Cilic se convierte en el jugador con peor ránking de la historia en levantar un título ATP tras su idílico regreso en Hangzhou
El tenis está lleno de historias apasionantes y, en la tarde de ayer, dos confluyeron. La juventud se unió con la experiencia en el mismo país, pero a cientos de kilómetros de distancia. Mientras que en Chengdu Shang se convertía en el primer jugador del 2005 en lograr un título ATP, en Hangzhou Cilic batía un récord diferente. El croata nacido en Bosnia accedió al torneo mediante una wild card, pues su puesto 777 del ránking se quedaba lejos de ser meritorio de hacerlo. Seis días más tarde es el tenista con peor ránking de la historia en haber levantado un título dentro del circuito profesional.
Antes de llegar a la ciudad china, Cilic había disputado once encuentros en dos años. Su rodilla, maltrecha por el desgaste de toda una carrera deportiva a sus 35 años, no le permitía tener continuidad en el circuito. Un efímero regreso en el Australian Open y en Buenos Aires, con dos derrotas consecutivas, dio paso a un nuevo periodo largo de tiempo de recuperación y reflexión. Casi seis meses más tarde volvió a saltar a una pista de tenis de forma oficial. Lo hizo en Mallorca, en un Challenger en el que cayó en segunda ronda. Una semana más tarde, en Cassis, dio un pequeño pasa hacia delante.
Hangzhou se presentaba como la oportunidad perfecta para seguir cogiendo ritmo y adaptarse de cara a la recta final de temporada y, sobre todo, al comienzo de 2025. Pocos podrían esperarse que se hiciera con el título, pero lo cierto es que su tenis ha sido merecedor de ello. Uchiyama se encargó de quitarle del camino a Rune y él no lo desaprovechó. El nipón, junto a Svajda en primera ronda, fue el único capaz de robarle un set. Nishioka, Nakashima y Zheng no fueron capaces de hacerlo.
Un pasado histórico
Por mucho tiempo de inactividad que pueda tener un tenista, la experiencia sigue siendo un grado. Y, en la final, ante el ídolo local, Cilic le dio toda una lección de manejo de los nervios en los momentos puntuales. Ambos sets se decidieron en el tie-break y podrían haber caído para cualquiera de los lados, pero fue Zheng quién falló en los puntos definitorios. El primer título de Cilic tras más de dos años de sequía, tras llegar a coquetear con el retiro. Cuando un jugador de su talla saca de nuevo la cabeza a la superficie, son muchos los que deberían ponerse alerta.
Cilic posa con el US Open de 2014. Photo by Julian Finney/Getty Images
La subida de más de 500 puestos en el ránking que le colocan a las puertas del top 200 son un dato meramente anecdótico. Cilic llegó a ser el número 3 del mundo en el 2018 y se hizo con el US Open en el 2014. Es uno de los pocos como Wawrinka o Del Potro que lograron pescar en un territorio ampliamente dominado por el Big 3. Su excelso servicio y su gran derecha metían miedo al más valiente, pero era su gran movilidad pese a su altura era la que dejaba a todos atónitos.
El récord anterior lo ostentaba, ni más ni menos, que Lleyton Hewitt. El australiano, cuando todavía tenía 17 años, dio la campanada en Adelaida. Aquel torneo supuso la explosión definitiva de una de las mayores promesas de finales del siglo XX. Lo de Cilic, sin embargo, se asemeja más al título de Pablo Andújar en Marrakech. El español logró dicha hazaña en el 2018 cuando ya pasaba los 30 años y era el 355 del mundo. Su registro ahora copará el último lugar del podio.
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