El entrenador de los Knicks, Tom Thibodeau, ha dedicado una emotiva carta a Derrick Rose, con quien compartió 8 años de su carrera en tres franquicias distintas
La retirada de Derrick Rose ha sido la principal noticia en el entorno NBA en los últimos días. Era una de esas cosas que todos sabíamos que estaba más cerca que lejos de que llegara. Y es que con el retiro de D-Rose, se nos va el MVP más joven de la NBA y el mayor ‘¿Y si, sí?’ de la historia en el mundo del baloncesto. Fue uno de esos jugadores que aunque apoyaras a su equipo o no, te enamoraba por su forma de jugar y la pasión con la que vivía el baloncesto. Son muchos los que siguen maldiciendo aquel partido de play-off en el que, jugando los minutos de la basura, sufrió una lesión en el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, después de la cual nunca volvería a ser el mismo.
Pocas relaciones tan estrechas entre entrenador y jugador han habido como la que une a Tom Thibodeau y Derrick Rose. Juntos han pasado grandes años en Chicago, pero también han estado en las malas o no tan buenas como en New York y Minnesota. Fueron compañeros en los Chicago Bulls (2010-2015), Minnesota Timberwolves (2018-2019) y New York Knicks (2021-2023). Su etapa más gloriosa juntos fue en Chicago antes de la lesión cuando llegaron a Finales de Conferencia, D-Rose ganó el MVP y Thibodeau el ‘Coach of the Year’ en 2011. Eso no significa que en sus otras etapas juntos no vivieran grandes momentos. En su paso por Minnesota consiguió anotar 50 puntos en un partido batiendo su récord personal de anotación y en los Knicks ganó el premio a mejor sexto hombre del año al realizar una temporada muy sólida saliendo desde el banquillo.
MIAMI, FLORIDA – FEBRUARY 09: Head coach Tom Thibodeau of the New York Knicks talks with Derrick Rose #4 against the Miami Heat during the second quarter at American Airlines Arena on February 09, 2021 in Miami, Florida. (Photo by Michael Reaves/Getty Images)
La carta en cuestión:
«Felicidades a Derrick Rose por su carrera de ‘Hall of Fame’. No era solo un gran jugador, lo cual se veía en los ojos de sus oponentes, es todavía mejor persona, esposo, padre y compañero».
«La verdadera medida de un hombre es como gestiona las adversidades – nadie lo hizo mejor. A pesar de todo – la presión de jugar en su ciudad, ser el MVP más joven en la historia de la NBA, las lesiones en tres temporadas consecutivas – se mantuvo de pie, nunca cedió y siempre volvió a levantarse».
«Fue inspirador verle crecer y luchar contra todo sin importar lo que fuese. Es y siempre será una persona muy especial. Apreciaré todos los buenos momentos que hemos compartido juntos y estaré atento a tu próximo capítulo. Sé que te irá bien y te deseo lo mejor en tu retirada».
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