta en escena de cara a los últimos 10 minutos del Obradoiro no pudo ser peor, encajando un parcial de 0-4 en treinta segundos y sumando su decimosexta pérdida. La tarea, ya de por si complicada, ahora también tenía al cronómetro como enemigo. Y en eso sí que fueron rápidos los locales. Respondieron con dos jugadas de buena circulación de balón, de las pocas del partido, que acabaron en canastas sencillas de Balvin y Micovic (52-55). El serbio, poco a poco, se iba entonando y también sacaba petróleo de los 1×1. Ahora era al Valladolid al que parecía pesarle la magnitud del escenario y, a cinco minutos para el final, los de Félix Alonso se ponían por delante por primera vez (57-55).
La eliminatoria en un pañuelo
Sar, que hoy posiblemente presentaba la peor entrada de la temporada, se rendía a la causa. Era un toma y daca en el que Davison, con su tercer triple de la tarde, ponía cuatro por delante a los suyos (58-62) y, por ende, decantaba la eliminatoria para Santiago de forma momentánea. Sin embargo, en la siguiente acción, Kovacevic acercaba a los castellanos con un triple. Las faltas ahogaban a ambos conjuntos y Mballa, por los visitantes, era el primer descalificado. Balvin, Demers y Wilson se mantenían al filo del precipicio con 4.
El descontrol se instauró, de nuevo, en la pista y los tiros libres emergían como un factor decisorio en la eliminatoria. Balvin dejaba escapar dos, pero Quintela anotaba para poner al Obradoiro tres arriba a un minuto para el final (64-61). De la Fuente dispuso de un triple desde la esquina totalmente liberado que hubiera supuesto un varapalo, pero el aro la repelió y, en la continuación, Ondrej volvió a visitar la línea de personal. El checo anotó el primero, pero falló el segundo, permitiendo así que Valladolid dispusiese de una última posesión para llevarse la eliminatoria. La entrada de Torres rebotaba dos veces en el aro como si de una película se tratase y se salía de dentro. Explota Sar, pues, en medio del pesimismo y la mediocridad, estarán en la Final Four de la Copa de España.
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