AFICIÓN DEPORTIVA BALONCESTO Obradoiro 68 – 71 Ourense: mucho por hacer para Félix Alonso

Obradoiro 68 – 71 Ourense: mucho por hacer para Félix Alonso

Obradoiro Ourense

El Obradoiro suma su cuarta derrota consecutiva frente al Ourense en el debut de Félix Alonso con los santiagueses

Nuevo técnico, misma cara. El Obradoiro parece no tener fondo en su profunda y longeva crisis. Una vez dicho adiós a cualquier posibilidad de ascenso directo, toca rehacerse y, con tiempo, llegar con garantías al playoff. Y, es que, las sensaciones no pueden ser peores. Sí, se compite, pero no se gana. No se hace por falta de confianza, pero, sobre todo, por la falta de claridad ofensiva, de sistemas que generen ventajas o permitan que el balón le llegué al pívot con garantías. Félix Alonso, en definitiva, tiene mucho trabajo por delante, pues los suyos van camino de quedarse fuera, incluso, de las posiciones de promoción.

Defensivamente se subió un puntito respecto a los anteriores partidos, pero la falta de acierto exterior (6/24) socavó la tumba obradoirista. Desde el primer cuarto se convirtió en su talón de Aquiles y, lejos de encontrar otras soluciones, vivieron de los breves momentos en los que Davison, Jiménez o Micovic encontraron el camino al aro. Félix Alonso, que apostó por un quinteto muy alto en la primera parte con Stevic de 4, cambió por completo el esquema de cara a la segunda. Balvin es y debe ser el faro que ilumine el camino, pero faltan jugadas y claridad para que le lleguen mejores balones.

Máxima igualdad

Se presentaba Félix Alonso a Sar con la plantilla completa y el leonés no tardó ni un segundo en mostrar una variedad táctica respecto a Gonzalo Rodríguez. Avisó en la previa y cumplió con su palabra. Para él Oliver Stevic es un cuatro y, por tanto, arrancó en dicha posición. Con el serbio junto a Balvin el Obradoiro mostraba poderío, garra y, sobre todo, mucha altura. Cualidades que pueden jugar tanto a favor como en contra, pues el dominio en la zona de Ondrej contrastaba con las dificultades defensivas de Oliver en cuanto a movilidad se refiere.

Fue un inicio de claroscuros. La altura daba sus frutos en forma de rebotes ofensivos, pero Balvin, más allá de dominar, fallaba canastas fáciles que le otorgaban una ligera ventaja al Ourense. Los de Moncho López, alentados por la gran masa visitante desplazada a Santiago, no se dejaban intimidar por el ambiente. Brito entendía a la perfección lo que pedía el encuentro y, aprovechando que su defensor pasaba siempre por detrás el bloqueo, jugaba un rebloqueo que le permitía disponer de tiros liberados, fáciles para alguien de su talla. Su buen nivel, sumado al 0 de 6 desde el triple de los locales, hacía que el COB estuviese cuatro arriba tras los diez primeros minutos (16-20).

El inicio del segundo cuarto dio pasa al miedo, a la aparición de los fantasmas de Valladolid y Castellón, donde el Obradoiro sufrió largos periodos de sequía. Y, es que, no solo es que no llegaran los triples, sino que en defensa se concedían oportunidades de más. Siete arriba (18-25) llegó a estar el Ourense antes de la reacción santiaguesa. Álvaro Muñoz, que poco a poco va sintiéndose más cómodo sobre el parqué, indicó el camino a Davison que, tras un cero de cuatro, anotó dos triples para reenganchar a los suyos al encuentro. Las faltas de Moody, tres en la primera parte, eran el único pero que se podía poner a los de Moncho López. Pues Brito, el mejor del choque hasta el momento, les otorgaba una ligera ventaja al descanso con un triple en el último suspiro (32-35).

Misma tónica

Lo mejor para el Obradoiro, tras unos primeros veinte minutos renqueantes, era el resultado. Al contrario que en los precedentes más cercanos, no habían brillado en la primera parte. Aunque, el inicio del segundo, sí que dio la sensación de ser un deja vu de ellos. Desaparecieron por completo en los primeros minutos, acentuándose el problema del esquema de juego y, sumado al acierto desde el triple de Ourense, las opciones de victoria se tambaleaban (32-41). Sin embargo, reaccionaron a tiempo para, al menos, frenar la sangría y mantenerse vivos. Eso sí, con el agua al cuello y sin vislumbrar una posible solución. En ataque les faltaba clarividencia y, en defensa, cerrar mejor el rebote. Krikke devolvió una ventaja de siete puntos (40-47) a los suyos tras tres rebotes ofensivos de forma consecutiva que acabaron con la paciencia de Félix Alonso.

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El tiempo muerto del leonés sirvió para meter en el partido a un Millán Jiménez totalmente desaparecido hasta el momento. Y, curiosamente, se dio cuando el Obradoiro colocó un quinteto más pequeño en pista. Stephens y Micovic, de cuatro esta vez, conformaban la pareja en la pintura, permitiendo una mayor y mejor movilidad en el exterior. Davison se reencontraba con el acierto, Millán corría a la contra…y, aunque fuese de forma breve, daba aire a los locales de cara a los últimos diez minutos (52-54). Sorprendía que Nacho Varela, tocado de la espalda, le ganase la partida en la rotación a un Andronikashvili tan ansioso como errático en la toma de decisiones.

Todo por decidir

Los últimos diez minutos arrancaron con problemas en forma de faltas para el Ourense. La cuarta de Moody y la tercera de Lisboa, que cuajó un gran tercer cuarto, les dejaba algo mermados. Sin embargo, al Obradoiro le seguía costando un mundo generar ventajas y seguía dependiendo de su tiro exterior, el cual no era brillante. Las defensas subían un punto de intensidad y agresividad, convirtiéndose cada canasta en oro. Sergio Rodríguez, muy inteligente en sus decisiones, sumaba cuatro puntos consecutivos que permitían a los suyos colocarse cuatro arriba a falta de seis para el final (56-60). Sin embargo, respondió Micovic con un triple para recortar distancias. El serbio, pese a estar bastante impreciso, seguía atacando el aro.

Moncho López se reservaba a Moody y Lisboa para el final, pero Sergio Rodríguez hacía que no se les echase de menos. El tinerfeño se hizo amo y señor del partido, sacando petróleo de cada posteo. Los minutos corrían en contra de un Obradoiro al que, en cada posesión, se les notaba más nerviosos. Ambos conjuntos entraron en bonus muy pronto, pero era Ourense el que las gestionaba mejor. Además, los números de los locales desde la personal (10/18) no pronosticaban un futuro muy halagüeño. Eso sí, por hambre no iba a ser. Y, después de estar siete abajo a tres para el final (59-66), volvieron a recortar hasta los tres de diferencia con una antideportiva sobre Quintela.

Obradoiro Ourense

Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro

Tuvo el Ourense la oportunidad de matar el encuentro con un triple desde la esquina. Se salió de dentro y, en la siguiente jugada, Micovic hizo lo propio para igualar todo a menos de dos minutos para el final (66-66). El COB no falló en ninguno de sus ataques y Quintela, tras un destello individual en la primera, sí que erró en la segunda. Eso, sumado al rebote ofensivo capturado por los visitantes, obligaba a los de Félix Alonso a tener que anotar un triple para forzar la prórroga. Solicitó tiempo muerto el debutante, pero la pizarra no funcionó, pues Davison regaló el balón de forma inentendible y, con ello, el partido.

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