Franco Colapinto ha causado sensación en sus primeros pinitos en la Fórmula 1 y se postula como candidato para ocupar el único asiento libre de cara a 2025 en Sauber
Varios pilotos se disputan el único asiento libre de cara a la parrilla de 2025, el de Sauber. La irrupción de Colapinto no ha dejado a nadie indiferente y al no tener hueco en Williams, podría ser una opción más que interesante. Cabe recordar que de cara a 2026, Audi se hará con el poder y podría ser un coche más competitivo de lo que es hoy en día, con mayor inversión y con el nuevo reglamento técnico en el horizonte.
Buen rendimiento y capacidad de adaptación
Franco Colapinto llegó a la Fórmula 1 como parche. Logan Sargeant colmó el vaso de la paciencia de Williams y tras destrozar el coche innecesariamente en un entrenamiento libre, James Vowles decidió que era hora de cortar de raíz. El estadounidense ya sabía que no correría para Williams en 2025, por lo que mantenerlo nueve carreras más a la sombra de Albon era inútil.
Anunciaron el fichaje de Colapinto con el fin de probar su talento y conocer cuál era el nivel real del coche, pues Sargeant no era una vara de medir fiable. Su carta de presentación fue muy prometedora, remontando desde la decimoctava casilla hasta la duodécima en el GP de Italia y dando un golpe sobre la mesa a los que decían que era un piloto de usar y tirar.
El trazado de Monza caracterizado por sus enormes rectas y fuertes frenadas fue una buena primera prueba, pero el verdadero desafío vino después. Baku y Singapur, dos circuitos urbanos, físicos y revirados. El cóctel perfecto para que un rookie se estrelle y tire por tierra sus expectativas de un futuro en la Fórmula 1.
Colapinto probó las agrias mieles del muro en Bakú, si. En su primera sesión en Azerbaiyán, pecó de optimismo y entró muy colado en la curva cuatro por lo que fue imposible esquivar el choque. Pero lo hizo en unos entrenamientos libres y se rehizo para colarse en la primera Q3 de su vida y clasificarse noveno, superando a Albon por tres décimas. El mundo del Gran Circo se quedó perplejo ante este desvergonzado argentino que había venido para quedarse. En carrera no se desinfló y logró terminar octavo, arañando los primeros puntos de su corta carrera.
Tras Bakú, el paddock se mudó a Singapur. Los pilotos reconocen que esta cita es la peor del mundial debido a las altas temperaturas y mantener la concentración es una ardua misión. Por si fuera poco, el circuito es ratonero y cualquier despiste se cobra víctimas.
El piloto argentino estuvo cerca de repetir la gesta de Bakú y colarse en la Q3, pero quedó duodécimo a 31 milésimas de Alonso, que logró el pase, y a once milésimas de su compañero de equipo. El domingo rodó cerca de los puntos pero finalmente murió en la orilla a menos de dos segundos de Pérez, con un monoplaza muy superior.
Con Colapinto parece que no hay periodo de adaptación sino rendimiento inmediato y eso es algo muy difícil. En Sauber, donde cada punto se celebra como si fuese un campeonato, un atributo como este es una razón de peso para firmarlo.
Abrir nuevos mercados
Expandirse a nuevos mercados es sinónimo de prosperidad y Latinoamérica hace tiempo que carece de referentes en la Fórmula 1. Franco Colapinto, con tan solo tres carreras en su palmarés, ya tiene a un país detrás suyo que lo lleva en volandas. Argentina no tiene cultura del automovilismo pero si algo les caracteriza es esa pasión cada vez que ven a uno de los suyos representando su bandera, bien sea en el fútbol o en cualquier otra disciplina.
Pese al desconocimiento general todos apoyan a Colapinto, que goza de una legión de seguidores en redes sociales. Bizarrap, fenómeno de masas gracias a sus sesiones musicales, se ofreció a ayudar y patrocinar a Colapinto cuando este no disponía de muchos recursos para asegurarse un asiento en Fórmula 2.
Bizarrap se ha volcado y su perfil de X ahora está plagado de contenido de coches de carreras. El productor, con la vida más que resuelta, se ha entrometido en este mundo tan desconocido en Latinoamérica para que la bandera albiceleste tenga un representante en la parrilla 23 años después desde Gastón Mazzacane.
Si Colapinto forma parte de la parrilla en 2025 y consigue asentarse, no sería descabellado pensar en un GP de Argentina en los próximos años. Aunque con las reglas de recorte de Javier Milei a lo mejor se disputaría en otro país latinoamericano. Huecos en las gradas no habrían, eso por supuesto.
Cambio generacional en la parrilla
«Para que los pilotos jóvenes puedan llegar necesitas que los veteranos salgan», dijo Óscar Piastri al micrófono de DAZN sobre la ausencia de pilotos novatos en este año 2024.
Es una reflexión muy acertada y las escuderías han dado un paso adelante para subsanar este problema. El propio Piastri lo sufrió en sus carnes en 2021 tras ganar la Fórmula 2. No tuvo posibilidades de promoción y se dedicó durante todo un año a ser piloto probador de Alpine.
La Fórmula 2 nació con la premisa de ser una escalera garantizada para los pilotos que destacaran en ella, pero esto ya no es así. El dinero manda y algunas escuderías con menor músculo económico priorizan cuadrar presupuestos a tener una alineación de pilotos competitiva.
Con Nico Hulkenberg firmado para 2025, Sauber debe decidir quien será la segunda espada. El piloto teutón ocupa la casilla de piloto experimentado, mientras que el otro asiento debería ser para un joven con ganas de comerse el mundo. Bottas y Zhou aún no están descartados, pero deben admitir que su momento ya pasó y que es el momento de introducir sangre fresca.
Para 2025 hay tres novatos confirmados y el cambio generacional será una realidad. Oliver Bearman pilotará para Haas, Liam Lawson reemplazará a Ricciardo en Racing Bulls y Kimi Antonelli tendrá la complicada papeleta de coger el testigo de Hamilton en Mercedes.
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