Luis García Plaza no da crédito con la surrealista situación del calendario y se encarga de denunciarlo frente a los medios de comunicación
Desde tiempos inmemoriales los parones de selecciones se han tomado como un período de desconexión para los aficionados al fútbol de clubes y como una minipretemporada para los clubes. Durante estos días, el descanso de partidos se utiliza para hacer hincapié en aspectos tácticos y solucionar cualquier ‘fuga‘ que el entrenador haya detectado.
Para los equipos grandes, véase los tres grandes, esto no supone un gran hándicap. Acostumbrados a que muchos de sus partidos se solventen gracias a la calidad individual de sus jugadores, la táctica ocupa un lugar más secundario. Aunque debido al mayor volumen de jugadores internacionales con los que cuentan, son los más expuestos están a lesiones y contratiempos.
Obviando al Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid, en la liga hay un alto porcentaje de equipos que compiten por salvarse. Para ello, deben confeccionar un equipo competitivo para cumplir los objetivos.
El Alavés es uno de tantos y Luis García Plaza, su entrenador, ha alzado la voz. En la semana previa al encuentro contra el Barcelona tan solo pudo contar con los centrales titulares en un solo entrenamiento, algo muy insuficiente para medirse al equipo más goleador de Europa. La carencia de centrales es un mal endémico que el Alavés arrastra desde verano y las desgracias se sucedieron simultáneamente, con tres de los cuatro centrales de la plantilla entre algodones.
La nula preparación tuvo sus consecuencias en forma de un 0-3 al cabo de la media hora de encuentro. Una derrota frente al líder de la categoría no es algo para llevarse las manos a la cabeza, ni mucho menos. Lo grave sucedió más tarde cuando Luis García Plaza reflejó en rueda de prensa la implacable dureza del calendario.
Abdel Abqar y Santiago Mouriño fueron duda hasta el último momento para el partido, pero finalmente fueron de la partida. Ambos forzaron para jugar, aunque las condiciones en las que lo hicieron no fueron las óptimas. Obligatoriamente ambos deben acudir a la llamada de sus selecciones, Marruecos y Uruguay respectivamente, pese al riesgo evidente que corren. En lugar de permanecer en Ibaia y disponer de dos semanas para recuperarse de sus molestias, harán frente a larguísimos viajes y a cargas de entrenamientos que podrían desencadenar en una lesión muscular.
Marruecos disputará dos encuentros contra la República Centroafricana, el día 12 y el 15 de octubre, uno como local y el otro como visitante. El miércoles, 48 horas antes de enfrentarse al Valladolid, Abqar podría incorporarse a las filas del Glorioso. En tal caso llevaría a cabo un entrenamiento de recuperación y sería el jueves cuando pueda entrenar junto al grupo para preparar el importante duelo ante el cuadro pucelano.
Pero la situación verdaderamente sangrante será la de Santiago Mouriño. Tras visitar Perú el día 12 y recibir la visita de Ecuador el día 16, el defensor pondrá rumbo a Bilbao donde aterrizará poco más de 24 horas antes del partido de su equipo. Luis García confirmó que será titular si Sedlar no se recupera de su lesión, de la que aún no se conoce el alcance.
Sin descansar, sin entrenamientos previos con el equipo, sin conocer el plan de partido y poco más de 24 horas después de aterrizar de un vuelo transoceánico, Mouriño se vestirá de corto para medirse a un rival directo por la permanencia.
La preparación del partido contra el Valladolid se antoja caótica y Luis García Plaza rezará a diario para no sufrir ningún contratiempo más. La amalgama de viajes, partidos y tiempo de descanso es ridícula y los jugadores ya están empezando a levantar la voz. La huelga es cuestión de tiempo.
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