Alcaraz vence y convence (7-6, 6-3) en su partido ante Tallon Griekspoor y manda la eliminatoria al partido de dobles donde hará pareja con Granollers
El líder moral del equipo español en la Copa Davis es Rafa Nadal, pero en lo deportivo es Alcaraz. Al murciano le tocaba y le toca echarse al equipo a las espaldas para mantener al combinado nacional vivo en la competición. Y lo ha conseguido, al menos de momento. Sin desgastarse demasiado y pasando algún que otro apuro en la primera manga, derrocó a Tallon Griekspoor en algo más de hora y media. El neerlandés, que perdió la cabeza durante un buen rato tras el tie-break, sufrió en sus propias carnes lo que es tener a un martillo pilón enfrente.
No hay victoria sin sufrimiento
El propio Alcaraz ya confirmó en la previa que no estaba al 100%. Su enfermedad de la pasada semana y las condiciones de la pista, sumamente rápidas, tampoco favorecían al murciano. Sí que lo hacían al tenis de Tallon Griekspoor, un jugador muy completo, pero sin un golpe definitorio. Saque supremo, gran derecha, sólido revés…lo que se conoce como polivalente. Aunque el H2H (4-0) evidenciaba la superioridad de Carlitos, siempre que se enfrentaron le puso las cosas difíciles. Factor que, sumado a la necesidad de victoria española para no irse para casa a las primeras de cambio, hacían del partido un envite sumamente peligroso.
Fuente: Photo by Matt McNulty/Getty Images for ITF
Poco tardaría el neerlandés en hacerle saber a Alcaraz que no había venido a pasearse. Y, tras salvar la primera bola de break con 1-1 en el luminoso, se vino arriba. Desplegó su mejor tenis y, aprovechando una ligera desconexión de Carlitos, fue el quién se colocó con la primera rotura. El Martín Carpena se quedó congelado por momentos, el precipicio, en forma de eliminación, estaba muy cerca. Sin embargo, no dejó de animar, de alzar la voz tras cada punto. La energía y la motivación de todos los asistentes se recogió en el cuerpo del murciano y, a partir de ahí, todo cambió. Contrabreak y vuelta a la normalidad.
Su derecha comenzó a funcionar, se deslizaba por el fondo de la pista con mayor comodidad y, poco a poco, se hizo con el absoluto dominio del duelo. Aun así, resistió el centroeuropeo gracias a su saque, pues, más allá de él, parecía haberse quedado sin herramientas. Con todo ello se llegó al tie-break y, en ese preciso momento, cuando los grandes tienden a resaltar, brilló Alcaraz con luz propia. Ni un mísero punto le consiguió hacer un Tallon que, además, se encaraba con la grada fruto de la desesperación.
Una desconexión muy cara
Marchó Grieskspoor a vestuarios, pero, lo cierto, es que tan solo regresó su cuerpo. La cabeza, la misma que le jugó una mala pasada en el tie-break, pareció haberse quedado en el baño. Totalmente desconectado, regaló punto tras punto a un Alcaraz que, lejos de relajarse, mantuvo el pie a tabla. Le interesaba acabar por la vía rápida, pues así llegaría más fresco al dobles, al partido decisivo. El break inicial le dio las alas necesarias para seguir concentrado y, con Nadal dándole instrucciones desde el banquillo, todo resultaba más sencillo.
Fuente: Photo by Matt McNulty/Getty Images for ITF
Fue un visto y no visto la segunda manga. El neerlandés regresó al partido cuando ya era muy tarde. Quizás ante otro jugador hubiese tenido alguna ligera opción de remontada, pero frente al número 2 del mundo sus opciones eran nulas. Lo cerró Alcaraz sin problemas o nervios extra, demostrando estar totalmente recuperado tras su renqueante paso por Turín. Ahora solo falta verle como se desenvuelve en el dobles, disciplina en la que tiene poca experiencia, aunque inmejorable compañía. Marcel Granollers, número 1 del mundo, compartirá lado de la pista con el murciano.
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