Sinner derroca a Djokovic en tres mangas en un partido propio de una final y no de un torneo de exhibición
Viendo los cuartos de final, cualquier aficionado podría pensar que una serie de jugadores que habían acudido a Arabia Saudí a pasearse. No es el caso ni de Sinner ni de Djokovic, pues ambos lo han dejado todo sobre la pista. Más allá del jugoso premio (seis millones de dólares para el vencedor del torneo), su profesionalidad va por encima de todo. Sobre todo, en el caso de `Nole´ que, sin tener necesidad de forzar tras verse por debajo en el marcador, sacó su gen de ganador para forzar la tercera manga.
Una batalla sin parangón que perfectamente podría haber sido en un escenario completamente distinto. Si a cualquiera de los allí presentes les dicen que se trata de las semifinales de las ATP Finals y no de las de un torneo de exhibición, se lo creerían. Y, es que, el nivel de tenis ha rozado la perfección en varias fases del partido, destacando la lucha salvaje de los últimos juegos. Ninguno se ha dejado ir, ninguno a dado una bola de break por perdida y ello ha resultado en casi dos horas y media de espectáculo.
Sinner vuela
Sinner empezó muy enchufado, mareando al serbio por completo. El hecho de jugar ayer y haber tenido más tiempo para adaptarse a la cancha, se notaba. A Novak se le veía desorientado, como si no pudiese seguir el ritmo del transalpino, pues este golpeaba a la pelota con una violencia exacerbada. La paliza era notoria, sustentada también en una elevadísima cantidad de errores no forzados del campeón olímpico. 6-2 y sin tener que meter la sexta marcha. No era tanto el resultado como las sensaciones, el número 1 del mundo se antojaba inquebrantable.
El comienzo de la segunda ya dio atisbos de cambio, aunque no sumamente notorios. Djokovic rompía el servicio a su oponente, pero le regalaba el contrabreak de una forma inentendible. Aunque ambos iban sacando sus juegos adelante, el juego y la solidez de Sinner atisbaban una victoria cercana. Con 5-4 a favor, ostentó un 0-30 que pudo poner el punto final al encuentro. Sin embargo, cuando todo se daba por perdido en Riad, emergió `Nole´ por nonagésima vez en su carrera.
Djokovic en una acción de encuentro. Photo by Richard Pelham/Getty Images
Sacó adelante su juego y comenzó a meter presión al italiano. Esos bombazos que antes era incapaz de responder o los enviaba cuatro metros por detrás de la línea de fondo, ahora daban paso a intercambios más largos. Y, con su mera presencia, sin tener que pasar de 0 a 100, se llevó el set en el tie-break. Un desempate terrible de Sinner en el que apenas puso la pelota dentro y que perdió sin hacer ni un mísero punto. De tener el billete para la final en su mano a dejarlo ir en menos de quince minutos.
Oda al tenis
“Composición lírica en estrofas de tono elevado, que generalmente ensalza algo o a alguien”, así define el término oda la RAE. Sinner y Djokovic han rozado la perfección en un tercer set propio de una gran final. Ha sido una hora de puro espectáculo llena de altibajos. El serbio comenzó mejor, sufría mucho el transalpino desde el fondo de la pista. Se tenía que apoyar sobre sus rodillas de forma constante para recuperar el aliento, pues los mazazos de `Nole´ cada vez le resultaban más pesados.
Si la fatiga le pasaba factura a Jannik, el hombro hacía lo propio con Novak. Desde el 3-3 hasta el 6-4 definitivo se vivieron momentos mágicos. Tres roturas de break consecutivas que dieron paso a la materialización definitiva del número 1. Cuando todo te sonríe, cuando en los momentos decisivos gozas de la pizca de fortuna necesaria, el tenis se vuelve más sencillo. Ambos saltarán a la pista de nuevo el sábado, bien ante a Nadal o Alcaraz. Y, visto lo de esta tarde, vaya dos partidos nos esperan.
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